(Minghui.org) Cultura china tradicional (Parte 4 de la obediencia filial): Zeng Shen, estudiante de Confucio

Lao Laizi vivió en el Reino de Chu hace más de 2.000 años. Demostró su lealtad y obediencia filial, proporcionó la mejor comida, ropa y necesidades diarias a sus padres. Al mismo tiempo poseía una naturaleza liviana y juguetona, y era bastante creativo en sus formas de cuidar a sus padres. Un corazón tan bueno trajo alegría y armonía al hogar.

Aunque Lao Laizi tenía más de 70 años, nunca se refirió a sí mismo como "viejo", especialmente frente a sus padres. Dado que ambos eran mucho mayores que él, ¿si hubiera dicho eso, no se verían ellos mismos como personas realmente viejas que se estaban acercando al final de su vida?

También sabía que los niños siempre serán niños, a los ojos de los padres.

Debido a su edad, a los padres de Lao Laizi les costaba oír con claridad, y les resultaba difícil caminar y arriesgarse a salir solos. Comenzaron a pensar que su vida era demasiado sencilla y aburrida. Así que Lao Laizi tomó la decisión de hacer tonterías en el entorno familiar, en un intento por aligerar la carga con risas y alegría.

Una vez, en el cumpleaños de su padre, Lao Laizi tomó un trozo de tela colorida y se vistió de niño, saltando y bailando juguetonamente frente a sus padres. Ellos quedaron encantados con el espectáculo.

En otra ocasión, Lao Laizi estaba cargando dos cubos de agua en un poste sobre sus hombros cuando de repente fingió perder el equilibrio, dando vueltas y salpicando agua sobre sí mismo. Padre y madre se rieron muy fuerte.

Un día, Lao Laizi estaba cruzando el patio cuando vio a un grupo de polluelos de gallina. Mientras sus padres miraban, el hijo de repente fingió ser un halcón de gallina, persiguiendo a las aves por el patio. Mientras que las gallinas parecían bastante elegantes cuando se dispersaron rápidamente, las acciones de Lao Laizi eran cada vez más torpes, intencionalmente, por supuesto. Sus padres casi se encorvaron de risa con el espectáculo.

Sí, Lao Laizi demostró obediencia filial y piedad de manera tradicional, como un hijo leal y fiel. Pero también ofreció algo más: El don de la risa.

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