(Minghui.org) El Sr. Yang era jefe de policía y más tarde se convirtió en el gerente de una empresa de construcción. Nos conocemos desde hace muchos años. Yo trabajo para una compañía inmobiliaria. Nuestras dos compañías fueron a los tribunales debido a una disputa de contrato.

El Sr. Yang me llamó en junio de 2020 para reunirnos y charlar. Le había hablado previamente sobre Falun Dafa y lo ayudé a renunciar al partido comunista chino (PCCh). Pensé que quería hablar sobre el caso de la disputa del contrato. Parecía ansioso, así que decidimos reunirnos en un restaurante el 6 de julio.

Después de intercambiar nuestros saludos, comenzó a hablar de los tiempos difíciles que había estado experimentando durante los últimos años. Incluso me mostró una cicatriz que tenía de una cirugía reciente.

Nuestra conversación comienza:

Yang: “Nuestras empresas han estado de pleitos durante varios años. Durante este tiempo, pasé por una cirugía que me dejó seis cicatrices. El médico me aconsejó que comiera ligero, solo hasta que estuviera satisfecho en un 60%”.

Yo: “La vida es sufrimiento. Parece que nadie puede pasar más de tres días sin preocupaciones”.

Yang: “Mírame, he envejecido, pero tú no. De hecho, creo que pareces más joven que antes. Cada vez que te veo, siento tu energía positiva. Nos conocemos desde hace casi diez años y siempre te ves igual. Además, disfruto hablando contigo.

Yo: “Me he beneficiado de la práctica de Falun Dafa; es asombrosa y es por eso que la gente continúa practicando a pesar de la persecución. No se dejan engañar por el PCCh. Si Dafa no es bueno, ¿por qué tanta gente de todas las clases sociales en China y alrededor del mundo quieren practicar? Somos casi de la misma edad. Tú pasaste por varias cirugías en los últimos años, pero yo no he estado enfermo en todo ese tiempo. ¿No crees que Dafa es un milagro?”.

Yang: “Un compañero mío es practicante de Dafa, a pesar de la persecución del PCCh, él insiste en practicar. Su salud es buena y nunca toma medicamentos”.

Yo: “Los practicantes tienen buena salud después de practicar los ejercicios y de estudiar el Fa, por lo que no tienen necesidad de tomar medicamentos. ¡Solo Dafa puede resolver el sufrimiento y los problemas de tu vida! ¡La vida es corta y no es fácil encontrar a Dafa! Es el destino quien nos ha reunido y hace que podamos hablar de esto”.

Yang: “Bien, practicaré Falun Dafa y animaré a mi esposa a hacerlo también. Ella ha sido ascendida ahora al rango de secretaria de inspección de disciplina y directora adjunta. Se jubilará en unos años, y luego nos mudaremos al sur de China y practicaremos Dafa todos los días”.

Aparentemente, Yang temía la persecución porque sabía profundamente sobre la naturaleza malvada del PCCh. Hablamos de que le descargaría los libros del Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) entre los que se incluían; Zhuan Falun y Da Yuanman Fa, Vía de la Gran Perfección, a una memoria USB para que pudiera leerlos desde su computadora personal.

Estaba impaciente por empezar a practicar y me preguntó qué podía hacer antes de recibir el dispositivo USB. Le dije que repitiera: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. Repitió las frases una y otra vez para poder memorizarlas.

A la mañana siguiente, Yang me llamoó: “Repetí esas frases anoche. Dormí profundamente. No me he sentido tan cómodo desde hace mucho tiempo”. Por la tarde, vino a mi oficina para llevarse la memoria USB, y continuamos hablando durante horas.

Yang me llamó de nuevo el 15 de julio: “Después de salir de tu oficina esa noche, conduje mi auto a través de un bosque oscuro. Había tormenta y los truenos rugían. Me asusté, me temblaban las piernas y mi corazón comenzó a palpitar. Estaba preocupado de que mi cuerpo no pudiera soportar el estrés. Así que comencé a repetir: ‘Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno’. Poco a poco, me calmé y no tuve miedo. Mi cuerpo se llenó de energía y regresé de forma segura a casa. Realmente no sé qué decir”.

Le pregunté: “¿Has leído el libro?”. “¡Sí, los libros son maravillosos! Los he estado leyendo en el ordenador durante los últimos días. Ahora entiendo que encontrar Dafa ha sido para mi obtener el mayor tesoro. ¡Muchísimas gracias!”. Le dije que no me diera las gracias a mí, sino al Maestro Li.

Después de hablar con Yang, mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en la infinita compasión del Maestro. No podemos imaginar la inconmensurable cantidad de sacrificio que soporta para salvar a todas las personas del mundo. ¡No hay palabras para describir mi gratitud!