(Minghui.org) Cuando mi madre y mi hermana se vieron obligadas a abandonar su hogar para evitar ser arrestadas y acosadas por practicar Falun Dafa, mi primo las protegió y las ayudó a volver a establecerse.
Desde entonces, el segundo hijo del único hermano de mi madre, las cuida mucho, como si fueran sus propias madre y hermana. También su esposa y su hijo lo hacen, quienes saben lo maravilloso que es Falun Dafa y lo terrible que es la persecución.
Muchas cosas han pasado durante los últimos 20 años, desde que comenzó la persecución a Falun Dafa en 1999. Mi primo siempre se mostró solidario y ha sido bendecido por su sentido de la justicia y su buen corazón.
Cuidando de mi madre cuando detuvieron a mi hermana
A mi hermana la condenaron por su fe a dos años de trabajos forzados. En ese momento, mi madre tenía más de 70 años y no solo tenía que vivir sola, sino que también tenía que viajar por sus propios medios al campo de trabajo para ver a mi hermana.
Cuando mi primo se enteró de su situación, comenzó a llamarla por teléfono habitualmente y todos los meses tomaba el tren para ir a visitarla. La ayudaba a sobrellevar casi todos sus problemas cotidianos en casa. Hoy en día, aunque mi hermana ya vive con mi madre, sigue viniendo a verla todos los meses.
Años más tarde, mi hermana fue arrestada de nuevo y sentenciada a prisión. En aquel entonces mi madre tenía más de 80 años. Como yo vivía lejos, solo podía visitar a mi madre una vez al año. Sin embargo, mi primo iba a verla a menudo.
Cuando su vista empezó a deteriorarse y su memoria empeoró, mi primo imprimía recordatorios en letra de gran tamaño y los colocaba por la casa. Por ejemplo, una nota en la puerta de entrada decía: “Recuerda tomar tus llaves antes de salir de casa".
Antes de ser sentenciada, mi hermana compareció ante la corte cuatro veces. En cada ocasión, la familia entera de mi primo se presentó para apoyarla.
Acompañando a mi madre para rescatarme
Mi madre y mi hermana viven en el noreste de China, mientras que yo vivo en el sur.
Cuando también me arrestaron por exponer la persecución a Falun Dafa, mi primo tomó varios vuelos de ida y vuelta con mi madre de 85 años, entre su casa y mi centro de detención. Confrontó con valentía a los policías por torturarme.
Cuando me vio en la corte con grilletes, se enojó y protestó ante el tribunal: "¿Qué clase de crimen cometió mi prima para tener que llevar grilletes?”.
Mi primo ha ayudado no solo a mi familia, sino también a otros practicantes de Falun Dafa. Una vez vio que algunas personas estaban a punto de denunciar a una practicante mayor a la policía por haberles hablado de la persecución. Entonces, intervino y llamó un taxi para la practicante.
Con su ayuda, la practicante pudo llegar sana y salva a casa. El yerno de la anciana acabó encontrando la casa de mi primo y le llevó algunos regalos para agradecerle su acción.
Mi primo hablaba a menudo con sus colegas sobre Falun Dafa y los instaba a dejar el partido comunista chino y sus organizaciones afiliadas.
Toda la familia es bendecida
Mi madre suele decir que mi primo debe tener una conexión especial con nuestra familia. Toda su familia siempre ha sido muy amable con nosotros.
Debido a sus buenos corazones, su familia entera fue bendecida. Mi primo solía tener la peor salud de todos sus hermanos, pero ahora es el más fuerte y saludable. Aunque tiene más de 60 años, trabaja como un joven lleno de energía.
Su hijo se graduó de una escuela técnica y, aunque es raro que alguien de su escuela consiga un trabajo justo después de la graduación, toda su clase fue reclutada por una gran empresa estatal y se convirtió en un empleado fijo. Un reclutamiento laboral tan estelar nunca había ocurrido antes y no ha vuelto a ocurrir desde entonces.
La calidad de vida de mi primo también mejoró. Originalmente vivía en un edificio muy antiguo que parecía que podía derrumbarse en cualquier momento. Hace unos años, encontró y compró un luminoso y espacioso apartamento en un edificio nuevo, a un precio muy inferior al valor promedio de mercado.
La esposa de mi primo es muy inteligente, amable y simpática, especialmente con los ancianos. Ahora está ayudando en el cuidado de su nieto y disfruta de la vida.
Hace unos días, volví al noreste de China para ver a mi madre. Mi primo estaba preocupado por mi seguridad y le dijo repetidamente a mi madre que lo llamara cuando yo llegara. Eran las tres de la mañana cuando llegué y mi primo todavía estaba esperando su llamada.
Ese es mi primo. No podría respetarlo más o estarle más agradecida.
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