(Minghui.org) Un día tomé un taxi y planeé hablar con el conductor sobre Falun Dafa. Antes de empezar, él me contó una historia sobre cómo fue protegido en una situación peligrosa en la que gritó con fuerza: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad, Benevolencia, Tolerancia son buenas".
El conductor Lin (alias) me dijo que un anciano practicante de Falun Dafa le había contado sobre la persecución a Falun Dafa mientras conducía.
Lin dijo que no creyó lo que ese practicante decía, ya que había escuchado demasiada propaganda de odio contra Falun Dafa en los medios de comunicación. Lo interrumpió y amenazó con llevarlo a la estación de policía.
Para su sorpresa, el practicante respondió: "Puede que no sea una coincidencia que yo esté sentado en su auto. No importa lo que me haga, siempre seré amable con usted". Lin se quedó en silencio.
Ese practicante le habló a Lin sobre los principios de Falun Dafa: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia", y su milagroso poder curativo que hace recobrar la salud a la gente. El practicante le explicó que Falun Dafa se ha difundido por más de cien países y que solo está siendo perseguido en China. También habló sobre la farsa de la autoinmolación escenificada en la Plaza de Tiananmen y le describió cómo el régimen chino calumnió a Falun Dafa a través de los medios de comunicación que controla.
El practicante le dijo a Lin antes de bajar de su auto: "Créame, Falun Dafa es una práctica recta. Cuando esté en peligro, grite 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia son buenas', y será bendecido".
Lin me comentó que no tomó en serio aquellas palabras.
Una noche, cuatro jóvenes entraron en su taxi. Querían que los llevara a las afueras de la ciudad.
Aunque Lin no quería conducir muy lejos, no los rechazó.
Justo después de salir de la ciudad, le obligaron a parar el coche y le dijeron que se bajara. Amenazaron con matarlo. "Sentí como si fuera el fin de mi vida". Lin afirmó: "Me resultaba imposible luchar contra aquellos cuatro tipos".
De repente, recordó lo que el practicante le dijo. Gritó en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno!" y "¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia son buenas!".
Inmediatamente, los cuatro hombres huyeron.
Lin se desplomó en el suelo y tardó mucho tiempo en recuperarse. Las lágrimas corrieron por sus mejillas y se sintió muy afortunado de haber recordado las palabras en ese momento crítico.
Desde entonces, cada vez que escucha decir a la gente cosas negativas sobre Falun Dafa, les comparte su historia.
Después de contarme esto, Lin me preguntó: "¿Cómo se atrevió el gobierno a difundir tal mentira sobre Falun Dafa? ¿Cómo puede un gobierno engañar a la gente de esta manera? Tengo la suerte de saber la verdad, pero creo que hay mucha gente que todavía cree en la propaganda del gobierno".
Le respondí: "No se preocupe, hay muchos practicantes de Falun Dafa aclarando la verdad a la gente todos los días. Gastan su propio dinero y arriesgan sus vidas para despertar a la gente. Más y más gente está conociendo los hechos, al igual que usted. El partido comunista no puede engañar a la gente para siempre".
Lin me dijo: "Les apoyo totalmente. También les contaré mi historia a mis colegas. Por favor, ayúdeme a renunciar al partido comunista y sus organizaciones afiliadas".
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