(Minghui.org) Algunos practicantes cercanos a mí sufrieron diferentes grados de interferencia en el verano de 2018. Varios presentaron síntomas graves de yeli (karma) de enfermedad, y un practicante falleció repentinamente. Esto me hizo sentir una fuerte sensación de urgencia. Sentí mucha pena por el practicante que nos dejó y estaba preocupada por los demás que sufrían de yeli de enfermedad. Estaba conmovida por el sentimentalismo como resultado de esos pensamientos negativos.

Una seria tribulación

El 3 de mayo de 2019, sentí de repente un picor en el cuello. Noté algunas protuberancias rojas en esa zona, aunque no pensé mucho en ello. Esa noche, unos cuantos practicantes y yo fuimos en motocicleta a una zona rural cercana para repartir materiales de aclaración de la verdad. En el camino de regreso, pude sentir el viento soplando sobre mi cabeza y hombros, haciéndome sentir frío y entumecimiento. Después de llegar a casa y descansar, me di cuenta de que el área con las pequeñas protuberancias rojas me picaba mucho. Cuando miré más de cerca, vi que las protuberancias se habían convertido en un enorme grupo de ampollas.

Mi madre vivía conmigo en ese momento, y viendo que se había desarrollado tan rápido, compartió conmigo que a esto se le llamaba en términos populares "la culebrilla" (Herpes zoster). Entonces ella me ayudó a enviar pensamientos rectos. No lo tomé muy en serio, pensando que era imposible que un practicante desarrollara una enfermedad como esa.

Decidí usar una aguja para romper las ampollas. Inesperadamente, el líquido se derramó sobre la piel circundante y provocó el desarrollo de más ampollas. Estaban rojas e hinchadas. Me hizo sentir mal con solo mirarlas.

Poco a poco, las ampollas se extendieron hacia abajo por el lado derecho del pecho y por el brazo derecho hasta el codo. Además se extendieron desde el lado derecho de la espalda hasta la parte posterior de la oreja derecha. También cubrieron el cuero cabelludo, cuello, mandíbula inferior y cara. Dondequiera que estuvieran las ampollas, la zona infectada estaba hinchada, de color púrpura y gris. El área original donde había roto las ampollas con la aguja se había tornado de color púrpura oscuro y comenzó a ulcerarse. Más prominentemente, había una llaga de dos centímetros de largo en el cuello con pus saliendo de ella. Una zona de la clavícula también comenzó a enconarse.

En nuestro grupo de estudio del Fa, tenía tanto dolor que no podía quedarme quieta. Pero aun así me las arreglé para sentarme, y cuando ya no podía soportarlo más, me acosté para tomarme un descanso, y a continuación me levantaba y reanudaba el estudio del Fa.

Por la noche, tenía tanto dolor que solo podía dormir un par de horas. El dolor era principalmente en la cabeza y las piernas. Algunas personas dijeron que cuando las ampollas se desarrollan en el área del corazón y se unen con las que bajan de esa zona de la cabeza, hay pocas probabilidades de supervivencia.

En ese momento, no tenía la palabra "enfermedad" en mi mente. No reconocía nada de lo que me imponían las viejas fuerzas, o de lo que yo llamaba la culebrilla. Soy una discípula de Dafa en el período de la rectificación del Fa. Solo creo en el Maestro Li Hongzhi y en Dafa.

El Maestro dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo” (Bondades entre el Shifu y los Dizi, Hong Yin (II)).

Con el Maestro y Dafa aquí, ¿de qué tenía miedo? Las ampollas me causaron un gran dolor en el lado derecho de la cabeza y calambres en la pierna derecha. Como resultado, necesitaba ayuda para ponerme de pie y caminar. Sin embargo, no me traté como alguien que necesitara ser cuidada. Excepto para cocinar, traté de encargarme de todo por mi cuenta. Además, me traté como una practicante en todo momento.

También estaba haciendo los ejercicios todos los días. Cuando ya no podía soportarlo, apretaba los dientes y seguía adelante. Una vez experimenté un dolor extremo después de sentarme en la posición de loto por menos de cinco minutos. Pensé que sin importar cuánto dolor tuviera que sufrir, debía seguir con ello hasta el final. Así que continué sentada en meditación.

Cuando volví a mirar el reloj, solo habían pasado ocho minutos. Comencé a recitar en silencio en mi mente: «Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer» (Novena Lección, Zhuan Falun). Fui capaz de continuar y soportarlo poco a poco. Recité en voz baja: “¿No hay nada temible? Aun sin mi cabeza, mi cuerpo todavía estaría sentado con las piernas cruzadas en la práctica (Quedando desenmascarado por completo, Escrituras esenciales para mayor avance). De esta manera, logré continuar con el quinto ejercicio hasta el final. Para entonces, estaba empapada en sudor y lágrimas.

Los practicantes vinieron a estudiar el Fa como grupo

Mi familia fue testigo de los milagros de Dafa a través de mis experiencias. También reconocieron que yo era una practicante de Dafa y no me pidieron que fuera al hospital. Mi nuera me sugirió: "Mamá, ¿por qué no le pides a algunos practicantes que estudien el Fa contigo? Le pregunto porque ha hecho grandes avances en muchas pruebas y tribulaciones en el pasado, pero esta vez no estoy tan segura".

Mi esposo se ofreció a invitar a algunos practicantes, y un practicante estuvo de acuerdo en venir. Ocurrió que otro practicante estaba de visita, y los tres estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos juntos. También me ayudaron a mirar hacia adentro.

En ese momento, mis piernas estaban tan doloridas que no podía sentarme en la posición de loto. Tan pronto como empecé a doblar las piernas, el dolor se hizo extremo. Me aferré a la idea de enviar pensamientos rectos sin importar lo difícil que fuese. Sabía que mis deficiencias habían sido aprovechadas por las viejas fuerzas. Pero como discípulo de Dafa en el período de la rectificación del Fa, no debo dejarme mover por las ilusiones. Así que empecé a estudiar el Fa, a hacer los ejercicios y a enviar pensamientos rectos de una manera más intensiva. También miré hacia adentro en busca de las deficiencias en mi cultivación.

Durante este proceso, me las arreglé para encontrar muchas malas nociones y apegos, que incluían resentimiento, envidia, sentirse tratada injustamente, y salvar la cara. Lo que realmente destacó fue el miedo y la sospecha. Si bien otros practicantes me han señalado estos apegos varias veces, no he podido deshacerme completamente de todos ellos. Además, no me tomé en serio el estudio del Fa durante un tiempo. En general, no he sido lo suficientemente diligente en mi cultivación. Aunque he estado haciendo las tres cosas, siempre me he sentido cansada en vez de estar muy relajada como cuando comencé a cultivarme. En silencio decidí que, a pesar de que tenía omisiones en mi cultivación, sería rectificada por el Fa y nunca permitiría que las viejas fuerzas interfirieran conmigo de esta manera.

Esa noche quemé incienso frente a la imagen del Maestro y le pedí que fortaleciera mis pensamientos rectos. Me puse a llorar y le dije al Maestro: "Maestro, por favor, ayuda a tu discípula. No importa qué tipo de apegos, pensamientos negativos o nociones tenga, seré rectificada por el Fa. Nunca aceptaré nada de lo que las viejas fuerzas me impongan. Solo seguiré el camino que Tú arreglaste para mí". Sabía que el Maestro estaba a mi lado para protegerme.

Los practicantes empezaron a venir a verme. Luego vinieron más y más practicantes. Al principio, leían el Fa uno tras otro. Cuando vieron que tenía tanto dolor que me costó mucho continuar con el estudio del Fa, alguien sugirió que todos leyeran juntos en voz alta.

Desde entonces, tuve una casa llena de practicantes que me leían Zhuan Falun todos los días. El proceso de leer el Fa juntos fue también un proceso de mejorar en nuestra cultivación. Los que leen más despacio que los demás debían ponerse al ritmo, mientras que los que leen siempre a un ritmo más rápido tenían que reducir la velocidad. Así, todos terminaron leyendo a un ritmo similar, y el ambiente en general fue de gran armonía. Todo el campo era puro y pacífico, con todos nosotros inmersos en él. Pude sentir que el Maestro estaba justo a mi lado.

Cuando no podía sentarme por más tiempo, alternaba entre arrodillarme y sentarme con las piernas extendidas. A veces también sostenía mi cabeza con una mano y movía la pierna con la otra. Me mantuve cambiando entre estas dos posiciones para no acostarme. También enviamos pensamientos rectos cada hora. Aunque hacía calor afuera, los practicantes se sentaban durante medio día o incluso un día entero seguido sin tomar un descanso para almorzar. En algunos casos, los practicantes tuvieron que dejar de ocuparse de sus tareas domésticas para asistir a nuestro estudio del Fa.

Superando el yeli de la enfermedad

Durante esos días de estudio intensivo del Fa, fortalecida por el Maestro, y con la total cooperación de los practicantes, experimenté transformaciones diarias. Otros practicantes que estaban en este campo también pasaron por transformaciones físicas.

Por ejemplo, un practicante que vino tenía un problema de ojos llorosos e hinchados. Su problema desapareció después de unos días. El rabillo del ojo derecho de otro practicante había estado infectado durante casi dos años. También sanó. Más milagrosamente, mi nuera trajo a mi nieto de tres años y a mi nieta de pocos meses que tenía fiebre para que escucharan el Fa. En pocos días, sus fiebres desaparecieron sin tomar ningún medicamento. Solamente de esto, uno puede ver lo importante que es tener un ambiente de grupo en el estudio del Fa que el Maestro ha establecido para nosotros.

Al tercer día, las ampollas comenzaron a sanar, y mejoré día a día. Al séptimo día, la mayoría de estas habían sanado. En menos de dos semanas, la llamada culebrilla, que habría costado una gran cantidad de dinero tratar, se curó sin tratamiento. Durante ese tiempo, hice los cinco juegos de ejercicios dos veces al día.

Además, mi marido nunca me obligó a ir al hospital. Incluso se ofreció a ayudarme a ponerme en contacto con otros practicantes. Esto se debía a que él había sido testigo de los milagros de Dafa. Él mismo se ha beneficiado de Dafa muchas veces.

Cada día había más de una docena de practicantes entrando y saliendo de mi casa para el estudio del Fa. Todos ellos fueron recibidos afectuosamente por mi familia, y mi nuera les preparaba fruta todos los días. Mi hijo y mi nuera se encargaron de las tareas domésticas y de cuidar a los niños para que yo pudiera dedicarme por completo al estudio del Fa. Ninguno de mis familiares se sintió inseguro al tener un grupo de estudio intensivo del Fa en mi casa en el ambiente actual de persecución en China.

Me sentí verdaderamente agradecida por la desinteresada contribución de mis compañeros practicantes. Ellos tomaron la iniciativa de coordinar bien unos con otros y formar un ambiente de estudio del Fa en grupo que demostró el poder milagroso de Dafa y me ayudó a fortalecer mis acciones y pensamientos rectos y a hacer un gran avance durante una tribulación que puso en peligro mi vida. Realmente aprecio la benevolente protección del Maestro y su sufrimiento por aquellos discípulos que están experimentando tribulaciones. Solo a través de la cultivación diligente puedo ser digna de la gracia salvadora del Maestro.