(Minghui.org) Quisiera compartir algunos pensamientos después de que un familiar me amenazó en cinco oportunidades para que firmara una carta de arrepentimiento durante la reciente campaña "reducción a cero".

La campaña de "reducción a cero" es un esfuerzo organizado para forzar a cada practicante de Falun Dafa en las listas negras del partido comunista chino (PCCh) a renunciar a su fe.

Recibí una llamada telefónica de un pariente un día de septiembre. Me insultó y me amenazó sin decir lo que había pasado. Más tarde supe que uno de sus excolegas se había convertido en el secretario general del comité local de asuntos políticos y jurídicos; le dijo a mi pariente que me hiciera firmar la carta de arrepentimiento.

La primera vez que llamó, me negué. Pero el secretario general cambió de táctica y le dijo a mi familiar que solo tenía que firmar una vez y que no me molestarían mientras él ocupara ese puesto. Me negué por segunda vez.

El secretario general debe haber hecho algo más. Mi familiar regresó de nuevo con una carta de arrepentimiento ya escrita y me presionó para que la leyera y firmara mientras me grababa en video. Me negué por tercera vez.

Mi familiar regresó dos veces más, pero aún así me negué a cooperar.

Un informante me dijo que las autoridades no podían eliminar a nadie de la lista negra aún cuando prometieron a los practicantes que tacharían sus nombres de la lista si leían y firmaban la carta.


La lista no está controlada por las autoridades locales, por lo que los practicantes no deben creer en ninguna de las promesas que hagan. Solo quieren que traicionemos a Dafa. Tan pronto como cedamos a sus demandas una vez, ellos querrán más y gradualmente nos arrastrarán hacia abajo.

Por la sangrienta historia del partido comunista sabemos que necesita tener un enemigo. Si no hay ninguno, creará uno. El partido también instiga al odio. Por ejemplo, le dijeron a los campesinos que los terratenientes eran sus enemigos, y a los trabajadores que los capitalistas eran sus enemigos. Siguen diciendo a los chinos que los Estados Unidos y Taiwán son sus enemigos.

Nos amenazan porque siempre persiguen a la gente. No hemos hecho nada malo. Compañeros practicantes, no se dejen engañar por sus mentiras ni se rindan ante su coerción.