(Minghui.org) Practico Falun Dafa desde hace más de 20 años. No importa dónde esté y cuán duro sea el ambiente, recuerdo la enseñanza del Maestro: "... ser buenos y luego aún mejores personas..." (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles).

A medida que mi cultivación mejoró, mi cuerpo y mi mente cambiaron mucho. Pasé de sentirme torturada por todo tipo de enfermedades, a estar libre de ellas, de regatear cada gramo a pensar siempre en las necesidades de los demás, de ser un cordero perdido a una practicante de Dafa bien cultivada, mi vida fue limpiada y reformada en Dafa. Soy testigo del poder de Dafa.

Antes de practicar Falun Dafa, padecía una enfermedad cardíaca congénita, hipertensión, gastroenteritis crónica, bronquitis crónica, faringitis crónica, mareos y otras enfermedades. No creía en el qigong debido a la influencia de una educación atea. Cuando mi esposo fue internado con cáncer de hígado en 1998, su compañero de cuarto le recomendó Falun Dafa. Decidí probarlo para él y me uní a un grupo de meditación cerca de mi casa.

Más allá de cualquier expectativa, todas mis enfermedades desaparecieron después de practicar por menos un mes. Lo más sorprendente fue que mi cuerpo comenzó a producir anticuerpos contra la hepatitis B. Nuestro hijo y yo recibimos la vacuna contra la hepatitis B. Nuestro hijo rápidamente desarrolló anticuerpos contra la hepatitis B, pero yo nunca lo hice. El doctor dijo que debido a que yo era una adulta con mala salud era difícil para mí formar anticuerpos contra la hepatitis B.

Después de experimentar todo lo que me pasó, tuve que reflexionar sobre mi visión del mundo. El ateísmo que me había encarcelado por décadas ya no me afectaba. Me embarqué en un viaje para regresar a mi yo original.

Convertirme en autodidacta de élite de las ventas

Yo era una ejecutiva de negocios de una gran compañía financiera nacional. Cuando comenzó la persecución a Falun Dafa, la gerencia de la compañía quedó bajo presión del gobierno, así que fui removida de una posición gerencial y reasignada a un puesto de ventas.

El caos en la industria financiera de China es notorio. Las ventas financieras son particularmente riesgosas debido al largo ciclo y la incertidumbre. Tienen altos requerimientos de cualidades profesionales como habilidades de ventas, sensibilidad de carrera, y habilidad para investigar y juzgar el mercado. Sin embargo, yo sabía poco de todo esto y tuve que empezar desde cero.

Al principio estaba perdida porque no tenía experiencia en ventas, nunca fui sociable y me sentía incómoda frente a los clientes. Sin embargo, para sorpresa de todos, conseguía algunas ventas todos los días. Mis colegas me preguntaron cómo era capaz de vender con tanta facilidad. Les conté que practico Falun Dafa, sigo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y que mi energía positiva puede influenciar a los clientes. Algunos clientes me dijeron que se sentían seguros al comprarme productos.

Yo era la única empleada que no tenía un certificado profesional en ventas, así que estudié por mi cuenta hablando con la gente, busqué información en Internet y participé en el entrenamiento de negocios. Mi comunicación con los clientes se hizo gradualmente más fluida. A veces hacía tratos usando solo unas pocas frases. Los clientes confiaban mucho en mí. A menudo me presentaban a sus amigos para que hicieran negocios conmigo. En tres meses, me convertí en la mejor vendedora de la empresa. En la reunión de la compañía, el director general les dijo a todos que aprendieran de mí.

Un nuevo enfoque en un mundo corrupto

Hay un dicho en el mundo de las ventas, "Los clientes son los padres que proveen la ropa y la comida". El que gana clientes gana el mercado. Por lo tanto, algunas empresas ofrecen bonos a los buenos vendedores para abrir el mercado y mejorar el conocimiento del producto.

Fui citada como modelo de negocio durante diez años consecutivos, gané el top 100 de vendedores a nivel nacional y gané muchos premios de las empresas generales y provinciales. Debido a mis excelentes resultados de ventas me convertí en una vendedora modelo para muchas empresas cooperativas. Mi oficina era como un mercado que los vendedores de diferentes empresas venían a visitar. Algunos me traían fruta y otros me traían bocadillos. Tenían miedo de que yo favoreciera a una empresa sobre las demás. Me preocupaban los regalos, porque aceptarlos no cumple con el estándar de un practicante de Dafa. Sin embargo, si no los aceptaba, me vería diferente a mis compañeros.

Al principio no acepté nada, pero la gente se sintió incómoda con esa respuesta. Más tarde, acepté pequeñas cosas como la comida, que compartí con mis colegas. Siempre rechazaba los regalos que eran caros. Si la persona insistía, simplemente les daba los regalos a nuestros clientes.

Algunas personas no me entendían. Un vendedor de otra empresa me pidió una vez que promocionara un nuevo producto suyo. Le dije que no podía venderlo por ellos porque había defectos en el producto. Me indicó que me darían un gran "bono". Le conté que yo cultivaba Falun Dafa y que no haría tal cosa. Se fue descontento con el resultado.

Unos días después, me dijeron que alguien denunció a mi equipo de ventas por "recibir grandes descuentos comerciales". Fuimos inspeccionados de inmediato. Se reveló que no recibí ningún reembolso, pero que a menudo usaba mi propio dinero en promociones de negocios y mantenimiento de clientes. Uno de los gerentes me dijo que muy pocas personas hacen negocios como yo hoy en día y solo entre los practicantes de Falun Dafa se puede encontrar una persona así. Los ejecutivos de la compañía también advirtieron a los vendedores que siguieran las reglas, de lo contrario, serían expulsados del mercado local.

Durante diez años en ventas financieras, seguí el estándar de Falun Dafa de ser una buena persona. No solo me convertí en la mejor vendedora, sino que también traje una nueva forma de operar a la industria.

Descubrí que es tal y como dijo el Maestro:

"Todos los oficios de la sociedad humana deben existir; es el corazón del hombre el que no es recto, y no tiene que ver con qué profesión ejerce uno. En el pasado se decía algo como “de diez comerciantes, nueve hacen trampa”; esto dice la gente común, pero yo digo que es una cuestión del corazón humano" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).