(Minghui.org) La tía Feng creció junto a sus ocho hermanos en una familia pobre de una zona rural. Nunca fue a la escuela, así que era analfabeta.

Falun Dafa llegó a su ciudad natal en 1994, y después de que empezó a practicar, se recuperó de su dolor en las piernas y espalda, y de sus problemas estomacales. Como se atiene a los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, se volvió más bondadosa, tolerante y sincera.

La tía Feng y su familia hablaron de Dafa a sus amigos, parientes y vecinos. Mucha más gente empezó a practicar.

Sostenía los libros de Dafa en sus manos, mientras que otros practicantes estudiaban las enseñanzas. Escuchaba y pasaba las páginas cuando los demás lo hacían, pero no podía leer. Eso la entristecía.

Una noche, la tía Feng agarró el libro Zhuan Falun y lo abrió en dirección al cuadro del Maestro Li. Empezó a llorar y dijo: "Mi madre envió a mis hermanos a la escuela, pero no a mí. No puedo leer el Fa ¿Cómo podré cultivarme bien?".

Esa noche, lloró hasta quedarse dormida. En un sueño, vio el libro Zhuan Falun brillando como el oro. Cada caracter del libro era dorado y tridimensional, y volaron uno por uno denro de su cabeza hasta que entraron todos.

A la mañana siguiente, cuando se despertó, abrió el libro y podía leer cada palabra. Le dijo a su hijo mayor: "Ahora puedo leer los libros de Dafa. Por favor, fíjate si lo estoy leyendo bien". Su hijo comenzó a reírse: "Madre, no fuiste a la escuela, ni siquiera puedes leer tu propio nombre, ¿cómo vas a poder leer este libro?".

La tía Feng sonrió, sostuvo el libro Zhuan Falun con ambas manos, y leyó las palabras con reverencia, una tras otra. Todo lo que leyó fue correcto. Su hijo se quedó aturdido.

Cuando la tía Feng le preguntó a su hijo si había leído correctamente, él la aplaudió, diciendo: "Sí, lo hiciste. ¿Pero cómo aprendiste?". Ella respondió: "Conozco todas las palabras de Zhuan Falun porque anoche Shifu las puso en mi cabeza".

La tía Feng ahora puede leer todos los libros de Dafa, así como el Semanario de Minghui.

La historia de la tía Feng que pudo aprender, como por arte de magia, todos los caracteres en una sola noche se extendió rápidamente como un reguero de pólvora por toda la zona.