(Minghui.org) Fui arrestada y llevada a un centro de detención por practicar Falun Gong no hace mucho. Como me negaba a cooperar, el guardia de turno me gritó. No me afectó y me burlé de él: "Eres un policía muy grosero". En ese momento, la tensión se alivió. Se rió y se lo dijo a los otros guardias: "No podemos retenerla aquí, o cambiará la opinión de cada uno de nosotros".

Guardias: "Ya no nos ocuparemos de nada relacionado con Falun Gong"

Más tarde llegó otro guardia, y entonces varios guardias me inmovilizaron en una silla y me sujetaron las manos a la espalda. Me volví hacia el guardia recién llegado y le dije: "Mírelos, no hice nada malo, pero ¿tratan así a una mujer bondadosa?". Entonces se dio la vuelta, miró hacia donde estábamos y comenzó a reírse. Los guardias soltaron el grillete inmediatamente. Más tarde supe que era el director del centro de detención.

Los guardias no sabían cómo tratar conmigo. Me ordenaron que fuera al patio, donde intentaron forzarme. Tres me sujetaron, y uno preguntó: "¿Dónde está tu Maestro?". Les dije firmemente: "Mi Maestro está a mi lado". En ese momento, se comportaron como si sus cabezas fueran golpeadas con un palo, y parecieron quedar consternados.

Llamaron a su supervisor para pedirle más instrucciones sobre qué hacer conmigo, pero no recibieron respuesta, ni siquiera después de varias horas. Uno de ellos se quejó de que aquello resultaba extraño. Aproveché la oportunidad para aclararles la verdad sobre Falun Gong y la persecución.

Les dije que a muchos administradores de alto nivel ya se les había dicho la verdad sobre Falun Gong, y todos querían eludir la responsabilidad de perseguirlo. Muchos están protegiendo a los practicantes, esperando expiar los pecados que cometieron cuando los perseguían activamente.

Por ejemplo, cuando se les ordenaba arrestar a alguien, primero lo notificaban al practicante y luego informaban de que no podían encontrarlo. O bien, detenían al practicante y lo liberaban a la vuelta de la esquina.

"Yo diría que estos agentes son muy inteligentes", afirmé. "Sé que todos ustedes son gente inteligente y saben lo que deben hacer en el tema de Falun Gong. Esto es realmente algo concerniente a su futuro, al momento en que el partido ya no esté en el poder".

Sus expresiones faciales mostraron que lo entendieron. Algunos expresaron su pesar: "Esta es la última vez, ya no nos ocuparemos de nada relacionado con Falun Gong".

Jefe del centro de detención: "¿Qué más dijo su Maestro?"

Dos días después, me llevaron ante el jefe del centro de detención. Me preguntó mi nombre y por qué no llevaba el uniforme de interna. No le respondí. Me amenazó: "Ya que estás aquí, tienes que seguir las reglas. De lo contrario, tenemos sillas de hierro y un cuarto oscuro esperándote".

Respondí: "Practico Falun Gong, y me rijo por los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No cometí ningún crimen".

"¿Te dijo tu Maestro que no te pusieras el uniforme?", preguntó.

"No, pero nuestro Maestro nos dijo que no debíamos cooperar con la persecución. ¿Sabe por qué me niego a usar el traje de interna?".

"¿Por qué?".

"¡Lo hice por usted! Si me obligan a llevar el traje de interna, algún día, cuando la justicia prevalezca, ¡serviría como prueba de que participó en la persecución!".

Se sorprendió y se sentó. Hablamos un poco más, y le dije que la persecución interrumpió nuestras vidas normales.

Estaba a punto de usar la técnica de propaganda del partido comunista chino (PCCh), y me culpó por llegar al extremo y negarme a ir a trabajar. Pero no terminó la frase, al darse cuenta de que la razón por la que no iba a trabajar era porque estaba encerrada en el centro de detención.

También le dije que siempre estaba llena de energía por practicar Falun Gong, y que el hecho de que me detuvieran allí causaría una gran pérdida a mi lugar de trabajo.

También me preguntó si mi suegra me apoyaba en la práctica de Falun Dafa. Le dije que antes estaba tan débil que tenía que usar una chaqueta de plumas en mayo, mientras que la mayoría de mis colegas estaban en mangas cortas. Mi suegra fue testigo de mis cambios después de comenzar la práctica en 1997, y me animó a seguir practicando.

"Bueno", continuó diciendo: "no importa. No te preguntaré más sobre cosas de las que no quieres hablar. No es algo fácil de soportar".

Pude ver que simpatizaba con la situación de los practicantes de Falun Gong.

Le dije: "Nuestro Maestro dijo lo siguiente sobre soportar".

"El Ren, es la clave para mejorar el xinxing de uno. El aguantar con odio, quejas o lágrimas es el Ren de una persona común que está apegada a sus recelos. Sólo el aguantar completamente sin ningún odio ni queja alguna es el Ren de un cultivador" (Qué es Ren, Escrituras esenciales para mayor avance).

Parecía estar sorprendido por lo que dije. "¿En serio? Resulta que tu 'tolerancia' no era un asunto tan desagradable como pensaba".

No solo estaba interesado, sino que también se mostró curioso: "¿Qué más dice tu Maestro?".

Empecé a contarle los fundamentos de esta práctica de cultivación: los 5 ejercicios, los principios y cómo mejorar el nivel moral de uno mismo.

Le mostré la primera serie de ejercicios y la meditación sentada. Hizo algunas preguntas más, y más tarde concluyó: "Bueno, me parece que realmente te beneficiaste de Falun Gong. No podría hacerte cambiar de opinión".