(Minghui.org) Fui arrestada y retenida en un centro de detención con más de 30 otros practicantes de Falun Dafa de nuestra área en mayo de 2005. Cuando esto sucedió, mi hijo se estaba preparando para el examen nacional de ingreso a la universidad.

Mi hijo estaba bajo mucha presión. No era la primera vez que me perseguían. Mientras estaba detenida, él desarrolló un gran tumor entre el ano y el coxis. El absceso le estalló cuando estaba haciendo el examen nacional de ingreso a la educación superior. Aunque lucía desaliñado y con los pantalones sucios, decidió terminar su examen.

Me liberaron un mes después. El tumor todavía le molestaba. Se había reventado y no se curaba pese a que se aplicaba medicina todos los días. El médico no podía hacer nada más que cortarlo y drenarlo. Mi hijo no dejó de administrarse antibióticos todos los días hasta septiembre, cuando marchó a la universidad en Beijing. El corte no se había curado y resultaba doloroso.

Lo llamé frecuentemente a la universidad para preguntarle sobre el absceso. Como no quería que me preocupara, me decía que estaba bien. Cuando volvió a casa para las vacaciones de invierno, descubrí que le dolía y que el tumor no se le había curado. ¿Por qué había durado tanto tiempo, casi diez meses?

Apliqué la medicina con un bastoncillo de algodón. La punta del bastoncillo penetró profundamente en el absceso y se empapó en un apestoso líquido oscuro y sanguinolento. Me preocupaba que afectara a uno de sus órganos. Le pregunté a mi hijo si le dolía. Con lágrimas en los ojos, dijo que sufría de dolor todos los días. No le había contado a nadie el dolor que estaba sufriendo.

Le dije: "Estarás bien siempre y cuando digas todos los días: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia' es bueno". Mi hijo no lo creyó y ni siquiera quiso oírme decirle esas palabras. Se enojó cuando lo hice.

A lo largo de los años, cada vez que perdí mi libertad debido a mi práctica, sucedió en momentos importantes para mi hijo, como cuando estaba entrando en la escuela media, la secundaria y la universidad. Mi familia estaba bajo mucha presión y se preguntaba por qué sucedía en momentos tan críticos. Los agentes del partido comunista chino (PCCh) incluso amenazaron a mi hijo: "Si tu madre continúa practicando Falun Dafa serás expulsado de la escuela".

Mi esposo llevó a mi hijo al hospital pero el doctor dijo: "No hay un tratamiento efectivo". No es una buena época del año para hacer una cirugía. Vuelva en mayo y lo cortaremos y drenaremos de nuevo. Prepárese para estar en cama durante dos meses después de la cirugía. No puedo garantizar la recuperación".

Toda mi familia había sido influenciada por la propaganda del PCCh. Ni siquiera quisieron escucharme cuando intenté explicarles la naturaleza corrupta del PCCh.

Después de las vacaciones de invierno, mi hijo volvió a la universidad. Planeé alquilar un apartamento cerca de su universidad y cuidarlo hasta el próximo mayo.

La persecución de todos los practicantes de nuestra ciudad era bastante severa en ese momento. Los practicantes que preparaban materiales de aclaración de la verdad a menudo eran condenados a largas penas de prisión. Estos materiales eran limitados, y yo era la única persona que tenía contacto con un practicante que había estado trabajando silenciosamente en ellos. Todos los materiales que ella preparó me fueron distribuidos. Durante el año pasado, asumí mucha responsabilidad en la distribución de los materiales y del semanario de Minghui.

Le dije a la otra practicante sobre el estado de mi hijo y le dije que iría a Beijing. Quería que alguien más me reemplazara mientras yo no estaba. El practicante que estaba preparando los materiales de aclaración de la verdad no quería reemplazarme porque la persecución era severa y los otros practicantes no eran maduros, y aún así tenían fuertes apegos al miedo. Dijo que podría dejar su trabajo y esperar mi regreso.

Me sentía triste cuando llegué a casa. Estaba pensando en cómo ir a Beijing afectaría todos los materiales de aclaración de la verdad en toda la ciudad, y cómo eso afectaría nuestro trabajo de difundir la verdad.

Hablé con el Maestro: "Maestro, para permitir que los compañeros de práctica mejoren y para salvar a más personas estoy dejando de lado el apego a mi hijo. He decidido no ir a Beijing y seguir haciendo lo que se supone que debo hacer. Por favor, fortalézcame Maestro y ayúdeme a soltar mis nociones humanas".

Llamé a mi hijo por teléfono y le dije con cariño: "Mamá te quiere. Quiero darte lo mejor. Todo lo que hago es por ti. Por favor, repite de corazón: "'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia' es bueno". No necesitas gastar ni un centavo. Estarás bien. Solo Dafa puede salvarte. He decidido no ir a Beijing". Estuvo de acuerdo.

Mi corazón se calmó después de eso. Mi hijo me llamó tres días después y me dijo con alegría: "Mamá, el absceso está curado. No hay sangre y está seco. Te estoy diciendo la verdad".

Después de escuchar esto, le dije en voz baja al Maestro: "Gracias Maestro. Es porque he dejado ir mis propios apegos". Es el Maestro quien salvó a mi hijo.

A través de la tribulación de mi hijo, comprendí la importancia de dejar ir mis propios apegos. Si yo estuviera demasiado apegada, no podría cumplir mi voto, eso retrasaría el proceso de salvar a la gente, y mi hijo no cambiaría su noción ni dejaría ir su dolor.

El resultado se debió a la misericordia del Maestro. No hay palabras para expresar mi gratitud. Solo puedo cultivarme diligentemente, dejar ir mis apegos, hacer buen uso de este precioso tiempo y hacer las tres cosas lo mejor que pueda.