(Minghui.org) Solía tener prejuicios contra Falun Dafa porque creí en los rumores y mentiras difundidas por los medios de comunicación del partido comunista chino (PCCh). Sin embargo, después de enfermarme, experimenté milagros que cambiaron mi mente.

Engañada, ignoré los milagros que mi hija experimentó

Siempre fui débil y enfermiza. Tenía una enfermedad cardíaca congénita y empecé a tener dolores de cabeza neurológicos cuando tenía alrededor de 11 años, eran tan dolorosos que no me atrevía a mover la cabeza. Me disloqué la columna vertebral antes de cumplir los 40 años. Cuando estuve enferma, llegué a estar postrada en la cama y no podía cuidarme sola. También desarrollé problemas en todo mi sistema digestivo, tales como una úlcera duodenal, colecistitis e inflamación del colon transverso. No podía ni siquiera ir al baño sola, así que no comía ni bebía con normalidad. Mi vida era realmente dolorosa.

Mi hija se sometió a una cirugía ginecológica en 1995 y tardó mucho tiempo en recuperarse. Sufrió mucho porque no podía pararse derecha y le dolía el abdomen. Empezó a practicar Falun Dafa en marzo de 1999 y se recuperó milagrosamente de todos sus problemas en menos de un mes.

En julio de 1999, Jiang Zemin comenzó a perseguir a Falun Dafa. Mi hija fue arrestada varias veces y despedida de su trabajo. Fue brutalmente alimentada a la fuerza cuando hizo huelga de hambre durante 18 días mientras estaba en un campo de trabajo, lo cual dañó su salud. Fue llevada a una sala de emergencia pero no fue admitida después de ser examinada porque el médico dijo que no podía salvarla. La policía no tuvo más remedio que llevarla a casa.

En casa, mi hija siguió estudiando las enseñanzas de la Fa y haciendo los ejercicios. En poco tiempo, ella se recuperó milagrosamente.

Aunque vi que Dafa hizo que se recuperara de una manera asombrosa, todavía creía los rumores y la propaganda que el PCCh difundió sobre Falun Dafa.

Me mudé al sur de China en 2001. Me preocupaba mi hija porque no supe de ella en mucho tiempo. Ella me escribió una larga carta en 2004, contándome sobre Dafa y la persecución que sufrió. Lloraba cada vez que la leía, pero todavía no reconocía cuán malvado era el PCCh. En cambio, insistía en que Falun Dafa dañó a mi hija. Maldije a Dafa y dije palabras irrespetuosas al Maestro Li (el fundador).

Mi hija y su hijo me visitaron en 2005. Una vez más, ella me dijo cuán bueno era Dafa y cuán cruelmente el PCCh perseguía a los practicantes de Dafa. Solo entonces me di cuenta de que Dafa era bueno y que el PCCh era malo. Pero no me decidí a convertirme en una cultivadora. Antes de que mi hija se fuera a su casa, me dejó los libros Zhuan Falun y Vía de la Gran Perfección, pero no los leí.

Recuperándome milagrosamente

Tuve una infección del aparato urinario en diciembre de 2006. Me dieron antibióticos por vía intravenosa durante tres días y luego tomé pastillas durante 20 días. La infección reapareció un año después. Fue más grave que la primera vez y había sangre en mi orina. Mi esposo estaba muy preocupado y dijo: "¿Qué debemos hacer? Es medianoche y todas las farmacias están cerradas". Le dije: "No te preocupes, lo soportaré". Entonces recordé lo que mi hija me había dicho: "Mamá, por favor recuerda decir sinceramente, cuando encuentres cualquier dificultad en el futuro “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”.

Con mucho dolor, me las arreglé para decir las dos frases cinco o seis veces y luego me dormí. Al día siguiente, mi nuera me pidió que la acompañara al hospital. Mi esposo me dijo que viera a un médico mientras estaba allí. Pero olvidé mi enfermedad al llegar al hospital. Cuando regresé a casa, mi esposo me preguntó: "¿Viste a un médico? ¿Te inyectó? ¿Te dio alguna medicina?".

Sus preguntas me recordaron la noche anterior. Me pregunté: "¿Cómo me he recuperado? ¿Cómo me recuperé tan rápidamente?". Entonces me di cuenta de que era porque había dicho y absorbido las palabras que mi hija me dijo que dijera. Me sorprendió y de repente comprendí por qué tantos practicantes continúan practicando a pesar de la brutal persecución.

Inmediatamente empecé a leer Zhuan Falun y me sentí muy cómoda cuando terminé, pero no me di cuenta de que era porque el Maestro había purificado mi cuerpo en otras dimensiones.

Empecé a hacer los ejercicios mientras me miraba en el espejo para corregir mis movimientos. En tres meses me recuperé de todas mis dolencias aunque no hice todos los movimientos de los ejercicios correctamente. Mi felicidad estaba más allá de las palabras. Estaba muy agradecida con el Maestro y Dafa y decidí cultivarme.

El Maestro dijo:

"La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu", (Primera Lección, Zhuan Falun).

El Maestro purificó mi cuerpo solo porque tenía fe en Él y en Dafa. Las enfermedades que tuve por muchos años me las limpio, especialmente los dolores de cabeza neurológicos y el problema de mi espina dorsal que me había torturado durante años. Desde entonces, estoy perfectamente sana. Camino rápidamente y estoy llena de alegría. Es verdaderamente maravilloso.

Sabía que fue el estímulo y la protección del Maestro lo que me trajo a este estado. Lo que no sabía en ese momento era que el Maestro había sufrido tanto por mí.

Fui a visitar a mi hija en el invierno de 2008. Ella me ayudó a mejorar mi comprensión del Fa y corrigió mis movimientos de los ejercicios. Leí muchos artículos de experiencias de cultivación en Minghui.org y sentí que mi carácter mejoró durante ese tiempo.

Después de convertirme en practicante, mi familia también se benefició de Dafa. Mi marido tuvo una hemorragia cerebral en 2009. Los médicos querían operarlo inmediatamente. Cuando nuestra hija llegó, puso el audio de las conferencias del Maestro y dos piezas musicales, Pudu y Jishi, para su padre. Mi esposo recuperó la conciencia sin necesidad de cirugía.

Una vez más, fuimos testigos del milagro de Dafa. Más tarde, cada vez que hablábamos de esto, mi marido decía: "Es gracias a nuestra hija. Me recuperé debido a que ella me puso el audio de las conferencias del Maestro y la música de Dafa".

Me caí de un taburete en octubre de 2016. La parte baja de mi espalda golpeó el borde de la cama, la parte interna de mi muslo golpeó la esquina afilada de la mesita y mis pies se enredaron en el taburete. No podía levantarme ni moverme. Esa noche, estaba muy dolorida pero hice lo mejor que pude para hacer la meditación sentada y cruzar las piernas. A la mañana siguiente, hice los cinco ejercicios a pesar del dolor.

Recité las palabras del Maestro:

"Digo que los dolores corporales son los más fáciles de aguantar, apretando un poco los dientes ya se superan” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Esa tarde salí a comprar pan a pesar de que me era muy difícil caminar. Me animé con las palabras del Maestro: "si es difícil de tolerar, trata de tolerar; si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va” (Novena Lección, Zhuan Falun).

Después de ese pensamiento alentador, escuché un ruido como el sonido de pequeñas piedras siendo empujadas. Me di cuenta de que el Maestro estaba ajustando una fractura que había sufrido anteriormente. El sonido duró casi un minuto, después no tuve más dolor y pude caminar mucho mejor. Más tarde, me sentí somnolienta y dormí mucho, y me costó mucho despertarme. Sabía que el Maestro me dejaba entrar en un estado de anestesia en caso de que no pudiera soportar el dolor mientras él estaba ajustando mi cuerpo.

Dormí durante 18 días y luego no tuve más sueño. El dolor se había ido, me recuperé y me sentí llena de energía. Entonces pude salir y hablar con la gente sobre Falun Dafa.

Me habían dicho que los huesos tardarían 100 días en sanar, pero me recuperé en 28 días. Una vez más, fui testigo del milagro de Dafa y experimenté la inmensa compasión del Maestro.