(Minghui.org) Alentada por mi marido, que es un practicante veterano, empecé a practicar Falun Dafa hace 11 años.
Estaba muy emocionada porque al leer las enseñanzas de Shifu comprendí el significado de la vida. Admiraba a mi marido y lo escuchaba cuando no sabía cómo hacer las cosas para validar Dafa. Aunque él a menudo encontraba fallos en mí, yo cooperaba con él inequívocamente. Después de 6 meses de que empecé a practicar, mi marido fue arrestado al intentar que los practicantes detenidos fueran liberados. Cooperamos bien y fue liberado y volvió a casa en 24 horas.
Empecé a colaborar hablando a otros sobre Falun Dafa y la persecución casi desde que empecé a practicar. Consideré hacer las cosas como una cultivadora. Aunque estudiaba mucho el Fa, no me cultivé realmente.
Mi marido fue arrestado de nuevo cuando trataba de ayudar a liberar a los practicantes detenidos. Yo fui implicada y detenida. Como mi cultivación no era sólida, no tenía claro los principios del Fa y no sabía cómo negar la persecución. Me liberaron un mes más tarde después de que mi familia usó sus conexiones.
Por largo tiempo estudié el Fa y envié pensamientos rectos después de que fui liberada. Reforcé mi conciencia principal y mis pensamientos rectos. Contraté a un abogado para el caso de mi marido. En el proceso de rescatar a mi marido, poco a poco dejé ir el miedo y negué la persecución. Escribí cartas y aclaré los hechos a los oficiales pertinentes en los departamentos legales. Me volví cada vez más clara en los principios del Fa y mis pensamientos rectos se hicieron más fuertes. A medida que maduraba en la cultivación los otros practicantes me elogiaban y animaban.
Aunque hice mucho en el proceso de rescatar a mi marido, todavía estaba rezagada en la cultivación personal. Inconscientemente desarrollé un apego a pensar que estaba en lo correcto, a la ostentación y al deseo de ser exitosa.
Mi falta de compasión me trae problemas
Después de que mi esposo llegó a casa, en lugar de ser compasiva señalé sus defectos y la razón por la que fue detenido. Pensé que necesitaba ayudarlo a mejorar. Pensé que señalarle sus defectos era para su beneficio y que era mi responsabilidad. Lo culpé por su miedo y por aceptar la persecución. Lo menosprecié y lo miré con desdén, pensé que yo tenía mejor entendimiento de los principios del Fa y que me cultivaba mejor que él.
Él no podía aceptar lo que yo decía y pensó que más bien, yo debía estar contenta de que él saliera con vida. Me pidió que le mostrara las enseñanzas para fundamentar mis acusaciones. Cada conversación terminaba en una lucha y discutíamos constantemente.
Las viejas fuerzas se aprovecharon de mis brechas y me denunciaron a la policía cuando distribuía folletos en un mercado. Fui arrestada y llevada a un centro de detención.
Mientras estaba detenida, miré dentro y repasé mi cultivación. Había estado ocupada haciendo cosas de Dafa pero mi mente no estaba enfocada cuando estudiaba el Fa y no me comporté de acuerdo con los principios de Dafa. Todavía tenía muchos apegos como celos, lujuria, ostentación, gusto por escuchar elogios y búsqueda de consuelo. No era amable con los miembros de mi familia o con otros practicantes. Me dije a mí misma que debía cultivarme después de ser liberada.
Después de un año fui liberada.
Es hora de un cambio
Cuando regresé a casa, traté de mirar dentro cada vez que tenía un conflicto con mi marido. Nuestra relación mejoró un poco pero no cambió completamente. Algo me impedía cultivarme de verdad.
Acababa de aprender a conducir y mi marido y yo condujimos a la casa de un practicante para estudiar el Fa. Mi marido se sentó en el asiento del copiloto y siguió dándome instrucciones. Se quejaba con insistencia si no hacía lo que él decía. Mientras discutíamos, casi choco con otro coche. Entonces, me pasé un semáforo en rojo. Mi marido me preguntó por qué no quería cambiar nunca.
Sus palabras me impactaron mucho. ¡Tenía razón! Quería cambiar a otras personas pero nunca a mí misma.
La familia es un buen ambiente para la cultivación. ¡He perdido tantas oportunidades de cultivarme! Traté esas oportunidades con una mentalidad humana y me quejé si pensaba que me trataban injustamente. Decidí cambiarme a mí misma. ¡En ese momento mi corazón y mi cuerpo se sintieron ligeros!
Fue realmente como dijo el Maestro:
"Transmitir el Fa recto,
con miles de demonios bloqueando,
salvando a todos los seres conscientes,
cambiando las nociones,
eliminando la decadencia,
la luz brillante aparece"
(Nueva vida, Hong Yin)
Cuando me deshice de mis nociones, todo se volvió más sencillo. Antes me quejaba de que mi marido me esperaba para cocinar aunque llegara tarde a casa. Cuando le señalé esto, dijo que no sabía a qué hora debía empezar. Discutimos por cosas triviales. Ahora consideraba cada molestia como una oportunidad de cultivación. Mi marido también cambió. Fue más tolerante conmigo y no me criticó tanto. Cuando aparecieron los conflictos, ambos nos percatamos inmediatamente de que debíamos mirar hacia adentro. Podíamos hablar pacíficamente y nuestra relación se volvió armoniosa.
Un día discutimos sobre cómo tratar un libro que un practicante le dio a mi marido. Pensé que debería tirarlo, pero mi marido quería llevarlo a su lugar de trabajo. Discutimos durante un tiempo. Él se exaltó y yo lloré.
Después de calmarme, me di cuenta de que mis nociones estaban actuando de nuevo. Quería obligarlo a hacer lo que yo creía que era correcto. No me cultivé a mí misma, y en su lugar, lo ayudé a cultivarse.
Le envié un mensaje de texto y me disculpé. Me respondió que había tirado el libro. Este incidente me ayudó a eliminar uno de mis grandes problemas, que nunca admití que estaba equivocada y nunca me disculpé.
Gracias Shifu por despertarme y mostrarme lo que es la cultivación. Haré todo lo posible para dejar mis apegos y hacer el trabajo de Dafa con un corazón puro para venerar la gracia salvadora del Maestro.
Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.
Categoría: Mejorándose uno mismo