(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1998. Durante los últimos veinte años, he seguido los principios de la Dafa en mi vida -no solo han desaparecido todas mis enfermedades, sino que también tengo la apariencia de alguien que tiene 50 años, aunque tengo 70.

Tengo una hermosa familia: cuatro hijos, sus esposas y sus hijos. Me gustaría compartir cómo he lidiado con las relaciones familiares complicadas, particularmente con mis nueras.

La cultivación me ayuda a mirar hacia adentro cuando surgen conflictos. Además me enseña a ser considerada con los demás y no dejar que el sentimentalismo saque lo mejor de mí. Soy capaz de estar tranquila y serena cuando otros me tratan mal y estoy agradecida cuando otros me tratan con respeto.

A excepción de mi segundo hijo y su esposa, todos los demás me trataron con respeto. Para tener más tiempo para estudiar el Fa y hacer los ejercicios, ellos se encargaban de la mayoría de sus tareas diarias y de sus hijos. Cuando tenían que trabajar fuera de la ciudad, me dejaban a los niños mayores para que yo los cuidara y se llevaban a los más pequeños, para que yo no tuviera que trabajar demasiado en el cuidado de los niños. Les ayudo cuando es necesario. Cuando uno de ellos construyó una casa nueva, me dio la mejor habitación y me compró una cama, con su edredón y ropa nueva. Les agradezco su amabilidad.

Sin embargo, mi segundo hijo y su esposa eran diferentes. Me trataban como si fuera su enemiga. No me dejaban cuidar a sus hijos o ayudar con las tareas de la casa. También hablaban mal de mí en la aldea, diciendo que los trataba injustamente. Me maldijeron cada vez que tuvieron la oportunidad. Incluso los otros aldeanos decían que ellos eran una vergüenza para la familia.

Como cultivadora, sabía que nada sucede por casualidad. Es para ayudarme a mejorarme y elevarme. Yo hago lo que me enseña el Fa y miro dentro de mí cuando surgen conflictos. Cuando llovía, les ayudaba a meter su ropa seca; antes de que llegaran a casa, yo cuidaba de sus hijos, les daba de comer y lavaba la ropa. Pero aún así me maldecían incluso después de que los ayudaba.

Un día, cuando mi segunda nuera estaba gritándome e insultándome, dije: "¿Sabes por qué nunca me comporto de la forma en que tú lo haces, a pesar de que puedes ser bastante irrazonable a veces, como ahora? Porque practico Falun Dafa, y nuestro Maestro nos enseñó a ser una buena persona. No pelearé contigo sin importar cómo me provoques. Buscaré lo que hice mal".

Ella dejo de pelear.

El verano pasado, sufrimos inundaciones en nuestra área. Mi segundo hijo y su esposa no regresaron a casa a tiempo, así que fui a cuidar de sus cosechas inundadas. Casi me arrastra la inundación, pero caí en su campo. Sabía que el Maestro me ayudó. Arreglé sus campos y me fui a casa. Un aldeano que presenció el evento les dijo y cambiaron su actitud hacia mí, y ahora estamos en buenos términos.

Es Dafa y el Maestro quien me enseñó a aguantar y a ser tolerante. Gracias, Maestro, por ayudarme a elevarme en medio de los conflictos, a eliminar el resentimiento y la mentalidad de lucha. Nuestra familia se ha beneficiado mucho de Dafa y de su gracia salvadora.