(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!
A lo largo de este último año, me he examinado intensamente y elevado mi xinxing. En el proceso, descubrí nociones muy profundas que me retrasaban en mi cultivación.
La primera fue mi baja autoestima y sentido de valor propio. Ha sido una barrera que me ha impedido decir lo que pienso, me ha impedido aclarar la verdad y defender lo que siento que es correcto, pero que pudiera molestar a los demás. Me di cuenta de esto mientras pasaba por una serie de situaciones tales como discusiones con mi familia, mi esposo e incluso con otros practicantes.
Antes, me habría rendido porque evitaba involucrarme en conflictos. Sentí que no estar de acuerdo con los demás podía molestarlos y que ellos podían distanciarse de mí. Como resultado, evitaba los temas delicados y siempre estaba de acuerdo con las opiniones de los demás. Pero como cultivadora, me he dado cuenta de que tengo derecho a mi opinión, a mi voz y a mi verdad. Así que empecé a ser firme.
Mis ideas me impiden salvar a la gente
En el pasado, tuve grandes dificultades para aclarar la verdad a personas que no eran muy receptivas a lo que yo les decía. Hacían muchas preguntas provocativas o empezaban a discutir conmigo. Me defendía e incluso discutía con ellos. Para evitar un conflicto, finalmente me daba por vencida. Temía que al expresar lo que realmente pensaba sobre algo o al expresar una idea que era polémica, como el hecho de que creer en Dios es polémico para muchos en la sociedad hoy en día, ahuyentaría a la gente y destruiría su oportunidad de ser salvados.
Así que evitaba esos temas y en su lugar trataba de entender las cosas desde su perspectiva. Aceptaba algunos de sus argumentos para ayudarles a comprender mi punto de vista. Pero recientemente me di cuenta de lo inútil que era ese enfoque. Descubrí que mi capacidad para sentir empatía por los demás y reconciliar opiniones contradictorias se convirtió en una desventaja cuando hablaba con la gente.
Me iluminé al principio de que incluso las cosas buenas pueden llegar a ser malas, y las cosas fuertes pueden volverse débiles cuando se las lleva al extremo. Las cualidades que yo pensaba eran positivas tenían un lado negativo.
Me di cuenta de que la tolerancia extrema a los puntos de vista y deseos de los demás es en realidad una traición a la verdad. Este entendimiento me ayudó a ganar confianza en mi derecho a hablar y defender lo que entiendo como la verdad en mi nivel actual de cultivación.
Dejar de lado mis dudas y mi baja autoestima ha sido un proceso doloroso porque ha estado conmigo desde que era una niña y estaba arraigada en mi personalidad. Moldeó completamente todas mis interacciones con los demás. Sentí que era un mecanismo de supervivencia porque tenía un miedo muy fuerte de ser exiliada y perseguida. Comprendí que adquirí este miedo a la persecución porque crecí en una época difícil y peligrosa bajo una fuerte cultura comunista.
Este miedo siempre me decía que es muy peligroso decir lo que piensas o revelar a los demás quién eres. Cuando me mudé a Canadá, me sorprendió lo abiertamente que la gente hablaba de sí misma, de sus vidas, de sus creencias o de sus gustos y disgustos. Eso era muy difícil para mí y me parecía extraño. Cuando era niña leí una historia sobre una mujer judía que se escondía en un sótano pero que tenía que salir a buscar comida. Mientras intentaba mezclarse con los prisioneros regulares durante el recuento matutino, la empujaron hasta el borde de la formación, donde un oficial de las SS la vio. Le dijo que como ella olía a sótano, él sabía que no era de allí y que se había estado escondiendo.
Esa historia se me quedó grabada porque la idea de ser descubierta como alguien que es diferente o cuyos puntos de vista pueden ser objeto de persecución siempre me aterrorizó.
Enfrentando mi miedo
Una vez que entendí que ese miedo gobernaba mi vida, empecé a eliminarlo. Comencé compartiendo mis sentimientos y mis verdaderas opiniones y puntos de vista, incluyendo lo que pensaba del comunismo.
Tuve una experiencia increíble mientras le aclaraba la verdad a un viejo amigo. Estoy rodeada de amigos y familiares cuyas opiniones están fuertemente influenciadas por la ideología comunista y muchos de ellos se consideran socialistas. Mi amigo es una de esas personas. Es culto, inteligente y bueno para mantener una conversación. Es un activista que siempre defendió las ideas socialistas.
En el pasado, discutíamos mucho y nunca parecía ser capaz de llegar a él. Cuando fui a visitarlo hace poco deseaba sinceramente aclararle la verdad, pero sabía que sería difícil. Sin embargo, esta vez tenía un entendimiento diferente. Creía firmemente que mis opiniones debían ser respetadas. Solo quería ayudar al Maestro a salvarlo.
Mi corazón estaba lleno de compasión y sabía que el cambio toma tiempo. Fue una noche inusual. Casi no reconocí a mi amigo porque los puntos de vista que expresó eran muy diferentes a los de antes. Esta vez me escuchó atentamente y estuvo de acuerdo con muchas de las cosas que dije. Yo, a su vez, no insistí en convencerlo de nada. En vez de eso, escuché sinceramente. Estaba muy feliz y agradecida por el tiempo que pasamos juntos.
Como culminación de este proceso de dejar ir el miedo, tuve un sueño una noche en el que había asesinado a alguien. Fue muy vívido y cuando desperté mi corazón estaba pesado. Sin embargo, sabía que los sueños son simbólicos, así que empecé a pensar en lo que significaba. ¡Me di cuenta de que no sentía ningún remordimiento! Sabía que este sueño simbolizaba el abandono de mis nociones y el miedo a expresarme verdaderamente.
Agradezco al Maestro por ayudarme a atravesar este importante proceso porque mi miedo me ha mantenido alejada del trabajo de validación de Dafa y de cultivarme. Me di cuenta de que no necesito ocultar mis verdaderos pensamientos y sentimientos. Mis opiniones y experiencia espiritual valen la pena y son de interés para otros.
De hecho, este es el primer artículo de cultivación que he escrito gracias a que rompí con el apego al miedo y a la inseguridad. Entiendo bien a los practicantes chinos cuando se trata de sus orígenes y del miedo que tienen. Todavía estoy aprendiendo a confiar en la gente y necesito seguir recordándome que como discípula de Dafa no tengo absolutamente nada que temer.
Avanzando hacia adelante
Me di cuenta de cómo en el pasado mi fanatismo en la aclaración de la verdad provenía del miedo. El abordaje persuasivo que a veces utilizaba se sentía como un intento violento de cambiar a otros. También pude liberarme de la necesidad de siempre llevar conmigo materiales de aclaración de la verdad. Antes, los usaba como muletas porque me resultaba difícil hablar de mis experiencias personales y dependía en gran medida de los volantes y las revistas.
Un día me olvidé de traer los materiales de aclaración de la verdad a una reunión con un amigo. Más tarde, otro practicante me señaló que no necesitaba los materiales y que la gente en realidad estaba más interesada cuando hablaba de mí misma.
Así que, cuando llevé a una colega a almorzar para agradecerle por ayudarme con un proyecto, le dije que practicaba Falun Dafa. Le gustaba el yoga, así que no fue difícil hablar sobre mi práctica de meditación. Estaba muy interesada. Esta fue la primera vez que realmente me sentí segura de mi capacidad para hablar de cultivación con alguien. Después me pidieron que ayudara a organizar un taller de los ejercicios de Falun Dafa en el que tuve que presentar a Dafa con mis propias palabras. En el pasado, no lo podría haber hecho por miedo a hablar con otros sobre mí y mis experiencias, pero ahora estaba preparada.
Este año he valorado mis experiencias y mi camino de cultivación, y ahora puedo hablar abiertamente con la gente sobre Falun Dafa y mi entendimiento respecto a la cultura comunista. El Maestro me ha concedido mi deseo de eliminar las cosas que han estado bloqueando mi cultivación. Muchas de mis creencias, sentimientos y actitudes fueron inculcadas en mí por la cultura comunista, tales como: miedo, autodesprecio, pesimismo, y una mentalidad de víctima. Romper con estos apegos también me ha ayudado a "crecer". Empecé a tomar más en serio mi cultivación y mis relaciones con los demás y asumí la responsabilidad de mi propia cultivación. Sentí que estaba creciendo como cultivadora y como persona, y que era más respetuosa con los demás.
Para mí, asumir la responsabilidad por mi práctica significa que solo respondo ante el Maestro. Ahora hago cosas que siento que es necesario hacer, no porque otros quieran que se hagan o para demostrarle algo a alguien. A menudo resulta muy solitario, pero los otros practicantes me animan.
Mi relación con mi familia y mi esposo ha cambiado como resultado de mi mejoramiento en la cultivación. Estoy empezando a reconstruir mi relación con mis padres. También he sido capaz de manejar compasivamente las relaciones familiares difíciles. Ahora aprecio más a mi marido, y finalmente puedo escuchar lo que ha estado tratando de decirme durante tanto tiempo. Ahora trato de equilibrar mi vida personal pensando más en él y en sus necesidades, y él me apoya mucho en mi cultivación y en los proyectos de Dafa.
Asumiendo la responsabilidad por mi cultivación pude pasar una prueba muy difícil. Que ya había fallado varias veces antes. Tenía que ver con derrumbarme ante la presión de las expectativas de la gente, las exigencias y mi carga de trabajo. Como trabajo en una industria muy demandante y de ritmo vertiginoso, me han puesto dos veces en una situación en la que la presión fue demasiada para mí. La primera vez tuve un ataque de nervios y la segunda un arrebato de ira en el trabajo que asustó a mis compañeros de trabajo.
No podía entender lo que estaba pasando, pero todo me empujaba a avanzar, a aceptar el nivel de presión y a lidiar con él. Sentí que no tenía la capacidad ni el deseo de hacerlo. Estaba llena de ira, frustración y resentimiento.
El Maestro me dio una pista de que era capaz de lidiar con este desafío. Mi jefe tuvo una conversación franca conmigo y me dijo que pensaba que yo era capaz de ser líder y que podía lidiar con la presión. En ese momento no quise aceptar la responsabilidad.
En mi trabajo actual, una vez más estoy trabajando bajo una gran presión con prioridades que cambian constantemente y necesito adaptarme rápidamente a la vez que entrego resultados. Esta vez sé exactamente de qué se trata y soy capaz de lidiar y soportar la presión continuamente. El Maestro planeó que yo trabajara a este nivel y esta confianza es lo que me ha permitido tomar un proyecto de Dafa más grande y manejarlo con éxito a lo largo de mi trabajo y mi vida personal.
Estas son mis experiencias de maduración en la cultivación de este año. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada.
Gracias, Maestro. Gracias, compañeros practicantes.
(Presentado en el Fahui de Canadá 2019)
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