(Minghui.org) Recientemente fui a un centro comercial con otra practicante de Falun Dafa a distribuir CD del libro, los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista.

Le ofrecí uno a un guardia de seguridad. Tomó el disco y lo miró. Luego agarró mi bolso con una mano y mi brazo con la otra. Varios guardias de seguridad se apresuraron a ver lo que estaba sucediendo. Pensé: "Esta es una gran oportunidad para ayudarlos a conocer la verdad sobre Falun Dafa".

La otra practicante vio la agitación y gritó: " ¡Miren! Los guardias persiguen a una buena persona".

Me llevaron a una habitación en el segundo piso. Allí había más de una docena del personal de seguridad jugando a las cartas y fumando cigarrillos. Todos se reunieron a mi alrededor mientras hablaba de la bondad de Falun Dafa y de cómo el partido comunista les había estado mintiendo sobre la práctica.

Uno de los oficiales vació mi bolsa que contenía los materiales de aclaración de la verdad sobre la mesa. Los revisaron y leyeron algunos de los materiales mientras yo hablaba de Falun Dafa. Entonces comenzaron a hablar entre ellos. Me senté en el sofá y envié pensamientos rectos para eliminar los elementos malignos en otras dimensiones que los controlaban. También le pedí al Maestro Li (el fundador) que me reforzara y que no permitiera que esta gente cometiera ningún pecado contra los practicantes de Falun Dafa.

Uno de los guardias llamó a la policía. Pronto, tres jóvenes oficiales aparecieron. Intentaron que me fuera con ellos, pero me negué y me quedé sentada en el sofá.

Me arrastraron al suelo y trataron de obligarme a ir con ellos. Crucé mis piernas y silenciosamente envié pensamientos rectos. Uno de ellos dijo: "Usemos una tabla para llevarla".

En ese momento, entró el subjefe de la comisaría. "¿Por qué la trajiste aquí?". El guardia de seguridad al que le había dado el CD dijo: "Ella es practicante de Falun Dafa, así que la trajimos aquí".

El subjefe respondió: "¡¿Qué le pasa a Falun Dafa?!". Puso mis materiales de información en mi bolso y dijo: "Levántate, es hora de irnos".

Seguí enviando pensamientos rectos. Él preguntó: "¿Por qué no vas?". “¿Adónde?", le pregunté.

“A casa", dijo. "¿De verdad?". "Sí, pero no vuelvas al centro comercial otra vez". Puse mis manos juntas delante de mi pecho para mostrar respeto y dije: "Haz hecho una buena acción para ti mismo impidiendo a los guardias de seguridad hacer el mal a un practicante de Falun Dafa. Tu bondad generará para ti una virtud sin límites".

La practicante con la que vine me vio bajar. Ella se inclinó ante el subjefe cuando nos fuimos y regresamos a casa a salvo.

Fue justo como lo que dijo el Maestro Li:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,

el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”

(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)

¡Gracias Maestro por su protección y por darme la oportunidad de ayudar a salvar a más seres conscientes!

¡Gracias compañeros practicantes!