(Minghui.org) Mientras muchas familias de todo el mundo se reunían para celebrar la Nochebuena, Benedict Rogers, cofundador y director ejecutivo de Hong Kong Watch, inició una huelga de hambre de 24 horas en protesta por la persecución de personas inocentes por parte del partido comunista chino.

"No puedo, en buena conciencia, disfrutar de las celebraciones de Navidad sin recordar a mis hermanos y hermanas de Hong Kong, tibetanos, uigures, cristianos, Falun Gong y disidentes chinos. Lo menos que puedo hacer es sacrificar unas horas de mi Nochebuena en un gesto simbólico de solidaridad y pedir al mundo que hable por ellos y que se enfrente a las atroces violaciones de los derechos humanos por parte del régimen chino. Espero que otros se unan a mí en todo el mundo, al menos en espíritu, en estas demandas", dijo Rogers al medio de comunicación británico The Tablet.

Benedict Rogers

Rogers dijo que no puede estar con su madre este año debido a la pandemia, lo que lo hizo aún más comprensivo con las personas "que están separadas de sus familias y seres queridos debido a la inhumana represión del régimen del partido comunista chino".

"Esta Navidad hay personas en prisión en Hong Kong y en toda China que no pueden estar con sus padres, cónyuges, parientes y amigos, y lo que es peor, están languideciendo en condiciones calamitosas y sometidos a la tortura física y mental y a la esclavitud.

Antes de su huelga de hambre, publicó una carta abierta a Xi Jinping, el jefe del partido comunista chino, así como otra carta abierta a "todos los pueblos que sufren bajo el régimen represivo del partido comunista chino".

Rogers dijo que su acción era "para hacer saber a los pueblos de China, y especialmente a los prisioneros de su régimen, que no están olvidados y no están solos". Y mientras se sientan en sus celdas o campos de concentración en diferentes lugares de China esta Nochebuena, espero que sepan en su espíritu que hay personas en el mundo libre que hablan en su nombre, pidiendo su liberación, asegurándose de que el mundo no ignore sus gritos".

Añadió: "Además de todos los prisioneros de conciencia individuales en toda China, están las grandes tragedias que también mantienen mi alma y mi conciencia despiertas por la noche: el genocidio de los uigures; las atrocidades en el Tíbet; la persecución a los cristianos, a los practicantes de Falun Gong y otras religiones; la represión de la sociedad civil, los abogados, los blogueros, los periodistas, los denunciantes y los disidentes; las promesas rotas y el desmantelamiento de la libertad en Hong Kong; la bárbara sustracción forzada de órganos, la tortura y el trabajo esclavo. Estas cosas deben llegar a su fin".