(Minghui.org) En 2017 fui arrestada por hablar con la gente sobre Falun Dafa. Después de estar detenida en una comisaría local durante dos semanas, me trasladaron a un centro de detención.
Durante mi encarcelamiento, hablé con todas las personas que conocí sobre Falun Dafa y les aclaré cualquier malentendido que tuvieran. Recité el Fa, envié pensamientos rectos y busqué constantemente dentro de mí cualquier apego. Sentí la constante presencia, protección y aliento del Maestro Li Hongzhi.
Mis lágrimas caían cada vez que hablaba del Maestro. Aunque fui encarcelada, me consideraba afortunada y no odiaba a nadie que intentara hacerme daño. Me arrepentí de las cosas que no hice bien debido a mis apegos. Me gustaría compartir algunos incidentes que me ocurrieron durante el tiempo que estuve en el centro de detención.
"Esos no pueden tocarme"
Después de llegar al centro de detención, me vi obligada a ver y escuchar la propaganda del partido comunista chino (PCCh). Tenía miedo de que estas sustancias negativas entraran en mi mente. Me resistí a escuchar y envié pensamientos rectos. Le rogué al Maestro que me protegiera. De repente pensé: "¡Esas cosas no pueden tocarme!". Me sentí aliviada. El sonido de la propaganda se hizo distante y apenas audible. Fue justo como dijo el Maestro: "... un dedo pequeño es más que suficiente para estrujarlo" (Tercera Lección, Zhuan Falun).
Una joven conoce a Falun Dafa en el centro de detención
Para evitar que las practicantes se alienten entre sí, solo una practicante de Falun Dafa fue colocada en cada celda. Cuando entré en la celda, todas me trataron bien, especialmente una joven a la que llamaré Lian (alias). Me saludó cálidamente y me dijo: "Hazme saber si necesitas algo".
A la hora de dormir, Lian me enseñó un pequeño libro. Era parte de la Primera Lección de Zhuan Falun escrita a mano. Estaba muy emocionada. Ella dijo que otra practicante de Falun Dafa había estado en esta celda antes que yo y le había presentado a Falun Dafa. Lian estaba triste porque quería aprender más, pero la otra practicante se fue. Estaba muy contenta de verme y me trató como a su propia familia.
Aunque Lian era una practicante nueva, era muy diligente. Usó todo su tiempo libre para estudiar y memorizar la pequeña literatura del Fa que la practicante anterior la había dejado.
Quería escribir los poemas y enseñanzas del Maestro que recordaba para ayudar a Lian. El problema era que no se nos permitía tener bolígrafos o papel. Le pedimos ayuda al Maestro.
Unos días después recibí la acusación del tribunal. Le pedí al jefe de guardia un bolígrafo y papel para poder escribir mi carta de defensa. Cuando terminé, el guardia no me pidió que le devolviera el bolígrafo. Recolectamos papel de nuestros lugares de trabajo forzado y lo convertimos en un pequeño libro. Escribí cada uno de los poemas o conferencias del Maestro que pude recordar. Incluyendo lo que Lian ya tenía, ahora tenía 4 pequeños libros para estudiar. Ella estaba muy contenta y creía que el Maestro nos había dado el bolígrafo y los papeles para animarla a estudiar Fa.
Todos los días estudiamos, hicimos los ejercicios y compartimos. Cada vez que llegaban nuevos compañeras de celda les hablábamos de Dafa. Algunas querían practicar Falun Dafa y se unieron a nuestro estudio del Fa.
Siempre que teníamos tiempo libre, Lian me preguntaba sobre el Maestro, sobre la cultivación de otros practicantes y cualquier cosa sobre Falun Dafa. Ella compartió su comprensión del Fa y sus experiencias de cultivación. Lian dijo que el Maestro a menudo la animaba en sus sueños. Cuando llegó por primera vez al centro de detención, lloraba constantemente y no podía dormir ni comer. Cambió completamente después de convertirse en practicante. Estaba más feliz, más sana y fue la primera en ofrecer una mano amiga a sus compañeras de celda. Todos a su alrededor fueron testigos del poder milagroso de Falun Dafa.
Mi carta de defensa
Le mostré el primer borrador de mi carta de defensa a nuestra guardia de celda. La guardia sabe la verdad sobre la persecución contra Falun Dafa, por lo que nunca interfirió con nuestro grupo de estudio del Fa o de ejercicios. Nos dijo que se habría unido a nosotras si no fuera por su trabajo.
La guardia señaló que mis palabras eran demasiado agudas y "políticas". Le mostré mi carta a nuestra jefe de guardia, quien dijo lo mismo y me aconsejó que lo reescribiera.
Creí que el problema debía estar en mi carta. Tuve que reescribirla.
Después de releer mi primer borrador, vi la laguna jurídica. No escribí de corazón y no tuve en cuenta la perspectiva de los lectores. En pocas palabras, la carta no despertó la compasión de los lectores.
Le rogué al Maestro que me diera sabiduría para ordenar mis pensamientos y escribir una carta que mostrara la grandeza de Dafa.
Una noche, el Fa del Maestro apareció en mi pensamiento una vez tras otra. Las palabras me guiaron. Terminé mi carta al día siguiente. Mostré el nuevo borrador a los guardias nuevamente y lo aprobaron. Muchos de los que lo leían decían: "Si yo fuera el juez, te liberaría inmediatamente". El jefe de guardia me recordó que mantuviera la calma y me deseó lo mejor antes de irme a la corte.
Eliminando el miedo
Mi miedo fue eliminado poco a poco. Mi miedo volvió a surgir cuando mi abogado me dijo la fecha de la audiencia. Buscando la raíz, me di cuenta de que estaba mirando la manifestación superficial con nociones humanas. Sentí que la corte, el sistema legal y todos los que trabajaban allí eran malvados. De hecho, estaban siendo utilizados y dañados por las viejas fuerzas. Nuestro deber como practicantes era salvarlos.
El Maestro dijo:
"... porque no los reconozco a ellos. Pero sabía que harían las cosas de esta forma, así que no tuve otra alternativa que seguir sus estratagemas y voltearlas en contra de ellos. Esa es la situación" (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003).
El Maestro tiene el control y la última palabra. Nuestra única responsabilidad es salvar a la gente, incluyendo a todas las personas que están dentro de la sala. Cuando hablé con la gente en los mercados de los agricultores no tuve miedo. Al contrario, estaba orgullosa y feliz. Cuando recordé esto, supe lo que tenía que hacer durante la audiencia. El Maestro dijo: "...materia y espíritu son lo mismo" (Primera Lección, Zhuan Falun). Si yo pensara que sería perseguida en la sala del tribunal, sería perseguida; sin embargo, si lo viera como una oportunidad para hablar con más gente sobre Dafa, entonces el Maestro me ayudaría a salvarlos.
Cuando entré en la sala, ya no tenía miedo. Solo quería que todos los presentes supieran que Falun Dafa es maravilloso.
Presos ayudados por Dafa
Vivir sin un futuro previsible y sin libertad puede hacer enojar a las prisioneras. Les gustaba hablar conmigo después de ver lo firmes y optimistas que son los practicantes de Falun Dafa.
Comprendí sus sentimientos y las alenté con los principios de Dafa. Subrayé la importancia de vivir con altos estándares morales sin importar dónde estuvieran. Le expliqué que la única manera de disminuir su sufrimiento era ser compasivo y generar menos yeli (karma). Siempre que teníamos tiempo libre, les hablaba de la bondad de Falun Dafa y exponía las mentiras detrás de la persecución. Muchas de mis compañeras de celda dijeron que se sentían tranquilas cuando se sentaban cerca de mí.
Una mujer de mediana edad tenía dolor de espalda. Le aconsejé que dijera repetidamente: "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno". Luego, me dijo que por fin había podido dormir tranquilamente.
Después de que una drogadicta con dolores de cabeza crónicos comenzó a recitar: "Falun Dafa es bueno", dijo que se sintió aliviada y finalmente se convirtió en practicante.
Una alta funcionaria del hospital esperaba su sentencia por soborno. Ella había conocido a algunas practicantes mientras estaba detenida. Una noche se acercó a la ventana y gritó: "¡Falun Dafa es bueno! Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno. Practicaré Falun Dafa después de irme a casa!". Durante su próxima audiencia, fue enviada a casa en libertad condicional.
Me hice amiga de una joven profesional de cuello blanco que era budista. Me habló de un sueño que tuvo. Después de un terremoto, vio muchos libros esparcidos por el suelo; algunos eran sobre budismo y también había libros de Falun Dafa. Primero, tomó un libro sobre el budismo, pero lo dejó y tomó un libro sobre Falun Dafa. Señalé que significaba que estaba destinada a practicar Falun Dafa. Fue liberada poco después de mí. Le di materiales de lectura y le enseñé cómo entrar en el sitio web Minghui.
Durante mi encarcelamiento, sentí la presencia constante del Maestro. El Maestro me guió y me protegió en estos tiempos difíciles. Me recordé que mi vida está con el Fa y que debo ser una cultivadora diligente.
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Categoría: Caminos de cultivación