(Minghui.org) Después de perder mi trabajo en el año 2000 por no renunciar a mi fe en Falun Dafa, un amigo mío, director de un instituto de investigación agrícola, me preguntó si quería hacerme cargo de casi un poco más de 600 m2 de terreno y 4 hectáreas de árboles frutales que nadie quería en su instituto.

Me dijo que cualquiera que fuera la productividad de esa tierra me pertenecería y solo tendría que pagarle 2,000 yuanes cada año. Pero si no producía no tenía que pagarle.

Nunca había trabajado en el campo y tampoco había cultivado árboles frutales, pero sin otra opción, acepté el desafío.

Al día siguiente fui al terreno. Estaba cubierto de barro seco de la construcción de la carretera cercana. El suelo estaba muy duro y me fue casi imposible aflojar la tierra.

Estábamos a mediados de junio. A las granjas cercanas les estaba yendo muy bien y algunas ya habían producido los primeros vegetales.

Los árboles frutales estaban en malas condiciones. La mayoría de los árboles parecían medio muertos. Las hojas estaban cubiertas de tierra, las raíces se veían expuestas y las ratas roían las raíces y la corteza.

Creyendo que el Maestro se haría cargo de todo

Pronto comencé a trabajar en el terreno. Saqué el lodo seco y sembré algunas semillas de melón. También planté algunas verduras cerca de los árboles frutales, como coles, papas, pepinos y chauchas.

Todos los días iba al terreno temprano en la mañana con mi reproductor de MP3. Primero hacía los ejercicios de Falun Dafa y mientras escuchaba las conferencias del Maestro Li Hongzhi, trabajaba todo el día en los cultivos.

Mi esposo no creía que esta tierra magra pudiera producir algo. Se oponía a que fuera al terreno todos los días. No lo escuché y continué mi trabajo en el campo.

Un mes después, las frutas de otros agricultores habían madurado y estaban listas para la venta, mientras que las mías estaban comenzando a madurar. Los ciruelos empezaron a dar frutos pero eran muy pequeños. Me recordé que eso no me debía afectar, que solo tenía que seguir haciendo lo que debía hacer y que Shifu se ocuparía del resto.

Experimentando el poder de Dafa

Los frutos de otros fueron vendidos y en poco tiempo mis ciruelas comenzaron a madurar. Eran grandes, negras, brillantes y dulces.

A los transeúntes les di acceso a mis árboles frutales para que recogieran la fruta y me pagaran lo que pesara.

Los meloneros dieron melones muy dulces y jugosos.

Le di una caja llena de melones al director que me dio la tierra. Se sorprendió y me dijo que no había probado un melón tan bueno durante años.

El director me recomendó con los administradores en el centro principal de recursos frutales. Les vendí 25 cajas de melones, cada caja pesaba casi 30 kg. Les cobré 50 yuanes por caja, tres veces el precio del melón regular en el mercado.

Ese director estaba muy emocionado y dijo: "¡La tierra improductiva que nadie quería dio una increíble cosecha bajo tu cuidado!".

Esa temporada hice más de 10,000 yuanes. También coseché varios tipos de vegetales. Recuperé la senda de mi vida.