(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1997 y he experimentado el poder de Dafa una y otra vez.
Sufriendo de enfermedades desde la niñez
Desde la infancia, sufrí una enfermedad familiar hereditaria, que me provocaba repentinos ataques de falta de aliento y palpitaciones cardíacas, hasta que caía inconsciente. Cada ataque ocurría 1 ó 2 veces al año, y cada episodio causaba mucho estrés y miedo a mi familia. Durante un episodio, caí inconsciente y me golpeé la cabeza contra un gran tarro de pepinillos. Aún hoy, puedo sentir el hundimiento del impacto con mis dedos. Los médicos no pudieron diagnosticar o ayudarme al respecto, y yo sólo podía vivir con ello.
Además, empecé a sufrir de espondilitis cervical severa, dolores gástricos, rinitis crónica y faringitis mientras estaba en la escuela. Los dolores de estómago eran tan fuertes que sólo podía inclinarme sobre mi mesa, pálida y con un sudor frío. Probé muchos medicamentos, pero ninguno fue efectivo.
Entrando en la cultivación de Dafa
Visité a mi tía y a su familia para el Año Nuevo Chino en 1997. Mi tía era practicante de Falun Dafa. Aprendí de ella cómo Falun Dafa alienta a los practicantes a cultivar Verdad-Benevolencia-Tolerancia, a hacer el bien, y a no buscar la fama o el beneficio personal, y a ser considerado con todos. Los ejercicios eran fáciles de aprender y además podían mejorar la salud de la persona.
Esa noche, mi tía y yo vimos un video de las enseñanzas del Maestro Li (el fundador), y los 5 juegos de ejercicios. Aprendí las primeras 4 series de ejercicios rápidamente después de ver el vídeo sólo una vez, y para el 5º ejercicio, pude sentarme en posición de piernas cruzadas durante casi 40 minutos en mi primer intento.
Solía sufrir un fuerte dolor en el hombro y el brazo debido a la espondilosis cervical crónica. Mientras hacía la 2ª serie de ejercicios, mis hombros y brazos ardían de dolor, pero apreté los dientes e hice lo posible por perseverar.
Entonces ocurrió algo imprevisto. Una gran mano invisible y cálida levantó suavemente mis brazos hasta que estuvieron al nivel correcto. Lo más sorprendente fue que el dolor en mis hombros y brazos cesó, y completé el ejercicio con facilidad. Mi corazón estaba tranquilo y mi mente libre de cualquier pensamiento.
Sólo mucho después supe que el Maestro había limpiado mi cuerpo y devuelto la salud. Incluso el maravilloso estado de paz y calma que experimenté durante mi primer ejercicio de meditación fue el Maestro animándome. Esta práctica no se parecía en nada a la que yo había vivido, como si la hubiera estado esperando toda mi vida.
La noche siguiente, estaba meditando en la cama de mi tía cuando escuché mi corazón latiendo tan fuerte como un tambor. Entonces, mi corazón comenzó a acelerarse después de 30 minutos, y me sentí sin aliento. Creyendo que mi enfermedad era recurrente, me acosté en la cama. Sin embargo, después de un corto período de incomodidad, los síntomas pasaron, y todo volvió a la normalidad. Le dije a mi preocupada tía que parecía haber sufrido un ataque, pero que era una versión más leve en comparación con la anterior. Mi tía me tranquilizó y dijo que era una buena señal de que el Maestro estaba ajustando mi cuerpo para mí. Mi enfermedad hereditaria nunca reapareció.
Experimentando los beneficios de la práctica de Dafa
Después de regresar a casa, continué leyendo Zhuan Falun con mi madre y mi hermano mayor. Mi madre también comenzó a visitar un parque cercano cada mañana para participar en ejercicios de grupo.
Mi madre solía sufrir una enfermedad cardíaca, presión arterial alta, hemorragia cerebral, nefritis, artritis reumatoide, gastritis y varias otras enfermedades. Sus medicamentos estaban guardados en varios armarios, cajones e incluso bajo la cama. Mi padre también sufría de severas úlceras gástricas. Durante un ataque, sólo un medicamento japonés muy caro podía aliviar su dolor. Cada caja de siete tabletas costaba 270 yuanes. Mi enfermedad hereditaria hizo que nuestra familia gastara una gran suma en medicamentos y tratamiento médico cada mes. Como trabajadores ordinarios de bajos ingresos, mis padres apenas podían cubrir los gastos del hogar.
Después de obtener el Fa, mi madre practicó diligentemente los ejercicios y siguió los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida cotidiana. Se volvió una persona más feliz y más abierta. Más sorprendente es que la salud de mi madre mejoró. Antes de la práctica de cultivación, sus labios estaban teñidos de púrpura, y su tez estaba apagada y pálida. No podía ni agacharse ni levantarse por sí misma. Después de unos meses de práctica, su tez se volvió rosada, y empezó a subir escaleras sin esfuerzo. Mi madre tiró todas sus píldoras y dejó de tomar cualquier medicamento.
Nuestros vecinos fueron testigos de los grandes cambios de mi madre y, curiosamente, comenzaron a preguntarle sobre la mejora de su salud. Mi madre les contó sobre Falun Dafa, y algunos de los vecinos quedaron tan impresionados que ellos también expresaron su interés en aprender Dafa.
A mi padre le diagnosticaron una severa ascitis hepática en esa época. Después de ver que la salud de mi madre mejoraba, mi padre también decidió empezar a practicar. No sólo desapareció su ascitis hepática, sino también sus úlceras de estómago. Aunque medía 1,75 metros de altura, mi padre pesaba sólo 110 kilos, ya que su condición gástrica le impedía comer mucho. Después de cultivar Falun Dafa, aumentó casi 40 kilos, su tez se volvió rosada y su energía mejoró mucho.
Después del ánimo de mi madre y mi hermano, en mayo de 1997 comencé a asistir a los ejercicios de grupo en el parque todas las mañanas. Aunque los practicantes del lugar no se conocían bien, eran muy amables y amistosos entre sí. Después de cada sesión de ejercicios, nos reuníamos para leer el Fa juntos. Todos compartían sus experiencias y trabajaban para deshacerse de sus apegos humanos. Ese ambiente era verdaderamente puro, sin mancha por el egoísmo, la fama y otros malos principios de la sociedad. Como practicante de Dafa, me recordaría cada día que mis palabras y actos deben seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Con el tiempo, no sólo mejoró mi salud, sino que me volví más abierta y compasiva. Empecé a perder interés en los beneficios materiales, empecé a mostrar más diligencia en el trabajo y dejé de comparar mi carga de trabajo con la de otros. Con mi buena actitud de trabajo y mi sonrisa alegre, fui elogiada por mis colegas y jefes. Gracias a Falun Dafa, las vidas de toda nuestra familia cambiaron para mejor.
Recuperada de la epilepsia después de recitar sinceramente "Falun Dafa es bueno"
Una noche en el invierno de 2009, mi compañera de clase y mejor amiga me llamó, porque estaba desesperada.
Hace unos días, su hijo tuvo un repentino ataque, echando espuma por la boca y sacudiendo sus piernas sin control. Sufrió un 2º ataque, más severo, unos días después. El médico confirmó el diagnóstico de epilepsia y le dijo que, debido a que sus síntomas eran tan graves y frecuentes, su hijo tendría que tomar medicamentos por el resto de su vida. El médico también le dijo que las fiebres podían desencadenar fácilmente un episodio epiléptico, y que esta enfermedad afectaría al futuro del niño.
Mis compañeros de clase buscaron más información en Internet y encontraron un grupo dedicado a la epilepsia infantil. Los padres de los niños epilépticos de ese grupo mencionaron que el uso a largo plazo de medicamentos para la epilepsia dañaría el cerebro y los nervios del niño, y retrasaría su desarrollo. Sin embargo, no había ninguna alternativa que pudiera curar la epilepsia.
Mi compañera de clase estaba profundamente desesperada cuando pensó en mí. Ella estaba familiarizada con mi historial médico, entendía la verdad detrás de la persecución de Falun Dafa por el partido comunista chino (PCCh), y ya había renunciado al PCCh.
Después de recibir su llamada, supe que era una oportunidad para aclarar la verdad y salvar a su familia. Su esposo era un agente de policía que se había opuesto a que su esposa se reuniera con practicantes de Dafa. Su hijo de 7 años de edad había asistido a una escuela dirigida por el PCCh desde una edad temprana y su mente había sido condicionada con mentiras sobre Falun Dafa.
Organizamos un encuentro en su casa, y traje algunos materiales de aclaración de la verdad, amuletos protectores y una copia de Zhuan Falun. Le dije a su hijo: "Falun Dafa es una forma de cultivación que enseña a la gente a hacer el bien. No creas en las mentiras publicadas por el partido y en su lugar recita sinceramente, ‘Falun Dafa es Bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno’. Recibirás buena salud, excelentes calificaciones y muchas bendiciones". Su hijo siguió mi consejo y empezó a aprender los movimientos de los ejercicios. Aconsejé a mi compañera de clase que continuara estudiando el Fa y practicando los ejercicios con su hijo. Justo antes de irme, persuadí a su marido para que renunciara el PCCh bajo un seudónimo, y él aceptó rápidamente. Su hijo también renunció voluntariamente a los jóvenes pioneros.
Después de eso, los visité unas cuantas veces más para enseñar y perfeccionar sus movimientos de ejercicios. Un día, mi compañera de clase me llamó con la feliz noticia de que su hijo no había sufrido un ataque epiléptico hasta la fecha. También su hijo, que antes estaba de mal humor, ahora se había vuelto más amable al encontrarse con conflictos en la escuela. Su hijo le dijo que era porque se acordaba de aplicar Veracidad-Benevolencia-Tolerancia durante cualquier situación difícil. Me alegró mucho oírlo.
Un tiempo después, mi preocupada compañera de clase me llamó y me dijo que su hijo tenía fiebre. Estaban en el hospital, esperando en la fila para una infusión intravenosa. Como había 100 niños en la fila antes que ella, le preocupaba que la fiebre desencadenara otra serie de convulsiones. Le aconsejé a ella y a su hijo que recitaran la frase "Falun Dafa es bueno, la Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y que confiaran en el Maestro y en Dafa. Diez minutos después, mi entusiasta compañera de clase me llamó con buenas noticias. Ella y su hijo recitaron la frase y en pocos minutos, su hijo había empezado a sudar. Su fiebre disminuyó y su temperatura volvió a la normalidad. Como ya no era necesaria una infusión intravenosa, la madre y el niño se preparaban felizmente para volver a casa.
Han pasado 10 años, y el niño se ha convertido en un joven inteligente y saludable. Su epilepsia nunca ha vuelto a aparecer. Falun Dafa rescató a su familia y les concedió muchas bendiciones. Por eso, creo que la santidad y la bondad de Dafa se han arraigado profundamente en sus corazones.
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Categoría: Beneficios para la salud