(Minghui.org) Mis padres comenzaron a practicar Falun Dafa en 1998. Tenía nueve años, y solo los seguía sin entender bien el Fa. En 2011, después de graduarme de la universidad, dejé de estudiar el Fa y de hacer los ejercicios.
Diagnosticada con enfermedad terminal
En marzo de 2017, empecé a trabajar como contadora en una empresa privada. La dueña de la empresa era una mujer de buen corazón. Me tomó bajo su ala y me trató como si fuera su hija. Se dio cuenta de que iba al baño a menudo y me preguntó qué me pasaba. Le dije que tenía evacuaciones intestinales frecuentes, que no eran sólidas, pero a menudo tenía mucho pus o sangre. Se preocupó y me convenció de ver a un médico.
El 19 de diciembre de 2018, fui con ella a la capital de la provincia por negocios. Me llevó a hacerme un examen en el hospital provincial. El médico discutió el resultado con mi jefa, pero no conmigo.
En China, es una práctica común que un médico les de las malas noticias a los familiares, sin decirle nada al paciente. La confidencialidad no es un requisito estricto.
Cuando regresé, vi sus ojos rojos, como si hubiera llorado. Le pregunté qué salió mal y me dijo que todo estaba bien. De camino a casa, estaba muy callada, lo que era inusual para ella.
Mi jefa les dijo a mis padres la naturaleza grave de mi enfermedad: tenía cáncer de colon. El tumor era del tamaño de un huevo y a solo siete centímetros del ano. El oncólogo le dijo a mi jefa que necesitaba cirugía de inmediato, y que tendría que llevar una bolsa de colostomía por el resto de mi vida, ya que no podían salvarme el ano. Mis padres me llamaron a su habitación y me dieron la noticia. ¡Tenía una enfermedad terminal y solo tenía 20 años! El miedo me abrumó.
Despertar
Mi madre me consoló: "Si es un tumor, entonces hay que cortarlo. Vamos a buscar tratamiento médico. No es un gran problema”. Sin embargo, ella también me sugirió que practicara Falun Dafa de nuevo, y mi enfermedad podría desaparecer. Sus palabras me despertaron y decidí volver al camino de la cultivación.
Al día siguiente era el 20 de diciembre. Mi hermano nos llevó otra vez a mi padre, a mi jefa y a mí al hospital. Mi padre habló con el oncólogo, y programaron la fecha de examen para el 26 de diciembre.
Mi jefa me visitó el día antes del examen. Se dio cuenta de que no quería hacerme ni el examen ni la cirugía, pero me convenció de que me hiciera el examen. Esa noche, hablamos mucho tiempo. A la mañana siguiente, nuevamente me instó a ir al hospital. Mi padre y mi hermano hicieron lo mismo.
Mi madre dijo: "Eres una adulta, y tienes que tomar tu propia decisión. Si vas al hospital, el seguro cubrirá la mayor parte de la factura. No tengo ninguna objeción. Si quieres aprender Falun Dafa, tampoco tengo alguna objeción". Decidí practicar Dafa y no ir al hospital.
Mi jefa estaba furiosa y le gritó a mi madre: "¡Tiene cáncer de colon! ¡Su vida está en peligro, mírala, su piel es amarilla!”.
Mi madre consoló suavemente a mi jefa: "Sé que estás muy preocupada por mi hija, y realmente lo aprecio. Ella tiene suerte de tener a alguien como tú, que es tan cariñosa y amorosa. Pero ella es una adulta, y tenemos que respetar su deseo”.
Después de que mi jefa se fue, mi madre dijo: "Es precioso que hayas escogido a Falun Dafa. Sin embargo, hay mucha interferencia en casa. Si estás decidida a cultivarte, tenemos que ir a la casa de una compañera practicante. Si aún vas a querer ir al hospital, te llevaré”. Le dije a mi madre que estaba decidida a volver al camino de cultivación.
Hice los ejercicios de Falun Dafa y escuché las conferencias del Maestro Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa. Dos días más tarde, me di cuenta de que mis evacuaciones intestinales consistían en pólipos del tamaño de un chícharo, un racimo de ellos mezclados con sangre y pus. Los tuve por varios días.
Jefa y parientes preocupados
Mi jefa estaba tan preocupada por mi salud que les habló sobre mi condición a mis otros parientes, incluyendo a mis tíos y tías, así como a mis primos. Me llamaron y me enviaron mensajes, diciéndome que mi jefa estaba dispuesta a pagar por mi tratamiento. Como no les respondí, amenazaron con llamar a la policía.
Al final, mi madre les respondió: "Realmente aprecio sus sentimientos amorosos y cariñosos por mi hija. La crié durante 20 años, y no pondría su vida en riesgo. Tienen malentendidos sobre Falun Dafa, y no discutiré con usted. Mi hija estará bien, no se preocupen".
Medio mes después, sin que yo lo supiera, mi jefa programó otro examen para mí en el hospital provincial. Insistió en que fuera con ella. No tuve más remedio que ir con ella. ¡Resultó que el tumor del tamaño de un huevo había desaparecido!
Un mes después, llevé algunas de mis muestras de heces para un examen. El resultado indicaba que tenía algo de inflamación en los intestinos, pero no cáncer.
De malentender a creer en Falun Dafa
Mi salud está mejorando día a día. Mis evacuaciones son normales. El color amarillo de mi tez desapareció. Cuando otros preguntaron sobre mi enfermedad, les dije con orgullo que Falun Dafa restableció mi buena salud.
Después de presenciar mi recuperación, mi jefa y parientes también cambiaron, de oponerse inicialmente o incluso querer llamar a la policía, a aceptar paulatinamente, reconocer y creer en Dafa. Me instaron a estudiar el Fa y hacer los ejercicios todos los días.
Mis padres estaban encantados y dijeron: "¡Un tumor maligno del tamaño de un huevo desapareció en un mes!".
Mi tía le dijo a su vecina: "¡Si no lo hubiera presenciado, realmente no lo habría creído! ¡Falun Dafa es maravilloso!".
Mi prima me dijo: "¡Ustedes los practicantes de Falun Dafa son asombrosos!".
Cuando mi tío vino a preguntar sobre mi salud, mi madre le dijo que me había recuperado completamente. Se sintió aliviado: "Estoy muy contento de que ya esté sana. Si hubiera optado por la cirugía, podría tener que llevar una bolsa de colostomía por el resto de su vida".
El había tenido cáncer de colon y se había operado. Su colon se acortó, y después tuvo muchas complicaciones.
Estoy profundamente agradecida porque Shifu me dio una nueva vida. Shifu eliminó mucho yeli (karma) para mí. Lamento no haber atesorado a Dafa en el pasado y no haberme cultivado bien. Soy tan afortunada que Shifu no se dio por vencido conmigo.
Entiendo lo supremo que es el sendero de Dafa. ¡Soy uno de los seres más afortunados del cosmos! Me cultivaré diligentemente para devolverle a Shifu su compasiva salvación.
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Categoría: Beneficios para la salud