(Minghui.org) Cuando leí este pasaje en "Exponiendo el Fa en el Fahui de Chicago, 2004", me conmovió hasta las lágrimas la indescriptible gracia del Maestro:

"Shifu tiene hoy una imagen de cuerpo carnal en este mundo humano. No obstante, Shifu tiene muchas, muchas capacidades, tengo incontables Fashen, y todos ellos están solucionando los asuntos que tienen que ser resueltos para los Dafa dizi, ellos están solucionando asuntos relacionados con la rectificación del Fa durante la rectificación del Fa, y haciendo muchas, muchas cosas. Pero nada de eso se manifiesta aquí".

Me acordé de los acontecimientos que había vivido en el pasado y los voy a relatar a continuación.

Encontrar a Dafa

Desde que era niño, siempre quise saber por qué la gente vivía en este mundo. Mientras veía Viaje al Oeste, suspiré con asombro por los arreglos y las habilidades del Fo. Admiré el espíritu mostrado por Tang Monk y Sun Wukong (el rey mono). Viendo las leyendas de deidades y milagros, creí que eran reales y desarrollé un deseo de practicar la cultivación. En mi primer año de bachillerato en 1989, pensé en ir en búsqueda de un maestro, pero no tenía idea a dónde ir.

Más tarde encontré un qigong y experimenté sus extraordinarias habilidades, pero con el tiempo las encontré rudimentarias. Decidí no practicar qigong y en su lugar prometí cultivar la budismo. La meditación se convirtió en una parte de mi rutina diaria. A principios de 1994, tenía muchos problemas en la cultivación que no podía resolver por mi cuenta, y no podía progresar. Tenía un profundo anhelo de encontrar a mi maestro.

En abril de ese año, un instructor de la universidad me pidió que me quedara después de un trabajo en el laboratorio. Mientras hablábamos, me hizo una pregunta relacionada con la cultivación. Le dije lo que pensaba. Se sorprendió y sacó su copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Cuando lo abrí y vi el retrato del Maestro [Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa] con una expresión compasiva y el emblema de Falun, los encontré extremadamente familiares, pero no podía recordar dónde los había visto.

A la mañana siguiente, fui a un sitio de praáctica de ejercicicios de Falun Dafa. Cuando vi los movimientos, supe en el fondo que ésta era una disciplina avanzada de la Escuela Buda. No podía expresar mi alegría. Finalmente encontré lo que había estado buscando.

Al regresar del lugar de los ejercicios, no podía esperar para empezar a estudiar a Zhuan Falun. Al leer el libro, llegué a comprender muchos de los problemas en la cultivación que había encontrado a lo largo de los años. La sensación de encontrar a mi Maestro y a Dafa era indescriptible. Me senti muy afortunado. Ese día, comencé mi verdadera cultivación.

A finales de 1994, asistí a una conferencia de Maestro en Dalian. Escuché en silencio y sentí un enorme campo de compasión. Cuando regresé a la escuela, mis compañeros se sorprendieron al ver los cambios en mí. Inmediatamente sintieron el poder compasivo de Dafa. Sabía que el Maestro me había dado muchas cosas.

Ser diligente

Un cultivador sabe apreciar el Fa una vez que lo ha obtenido. Sólo siendo diligente seré digno de la inmensa gracia del Maestro. En el camino de mi cultivación, Maestro me protegía en todo momento, y la naturaleza extraordinaria de Dafa se manifestaba constantemente.

El invierno en el noreste de China hace mucho frío, y la temperatura baja a menudo a -20°C. Hice los ejercicios de Dafa al aire libre todos los días y nunca me puse guantes. Al principio tenía las manos frías, pero pronto todo mi cuerpo entraba en calor, como si estuviera envuelto en una gruesa capa de energía. Debido a que mi dormitorio universitario estaba cerrado con llave temprano por la mañana, la mayoría de las veces saltaba por la ventana de mi segundo piso para hacer los ejercicios. Una vez, había poca nieve, y salí como de costumbre. Sentí mi cuerpo con bastante calor. De regreso después de una hora, me di cuenta de que me había olvidado de ponerme los pantalones de lana. Qué extraño, ¿por qué no sentí frío cuando salí?

Un día, de repente, no pude mover la cabeza y tuve fiebre alta. Me acosté en la cama y no podía moverme en absoluto. Mis compañeros de dormitorio estaban asustados y me preguntaron si quería ir al hospital. Le dije: "No, estoy eliminando el yeli (karma)". Como eran las vacaciones de verano, ellos se preparaban para volver a casa, pero querían quedarse y hacerme compañía. Le dije: "Estoy bien. Pueden marcharse. No se preocupen. Definitivamente estaré bien a las seis de la tarde esta noche, y también me iré para estar en casa a tiempo".

En retrospectiva, fue un milagro, a las seis en punto me levanté. La fiebre desapareció y no sentí dolor; fue como si no hubiera pasado nada. Diez minutos antes, todavía estaba en la cama con fiebre y no podía moverme. Mis compañeros de dormitorio que no se habían ido estaban estupefactos. Viendo que me había recuperado, uno de ellos me trajo un tazón de fideos. No había comido en todo el día y lo acabé todo. Los tres nos fuimos felices a casa. Sabía que el Maestro me había ayudado a eliminar una gran cantidad de yeli (karma). Este ocurrió varias veces durante mi cultivación.

Dafa también me dio sabiduría, que se manifestó plenamente en mis estudios. Tenía una gran memoria y no tuve que repasar algunas asignaturas, mientras que otras sólo tuve que leerlas una vez. Pasé mucho tiempo estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Nunca afectó mis estudios. Tuve buenas notas y continué recibiendo becas y premios al mérito. Mis compañeros y profesores admiraban el poder de Dafa.

Una prueba

Me gradué en 1996 y regresé a mi ciudad natal. Después de haberme beneficiado enormemente de Dafa, quería que otras personas también pudieran aprenderlo. Así que decidí empezar un sitio de ejercicios grupal y ayudar a los demás. Debido al extraordinario efecto de Dafa sobre la salud, el número de participantes aumentó rápidamente.

Sin embargo, en ese momento, varios líderes del partido comunista se preparaban para tomar medidas contra Falun Dafa. A finales de diciembre de 1996 vi un documento oficial que difamaba a Dafa y exigía la dispersión de los sitios grupales de los ejercicios. Los practicantes sabían que era una calumnia porque se veían más sanos después de practicar Dafa y experimentaban personalmente la compasión del Maestro y los principios rectos de Dafa.

Seguimos haciendo los ejercicios con la esperanza de que el gobierno investigara la situación de buena fe. Algunos practicantes empezaron a reportar que había extraños que los monitoreaban. Les dije que los lugares de ejercicio de Dafa han sido formados voluntariamente, abiertos al público y no tenemos secretos. Así pues, los practicantes continuaron realizando los ejercicios bajo vigilancia.

Una mañana de marzo de 1997, mientras caminaba a casa desde el lugar de ejercicio como de costumbre, un oficial de policía me detuvo. Inmediatamente me di cuenta de que esto era una prueba. Había oído que algunos practicantes del campo habían sido arrestados y sus casas saqueadas. Le dije al Maestro en mi corazón: "Definitivamente pasaré bien esta prueba".

El oficial llamó primero al asistente del centro que organizaba el sitio de practica de ejercicios y le exigió que lo cerrara. Entonces me gritó con rabia: "¿Quién te dijo que organizaras este lugar de ejercicios? Me ocuparé de ti ahora mismo. ¡Llamaré a tu lugar de trabajo y te pondré de tal manera, como si nunca hubieras ido a la universidad!".

Tenía el Fa en mi corazón y sentía que el Maestro me fortalecía. De alguna manera me las arreglé para decirle: "Debes ser fulano de tal. ¿Podemos hablarlo con calma?". Se sorprendió y me preguntó cómo sabía su nombre. Solo podía decir que lo adiviné. En realidad, no lo conocía. Más tarde dijo: "Puedes ir a casa a comer y después ve a la comisaría en la sección de seguridad política".

Cuando llegué a casa y se lo conté a mi familia, mi madre estaba nerviosa y me preguntó si necesitaba esconder los libros y el material de Dafa. Dije que no había necesidad; con el Maestro y el Fa, sabía que las cosas estarían bien.

Maestro dijo:

"Si eres verdaderamente un cultivador, nuestro Falun te protege. Mis raíces están todas atadas al universo, y quien pueda tocarte a ti, entonces puede tocarme a mi; hablando claramente, el ya puede tocar a este universo" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Fui a la sección de seguridad política a tiempo. Me mantuve firme en mi fe en el Maestro y dejé ir todas las nociones humanas. Sabía que solo el Fa podía corregir y equilibrar todo. No me posicioné como sospechoso para ser interrogado, y me enfrenté al oficial con compasión.

Se puso duro y me amenazó con la demanda del documento oficial. Le dije que era difamación. Respondí a sus preguntas usando los principios de Dafa y los hechos del lugar de práctica de ejercicios. Su tono pronto se suavizó. Sentí claramente que la compasión de Dafa le había llegado. Pasó de gritar el nombre del Maestro a llamarlo "Maestro Li" y "Maestro". También se volvió respetuoso conmigo.

Después de responder a todas sus preguntas, sacó documentos preparados de un cajón y me dijo: "Después de hablar contigo hoy, he decidido no detenerte ni multarte. ¿Y qué vas a hacer con el sitio de ejercicios que cerré?". Sonreí y dije: "No importa. Podemos ir a otro lugar y dividirnos en pequeños grupos de estudio. Pero usted no puede interferir con nosotros nuevamente".

Aceptó alegremente mis condiciones. Añadió que también aprendería Dafa en el futuro y me pidió que le enseñara cuando llega el momento. También expresó su descontento con la interferencia del gobierno nacional hacia Dafa: había estado vigilando el lugar de los ejercicios durante meses, pero no pudo encontrar ni un solo problema. Dafa finalmente superó el prejuicio que él había desarrollado a raíz del "documento oficial".

Cuando me fui, caminó conmigo durante una larga distancia y me dijo que era la primera vez que iba tan lejos para despedirse de alguien. Sonreí, pensando que ese era el poder de la compasión del Maestro y de Dafa.

El oficial realmente mantuvo su palabra y nunca volvió a interferir con los practicantes. Más tarde escuché que, como resultado fue degradado. Creo que cada persona que apoya a Dafa recibirá bendiciones en el futuro.

El Maestro más tarde purificó mi cuerpo de nuevo. De repente, muchas sustancias sucias fueron expulsadas de mi rostro. Después, mi piel se volvió tan suave igual que de un bebé. Cuando mis compañeras expresaron envidia, les dije que era porque practicaba Falun Dafa.

(Me entristece decir que empecé a escribir esta experiencia de cultivación en 2004 después de leer "Exponiendo el Fa en el Fahui de Chicago, 2004" pero no la terminé. No pensé que pasarían quince años antes de volver a retomarla. Pensando en el pasado, todavía podía ver cada escena muy vívidamente. La inmensa compasión del Maestro es asombrosa).

Salvaguardar Dafa

El 20 de julio de 1999, el exlíder del partido comunista Jiang Zemin utilizó las estaciones de radio, de televisión, periódicos y otros medios de comunicación para difundir acusaciones falsas y calumnias contra Falun Dafa y el Maestro. De repente, todo el país estaba cubierto de mentiras. Viendo al Maestro y a Dafa honrados y compasivos siendo tratados de esta manera, como discípulo de Dafa, tuve que hacer que el gobierno entendiera las voces de nuestros cultivadores. Primero decidí ir a apelar al gobierno provincial.

Esa noche, en la estación de tren ya habían dejado de vender billetes a Beijing y Shenyang. Pensé para mí: "¿Cómo pueden bloquear lo que los discípulos de Dafa quieren hacer?". Le dije al personal de venta de entradas y a su gerente que no tenían derecho a hacer esto. Después de unas cuantas idas y venidas, accedieron a venderme el billete, y subí a mi tren a Shenyang.

Llegué después de medianoche para encontrar las calles llenas de policías y bajo la ley marcial. Los agentes nos metieron a la fuerza en vehículos y nos llevaron a un estadio. Ya estaba lleno de practicantes de Dafa que habían sido arrestados.

Nos sentamos en silencio, esperando encontrarnos con un funcionario del gobierno provincial para hablarle acerca de Dafa y de cómo los practicantes habían mejorado su salud y carácter moral.

Al amanecer, los practicantes comenzaron a hablar entre sí para compartir experiencias y estudiar los libros de Dafa. Un niño de once o doce años empezó a leer a Zhuan Falun en voz alta. Algunos oficiales de policía se burlaban de nosotros por ser guiados por un niño. Inmediatamente me di cuenta de que esto estaba dirigido a los corazones de los practicantes. Tomé el libro y empecé a leer.

Después de un tiempo, los oficiales que se habían reunido desaparecieron. Otros practicantes me pidieron que dirigiera a que todos recitáramos juntos poemas de Hong Yin y las Escrituras esenciales para mayor avance. El estadio se llenó con el sonido de nosotros leyendo el libro de Dafa, que limpiaba el mal que nos rodeaba.

Los coches de la policía empezaron a concentrarse alrededor de las ocho o nueve de la mañana. Otra oleada de agentes se acercó y comenzó a arrestar a la gente.

Los primeros en ser llevados fueron profesores y estudiantes. La policía no dio a los practicantes ninguna oportunidad de explicar. Una profesora -una mujer elegante y refinada que parecía tener más o menos cuarenta años- fue empujada por el brazo de manera brusca hacia un vehículo de policía. Los hombres fueron tratados aún peor: equipos de cuatro oficiales simplemente los recogían y los arrojaban. En ese momento, supe que el gobierno provincial no escucharía nuestras peticiones.

La policía apareció ante mí en un instante. Les dije: "Estamos aquí para informar pacíficamente al gobierno provincial de cómo nos hemos beneficiado de Dafa. Dafa brinda mucho bien al país y a la gente y no hace daño a nadie. Si el gobierno nos permite decirles lo que está pasando, nos iríamos por nuestra cuenta sin ser arrastrados".

Un oficial a cargo les gritó: "¡No lo dejen hablar! ¡Es un líder!". Le respondí: "No soy ningún líder. Nosotros no tenemos líderes".

Los oficiales vinieron a recogerme. Todo el tiempo, estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Cerré los ojos y junté las manos, entrando inmediatamente en la tranquilidad. Varios oficiales trataron de recogerme una y otra vez, pero no pudieron. Solo podían mirarse el uno al otro, y su comandante no sabía qué hacer.

Los arrestos pararon.

Sabía que el Maestro había disuelto el mal en otras dimensiones. La enseñanza del Maestro una vez más apareció ante mis ojos:

"Si eres verdaderamente un cultivador, nuestro Falun te protege. Mis raíces están todas atadas al universo, y quien pueda tocarte a ti, entonces puede tocarme a mi; hablando claramente, el ya puede tocar a este universo" (Primera Lección, Zhuan Falun)

Al mediodía, los practicantes que habían perdido la esperanza de apelar al gobierno comenzaron a marcharse. La policía de diferentes regiones comenzó a llevar a la gente de vuelta a sus pueblos de origen. Algunos practicantes se dieron cuenta de que no deberíamos subirnos a los coches de la policía, así que decidimos irnos a casa por nuestra cuenta.

Resultó que los que fueron enviados a casa en vehículos de la policía fueron llevados a sus comisarías locales y luego a centros de detención.

Cuando regresé al trabajo al día siguiente, ya sabían del incidente y me llevaron directamente a la oficina de brigada. El director vino a hablar conmigo y exigió mi renuncia. Dejó claro que la decisión fue tomada en una reunión del consejo y que no quería intensificar mi persecución.

Pero me dijo: "Primero, eres la mejor persona. En segundo lugar, tu trabajo es más que sobresaliente, y has sido reconocido como un empleado ejemplar después de tan sólo un año de trabajar aquí. Tercero, eres la única persona a la que la organización subordinada solicitó un premio varias veces. Pero pedir que renuncies es una tarea política, y no hay nada de que podamos hacer. Espero que puedas entenderlo".

El responsable de un grupo de vecinos pensó que era injusto. Cuando todos los demás se distanciaron de mí para no verse implicados, él me invitaba públicamente a una comida. Me sentí realmente feliz por este líder que tenía un sentido de justicia. Creo que Dafa bendecirá a los que decidan ser rectos.

Ahora sin trabajo, tenía que ganarme la vida vendiendo cosas de puerta en puerta y realizando trabajos manuales. Aunque era difícil y agotador, conocí a todo tipo de personas y pude mejorar mi xinxing una y otra vez. La enseñanza del Maestro sonaría en mi oído:

"Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa"
(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hong Yin Vol. II)

Inmerso en Dafa, me sentí satisfecho y feliz.

Mi protesta en Tiananmen

Después de que la persecución comenzó, los practicantes debatieron sobre cómo hacer saber al gobierno que Dafa es bueno y que Maestro Li es inocente. Muchos empezaron a hacer peticiones al gobierno de Beijing. Pero los arrestos continuaron. Nuestra web Minghui.org publicaba constantemente noticias sobre practicantes perseguidos hasta la muerte.

Antes del 20 de julio de 2000, fui a apelar por el derecho a practicar Falun Dafa en Beijing. Cuando llegué, vi que la oficina nacional de apelaciones solo estaba arrestando a personas, sin dar a los practicantes la oportunidad de hablar. Decidí ir a la plaza de Tiananmen para levantar pancartas y decirle al mundo: "Falun Dafa es bueno".

En la plaza esa mañana, vi a muchos practicantes sosteniendo pancartas y luego siendo arrestados por la policía. Decidí ir a la última planta de Tiananmen (el edificio en sí abierto para los turistas).

Al entrar en el edificio requería una serie de controles de seguridad, pero yo creía que nadie podía interponerse en las cosas que los discípulos de Dafa tenían que hacer. Le pedí al Maestro que me fortaleciera.

Caminé hacia el control de seguridad con una pancarta en el bolsillo. Cuatro guardias me registraron dos veces. Incluso cuando uno de ellos metió la mano en el bolsillo que contenía la pancarta, mi mente permaneció firme y fuerte. Agarró la pancarta, pero luego la soltó, pareciendo estar desprovisto de pensamiento. Otro guardia también sintió la pancarta. Yo sonreí y le pregunté: "¿Ya terminaste? Voy a pasar ahora". Asintió inexpresivamente. Cuando me fui, vi que todavía no tenían ni idea de lo que había pasado.

Subiendo al último piso, vi filas de agentes de policía vestidos de civil colocados a unos pasos de distancia. Si hubiera sacado la pancarta entonces, no habría tenido la oportunidad de desplegarla. Le pedí de nuevo al Maestro que me fortaleciera.

Un oficial levantó repentinamente su reloj y se pregunto a si mismo: "¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando?". Los otros se amontonaron a su alrededor para entrar en acción. Los turistas también dejaron un espacio vacío a mi alrededor. En ese momento supe que tenía que actuar. Saqué mi pancarta a la cual estaba escrito: "Falun Dafa" y la levanté para que la gente la viera.

En ese momento, sentí que mi cuerpo era incomparablemente alto y como si el tiempo se hubiera detenido. Los turistas vieron la escena y se acercaron. La policía no sabía lo que estaba pasando, como si estuvieran congelados. No fue hasta que un guardia la vio desde el piso de abajo y corrió gritando para que los oficiales entraran en acción y se lanzaran sobre mí.

Varios de ellos trataron de bajar mis brazos, golpeándolos y tratando de agarrar la pancarta. Yo tenía una constitución flaca mientras que ellos eran corpulentos, pero el poder de Dafa se manifestó. Después de que ellos lucharon por un tiempo, sentí que ya había pasado el tiempo suficiente y bajé los brazos.

Los oficiales me rodearon. Estaban asustados porque no me habían visto de antemano. Una voz resonó en sus radios, "¿Hubo algún impacto internacional?". Mientras el comandante de la policía tartamudeaba y no sabía cómo responder, un policía vestido de civil corrió y le contestó: "No, lo encontramos antes de sacar la pancarta".

Me llevaron a una gran oficina dentro del edificio, donde había una líder en uniforme. Me empujaron contra la pared. El comandante, que medía 1,9 metros de altura (6 pies y 3 pulgadas), echó hacia atrás su brazo y me abofeteó más de veinte veces de una vez.

De repente sentí como si hubiera un barril de metal protegiendo mi cuerpo. Sólo oí el ruido de su mano golpeando el barril mientras yo estaba dentro. Se detuvo con su mano levantada y le dijo a la mujer líder que estaba a su lado: "Mira, mi mano está hinchada por haberle golpeado". ¿Cómo es que no le pasó nada?". Ella le dijo: "No lo toques más. Él es un verdadero discípulo de Falun Dafa. ¿No ves que ni siquiera tiene una marca en la cara?". Esos oficiales ya no se atrevieron a acercárseme.

Después de un rato, los guardias de seguridad vinieron corrieron y me preguntaron: "¿Cómo trajiste la pancarta hasta aquí? ¿Dónde la escondiste? Buscamos en tu cinturón y incluso en tus pantalones. ¿Cómo es esto posible? ¡Debes de conocer algún truco de magia!".

Luego me llevaron a la comisaría de Tiananmen. Muchos agentes corrieron para verme. Cuando vieron lo flaco que estaba, algunos de ellos levantaron su pulgar en alto y me susurraron: "¡Bien hecho! ¡Increíble!". También había otros que no querían acercarse a mí y solo me maldijeron.

Detención

Estaba encerrado en una gran jaula de metal con varios practicantes de diferentes edades y géneros. Había un niño de once o doce años del sur que fue llevado a ser interrogado dos veces. Los agentes intentaron que revelara su nombre y dirección. Cuando regresó, tenía una profunda huella de una mano en la cara.

Discutimos en grupo y decidimos meditar en protesta. Los guardias nos maldijeron y pisotearon a algunos de nosotros, pero no nos conmovieron. Al final, nos dejaron en paz.

Hubo otro giro durante este período. De hecho, tuve dos oportunidades para dejar esta guarida malvada. Cuando me llevaron a la comisaría, solo me dijeron que esperara en el pasillo. El oficial que me acompañaba había ido a informar a sus superiores. Podría haber escapado, pero ni pensé en hacerlo.

Otra oportunidad llegó cuando un oficial nos pidió ayuda a otro practicante y a mí que moviéramos algo. Cuando terminamos, habíamos dejado el área de detención. Como el otro practicante sentía que estábamos allí para validar Dafa y no quería ser un desertor, no nos fuimos. Cuando volvimos a la jaula, un oficial dijo: "¿Por qué volvieron?". Me iluminé que no deberíamos haber regresado.

Esa noche nos llevaron al centro de detención de Miyun. Le conté a mi interrogador sobre mi viaje de cultivación. Primero se enfrentó a mí, pero más tarde se volvió respetuoso. Sentí que los policías que se veían obligados a perseguir a los practicantes de Dafa eran indefensos y lamentables.

Me dijo que el centro de detención ya había perseguido a varios practicantes hasta la muerte y me insinuó que me fuera. Sin embargo, el oficial que me llevó al centro de detención no era tan tolerante. Les dijo a los reclusos que yo era un practicante y les insinuó que abusaran de mí.

Había más de una docena de internos en la celda. Cuando fui al centro, el recluso principal me preguntó: "¿Sigues practicando?". Les dije tranquilamente que nadie puede cambiar la cultivación de los discípulos de Dafa. Entonces, él ordeno a todos los presos que me pegaran con las suelas de sus zapatos.

Cuando vinieron hacia mí, mi corazón no se movió. De repente vi que paraban con las manos en alto. Estaban congelados y me miraron con la mirada perdida. El líder dijo después de un rato: "Este es un verdadero discípulo de Falun Dafa. No podemos tocarlo. Olvídenlo".

Toda la celda permaneció en silencio durante mucho tiempo. El líder me preguntó entonces sobre la cultivación. Le hablé de la bondad de Dafa. Finalmente se conmovió y les dijo a los demás: "A partir de hoy, le daremos nuestras cosas buenas para comer. ¡Nadie puede tocarlo!".

Al día siguiente, ese preso principal fue liberado. Él específicamente instruyó a su sucesor para que me cuidara bien. Los internos realmente lo hicieron. Cuando compraban fideos instantáneos y leche de soja en polvo, primero me daban la mayor parte, y no podía negarme.

Testigo de brutalidad y la solemnidad de la cultivación

La noche que me trasladaron al centro de detención de Miyun, los agentes de policía de allí llevaron a una practicante a una celda de hombres condenados a muerte, diciéndoles que torturaran a la practicante a cambio de comida. Los gritos eran insoportables de escuchar. Más tarde, los reclusos me dijeron que la practicante fue torturada hasta la muerte y que varias otras ya habían muerto de la misma manera.

Más tarde esa noche, trajeron a un practicante de unos veinte años de edad. Era un estudiante universitario de segundo año. Los presos se despertaron, y el líder le preguntó si seguía practicando. Él respondió: "Es demasiado difícil. ¡No voy a practicar más!". Los internos se volvieron locos y le dieron una severa paliza hasta que yo le puse fin. Aun así, lo tenían durmiendo en el suelo después de verterle agua encima y no le dieron una colcha.

Esta escena me hizo reflexionar sobre la seriedad de la cultivación. Este practicante solo había dado una respuesta superficial. Más tarde reveló que lo había dicho en contra de su conciencia y que se había dado cuenta de su error. A partir de ese día, los presos nos protegieron de los guardias cuando hacíamos la meditación o los ejercicios de Dafa.

Ocho días después, un oficial de la policía local y secretario del partido comunista a nivel de la calle de donde yo vivía vino a recogerme. El secretario tiró mis zapatos y mi reloj. El oficial de policía solía ser un soldado y no entendía por qué practicaba Falun Dafa siendo un estudiante universitario. Le hablé de mi cultivación, y él no tuvo nada que decir.

Me hicieron marchar por las calles de Beijing esposado y descalzo. El oficial me dijo: "¡Mira qué vergonzoso es esto!". Dije que como discípulo de Dafa, no tengo nada de qué avergonzarme, y que su trato a personas inocentes era vergonzoso. Al oír esto, me envolvió las manos esposadas con su ropa. Me llevaron de vuelta a mi lugar de residencia y al centro de detención local.

A cada recién llegado les vertían diez cubos de agua fría por los reclusos en la celda como costumbre llamada "destrozar el cubo". Cuando entré en la celda y revelé que era un practicante de Dafa, ellos querían hacerme lo mismo. Me iluminé que los discípulos de Dafa tenemos las dos cosas: compasión y dignidad. Los miré con una expresión seria. Nadie se atrevió a hacer un movimiento. El líder de la célula dijo entonces: "Falun Dafa no es lo mismo que los reclusos. Los discípulos de Dafa son buenas personas. Que nadie los toque".

Más tarde me trasladaron a una celda diferente, donde el ambiente era extremadamente malo. La gente había sido golpeada hasta la muerte allí. Los reclusos eran todos criminales violentos, incluyendo algunos que estaban en el corredor de la muerte. El propio recluso principal había cobrado varias vidas.

Cuando se enteró de que yo era un practicante de Dafa, rugió: "Nadie en mi celda se niega a ser 'transformado'". Le miré y le dije: "Nadie puede cambiar a los discípulos de Dafa".

Ordenó a otros reclusos que me sujetaran al suelo y quiso obligarme a comer heces y orina. En ese momento, el poder de Dafa volvió a manifestarse. Cuando estaban a medio metro de mí, se congelaron instantáneamente. Tardaron un rato en recuperarse y tenían aspecto de conmoción. El recluso principal les dijo a los demás: "No podemos tocar éste".

A partir de ese momento, ninguno de ellos se atrevió a hacerme pasar un mal rato. Cuando hacía los ejercicios todos los días, repelían a los oficiales que venían a acosarme. Les hablé a los presos de Dafa y ellos gradualmente lo comprendieron. Los dos presos condenados a la muerte a los que la policía ordenó que me vigilaran tampoco se atrevieron a hacer nada.

Más tarde, hubo un recluso que siguió usando una gran aguja escondida en la celda para pinchar a otro recluso que solo tenía diecisiete o dieciocho años. No pude soportarlo y le dije que parara. Me empujó a una esquina que no estaba cubierta por las cámaras de vigilancia. Levantó el puño pero no pudo bajarlo. Pasó un tiempo antes de que bajara el brazo. Tuvo dolor en el brazo durante toda la noche y dijo que había incurrido en una retribución de yeli (karma) por perseguir a un discípulo de Dafa.

Bajo la protección del Maestro, dejé el centro de detención después de dos meses y me uní a otros practicantes en la Rectificación del Fa. A lo largo de mi viaje experimenté cosas más milagrosas que venían de Dafa. No tengo palabras para expresar mi gratitud hacia Maestro. ¡Sólo cultivándome diligentemente puedo ser digno de la benevolente salvación del Maestro!