(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) el 3 de julio de 1999. Adquirí el libro Zhuan Falun, y lo terminé de leer en dos días. Luego tiré todas las estatuas de Fo y los libros de qigong que había coleccionado, ya que sabía que debía practicar una sola disciplina.

Al tercer día, el Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, abrió mi ojo celestial. Vi Falun y muchas otras escenas maravillosas. Sabía que había obtenido el Fa que había estado buscando durante tantos años. Me convertí en una mejor persona siguiendo las enseñanzas del Maestro.

Al séptimo día, me di cuenta de que había olvidado tomarme la medicación. Sufría de muchas enfermedades, como anemia, artritis reumatoide e incluso me estaba recuperando de un derrame cerebral. Dependía de inyecciones y perfusiones a lo largo del año, y tomaba muchos medicamentos todos los días.

Después de que empecé a cultivarme, me recuperé de todas mis enfermedades sin siquiera darme cuenta. Me sentía muy feliz y tenía mucha energía. Me sentía realmente 20 años más joven.

Ahora tengo más de 60 años.

Las maravillas de Dafa

Como experimenté los milagros de Dafa, siempre comparto mi experiencia con los demás.

En mi lugar de trabajo me reembolsaban unos mil yuanes mensuales en gastos médicos, pero dejó de ser así en cuanto empecé a practicar Falun Dafa, ya que dejé de necesitarlos.

Desde que comencé a seguir los principios de la "Verdad, Benevolencia y Tolerancia", devuelvo el dinero que me dan de más. También dejé de regatear con los vendedores cuando iba de compras. Si el vendedor accidentalmente me daba más cambio, se lo devolvía inmediatamente.

Cuando la gente me elogiaba, les decía que era porque practicaba Falun Dafa y que era el Maestro Li quien me enseñaba a ser una buena persona. También les hablaba sobre la grandeza de Dafa.

Varios de mis colegas comenzaron a practicar Falun Dafa gracias a mí.

Perseguida por mi fe

Fui a Beijing para apelar en favor del derecho a practicar Falun Dafa a finales de 1999. Fui arrestada, detenida durante dos semanas y luego transferida a un centro de detención local donde me retuvieron un mes más.

Mientras estaba detenida, cometí un error y firmé con mi nombre una declaración de arrepentimiento que escribieron otros. Lamenté profundamente mi acción, así que escribí una declaración formal para anular la que había firmado. Se la entregué a mi empleador después de mi liberación.

Me di cuenta de que no había nada de malo en practicar Falun Dafa. Los practicantes eran buenas personas, y los centros de detención eran para gente mala.

Mi declaración formal llegó finalmente al departamento de policía. Un oficial de policía me llamó a su oficina. Me negué a escuchar sus mentiras y le aclaré la verdad sobre Dafa.

Finalmente señaló: "Puedes practicar en casa. Pero te arrestaré si te veo con más de tres personas en público".

Después de ese incidente, decidí usar mi verdadero nombre y dirección, y enviar cartas a diferentes departamentos, incluyendo el departamento de policía, el secretario del distrito, el centro de detención y mi lugar de trabajo para explicar la verdad sobre Falun Dafa.

Como resultado, me pusieron en una lista negra, me comenzaron a vigilar y mi teléfono fue intervenido.

Después de que algunos practicantes salieron de mi casa una mañana, la policía entró por la fuerza y saqueó mi casa sin ninguna orden. Me arrestaron y detuvieron, pese a que no encontraron nada.

Me negué a cooperar con la policía. Más tarde me liberaron. Sin embargo, me obligaron a asistir a sesiones de lavado de cerebro, y me exigieron que renunciara a mi fe. Pese a todo, nunca cedí a sus demandas, y volví a casa sana y salva en cada ocasión.

Shifu dijo:

"Pero, aunque ustedes no puedan verme personalmente, mientras practiquen la cultivación, yo estoy junto a ustedes. Mientras practiquen la cultivación, puedo responsabilizarme de ustedes hasta el final; más aún, estoy cuidándoles a cada momento" (Exponiendo el Fa en Nueva York 1997, Exponiendo el Fa en los Estados Unidos).

No sentí nada de miedo, aún cuando la persecución se agudizó. Caminé firmemente mi camino de la cultivación con la protección de Shifu.

Contándole a la gente la verdad sobre Dafa

Hacer bien las tres cosas es un requisito para los practicantes. Solo estudiando bien el Fa se puede enviar pensamientos rectos con más fuerza y aclarar los hechos con determinación.

Una vez conocí a una persona que siempre que me veía me daba las gracias porque se había beneficiado de Falun Dafa, después de saber la verdad sobre la persecución. Me mencionó que a menudo recitaba "Falun Dafa es bueno", y que en poco tiempo todas sus enfermedades desaparecieron.

Le había aclarado la verdad solo dos semanas antes, y muchas cosas positivas le sucedieron desde entonces.

Esta persona fue más tarde a Hong Kong y aceptó de un practicante los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, a pesar de que algunas personas trataron de disuadirla para que no lo hiciera. Después de que terminó de leer el libro, me pidió que le ayudara a renunciar al partido comunista chino (PCCh).

Me comentó que también celebró una reunión familiar y les explicó a las tres generaciones de su familia cómo se había beneficiado con Falun Dafa. Luego les pidió que recitaran "Falun Dafa es bueno".

En otra ocasión, hablé con una anciana sobre Falun Dafa durante casi una hora. Sin embargo, se negó a dejar el PCCh, diciendo: "Ya he oído hablar de esto, pero no creí al hombre que me lo contó. Ahora usted me ha ayudado a entenderlo un poco más. Todavía tengo que pensarlo". Luego se fue.

Miré en mi interior y sentí que no estudiaba bien el Fa y no tenía suficiente compasión para salvarla. No pude evitar llorar.

La mujer se dio la vuelta y me vio llorando. Inmediatamente volvió y me preguntó qué pasaba.

"Lo siento", le respondí. "Le hice perder el tiempo y no pude ayudarla a abandonar el PCCh. Es mi culpa. Si se encuentra con alguien que le hable de Dafa en el futuro, por favor, acepte renunciar al partido. Solo entonces, podrá protegerse y ponerse a salvo. Por favor, no pierda la oportunidad otra vez".

Tomó mis manos y respondió sinceramente: "Acepto, renunciaré. Toda mi familia dejará el partido". También mencionó que era secretaria del partido y me pidió un recuerdo de Falun Dafa para cada miembro de su familia.

Los arreglos del Maestro para la gente predestinada

Mientras meditaba una mañana, de repente tuve la idea de hablar con la gente del pueblo al que me llevaron hace más de 30 años. Fui una de las "jóvenes educadas" que obligaron a ir al campo a hacer trabajos manuales.

Después de terminar de meditar, cargué algunos materiales informativos de Falun Dafa y tomé el autobús en dirección al pueblo. Poco después de que el autobús saliera de la estación, una mujer subió en otra parada. Era la segunda hija del exjefe del equipo de producción del pueblo. De alguna manera, todavía podía reconocerla, e inmediatamente entendí que el Maestro había arreglado que me indicara el camino.

El área había cambiado mucho, así que no lograba encontrar el pueblo. Milagrosamente encontré la primera familia con la que viví, y reconocí a una mujer de más de 70 años. Me presenté y le expuse la razón por la que estaba allí. Inmediatamente me tomó las manos y exclamó con entusiasmo: "¡Eres mi salvador!".

No logré entender qué ocurría.

Entonces, me explicó que fue a un templo budista hace diez años, y el abad le dijo que una persona noble vendría a salvarla diez años después, exactamente ese mismo día. Nunca olvidó las palabras del abad.

"Hoy me levanté temprano y deseé que alguien viniera a salvarme la vida", afirmó. "¡No puedo creer que seas esa persona respetable!".

Todo fue arreglado hace mucho tiempo, ya que Shifu no quiere dejar atrás a ninguna persona predestinada.

Inmediatamente le hablé de Dafa y de la persecución, y aceptó todo lo que le dije.

Compartió una historia conmigo. El cuñado de una buena amiga de su hijo tenía una joroba. Después de empezar a practicar Falun Dafa, su espalda se enderezó de nuevo. Mucha gente conocía aquella historia. Después de que el PCCh comenzó a perseguir la práctica, fue a apelar a la Plaza de Tiananmen y lo arrestaron. Se negó a abandonar su creencia a pesar de que la policía casi lo mata a golpes.

Dormí en la casa de la anciana esa noche. Una vez acostadas, dijo: "Algo se mueve alrededor de mis pies y sube por mi cuerpo".

Le respondí: "Realmente tienes una relación predestinada con Dafa. El Maestro Li te está ayudando a ajustar tu cuerpo".

Cuando se levantó a la mañana siguiente, ya no le dolían las rodillas. Durante muchos años tenía miedo al frío por el dolor. ¡Fue un milagro!

Me pidió que fuera a ver a sus familiares y les hablara de Falun Dafa. Lo hice, y hablé con todos y cada uno.

Cuando me encontré con el exjefe del equipo de producción, me expresó que la noche anterior había tenido un sueño en el que vio que una persona respetable lo visitaría al día siguiente.

Al día siguiente, alguien lo invitó a tomar una copa cuando estaba en el mercado, pero se negó. Comentó que una persona respetable estaba a punto de llegar. La gente se rió de él por creer en tal sueño. En su camino de vuelta a casa, decidió tomar una ruta diferente y me vio hablando con alguien.

El Maestro claramente había hecho todos los arreglos, mientras que yo solo tenía que salir y contarle a la gente la verdad sobre Dafa.

Volví tres veces al pueblo para asegurarme que todos los que tuvieran una relación predestinada oyeran la verdad sobre Falun Dafa. Cada vez que la gente me daba las gracias, les respondía: "Por favor, no me agradezcan a mí. Agradézcanle al Maestro Li. El Maestro me pidió que los salvara".

Aunque mi cultivación es similar a la de otros practicantes, las experiencias reflejan el poder de Dafa y del Maestro, así como la ilimitada compasión que el Maestro muestra por los seres conscientes. En el futuro me cultivaré con más diligencia, seguiré el progreso de la rectificación del Fa del Maestro, haré bien las tres cosas y salvaré a más seres conscientes.