(Minghui.org) Me conmovió profundamente un artículo de intercambio de experiencias del sitio web de Minghui, en el que un practicante explicaba cómo encontró su apego fundamental. Lo leí varias veces. No podía contener las lágrimas. Aquello me hizo reflexionar sobre mi propia cultivación.

Aunque conocía mi propio apego fundamental desde hacía mucho, no hacía nada para eliminarlo. Quería escapar de los sufrimientos de este ciclo de existencia, convertirme en inmortal y vivir feliz para siempre. Quería alcanzar el éxito en la cultivación para mi propia paz mental, y vivir con comodidad.

Durante algún tiempo, cierto conflicto emocional me angustiaba y me resultaba difícil mantener la calma. Entonces empecé a leer y a copiar a mano las enseñanzas del Maestro Li Hongzhi (el fundador) en relación a cómo renunciar al sentimentalismo y a recitar las palabras una y otra vez hasta que mi mente se calmaba.

Externamente, parecía que mis pensamientos eran rectos. Internamente, sin embargo, estaba pensando: "Por favor, detenga estos sentimientos para que pueda volver a disfrutar de paz mental. Casi no puedo soportar el sufrimiento mental”. Sentí extrañeza cuando surgió este pensamiento, pero no profundicé en él.

Acabé por entender mejor mi situación tras leer las enseñanzas del Maestro y algunas experiencias de practicantes. Mi objetivo verdadero, cuando trataba de abandonar aquel sentimentalismo, era que el Maestro y Dafa pusieran fin a mi sufrimiento; era un motivo egoísta. Lloré y dije: "Maestro, lamento que mis razones sean egoístas e impuras”.

Hacer que la gente conozca la verdad

Comprendía la importancia de contarle a la gente la verdad y hablarle sobre Falun Dafa y la persecución, así que había sido muy proactiva, durante años. Siempre, antes de salir a aclarar la verdad, pasaba algún tiempo leyendo las enseñanzas del Maestro o recitando los poemas en Hong Yin. También enviaba pensamientos rectos. Sin embargo, seguía sintiéndome nerviosa cuando salía a hablar con la gente. Al final, superé esos pensamientos negativos.

Cuando hablaba con la gente, esperaba sinceramente que pudieran conocer la verdad y salvarse. En unas dos horas, podía convencer a unas ocho personas de que renunciaran al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.

Al mismo tiempo, una voz interior me decía: "Si no le digo la verdad a esta persona, me castigarán cuando todo termine. Nunca alcanzaría el éxito en la cultivación". Este apego tan arraigado se enfocaba en mi propio futuro, no en el bienestar de los seres conscientes.

Cuando las cosas salían bien mientras aclaraba la verdad, me alegraba porque la gente seguía mi consejo [de renunciar al PCCh] y, de este modo, yo “ganaba" más créditos hacia la consumación.

Cuando la gente se negaba a escucharme o me pedían groseramente que desapareciera, me sentía herida. Me quedaba varios días en casa. Estando tan apegada a mis sentimientos, ¿cómo podía ser compasiva de verdad?

El Maestro dijo:

"Pero las mentes del fo falso y la pusa falsa son extremadamente malas, porque persiguen dinero. Estos son producidos en otro espacio y, al tener una mente y conocer unos pocos principios, no se atreven a hacer grandes cosas malas, pero sí se atreven a hacer pequeñas cosas malas. A veces también ayudan a la gente, porque si no ayudan a la gente, ya serían completamente perversos y los eliminarían" (Quinta Lección, Zhuan Falun).

Los fo falsos también hacen buenas obras y ayudan a la gente. Pero lo hacen solo por dinero y para evitar que los eliminen. Pero, ¿y yo? Aunque hacía las tres cosas, mi verdadero motivo apuntaba a lograr la consumación y ser feliz.

El Maestro nos dijo:

"Dado que al salvar a la gente no se habla de condiciones, recompensas, remuneración y tampoco fama, ellos son mucho más elevados que las personas ejemplares entre la gente común; esto es totalmente por sus corazones de misericordia" (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Me di cuenta de que un verdadero fo no está apegado al “ego” y sirve a los demás sin motivos egoístas. Aunque conocía este principio, normalmente, no lo ponía en práctica en mi vida diaria. Incluso siento que he sido alguien bastante complaciente en la cultivación. Ahora puedo ver mi omisión y he obtenido una comprensión más profunda de lo que es la verdadera cultivación.