(Minghui.org) Mi esposo y yo comenzamos a practicar Falun Dafa en 1996. Renuncié a la práctica después que el partido comunista chino (PCCh) lanzó la persecución contra la disciplina en julio de 1999. Dejé de leer los libros de Dafa y de hacer los ejercicios por miedo.

Me desempeño en el campo médico. Me sumergí en mi trabajo. Pensé que en tanto siguiera los principios de “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, cuidara bien a mis pacientes, no me preocupara por las ganancias o las pérdidas y fuera una buena persona, estaría bien.

Mi esposo me alentaba a retomar la práctica, pero yo no lo escuchaba.

Un día de abril de 2010 mientras jugaba con mi nieto de dos años, él me tomó del cuello y sentí dolor. Me observé en el espejo y vi un bulto del tamaño de un huevo de pájaro.

Tomé medicación por algunos días, pero nada cambió. Fui al hospital para un ultrasonido y encontraron dos nódulos. Mi amiga me recomendó a tres médicos, y todos dijeron que necesitaba una cirugía.

Hice arreglos en el trabajo y me preparé para la operación. Estaba estresada. Mi esposo señaló: “Solo necesitas hacer los ejercicios de Dafa”.

Continué preocupada, pero me uní a mi marido para hacerlos. Los nódulos se redujeron un poco. Después de tres días de practicarlos, ¡ambos desaparecieron!

Le conté a mi amiga que los bultos ya no estaban, y no necesitaba la cirugía. Me preguntó qué había sucedido, y le dije que habían desaparecido después de hacer los ejercicios de Falun Dafa.

Miró de cerca mi cuello y dijo: "¡Falun Dafa es increíble!".

Mi esposo y yo estuvimos en un hospital atendiendo unos asuntos en febrero de 2012. Un especialista revisó mi cuello, vio mi historia clínica y manifestó: “Mira cómo tu cirugía anduvo bien. Todo se ve normal”. Mi marido y yo sonreímos.

Fue el poder de Dafa. Estoy agradecida al Maestro Li (el Fundador) que no se dio por vencido conmigo.