(Minghui.org) Shifu dijo: “Un solo pensamiento diferencia a una persona de un dios” (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York 2010). Hay muchos aspectos de nuestra vida diaria sobre los que podemos haber desarrollado puntos de vista humanos. Como practicantes necesitamos cambiar nuestros pensamientos acerca de tales cosas.

Por ejemplo, un artículo mencionó que cuando la esposa de un practicante de Falun Dafa falleció, sus hijos comenzaron a hablar de los preparativos del entierro de ambos. Él no se opuso. Poco después, comenzó a tener graves síntomas de enfermedad. Se dio cuenta de que si no se oponía al plan del entierro, significaba que reconocía su muerte. Entonces él envió pensamientos rectos y eliminó el problema.

Solía tener plantas en casa, pero no crecían bien. Les dije: "Falun Dafa es bueno" y les pedí que crecieran para validar el Fa. Pero no hubo mejoría. Entonces me di cuenta de que estaba siendo egoísta al querer que crecieran bien y controlar sus vidas. Desde entonces, no tenía expectativas cuando las regaba. (Nota: Es mejor no tener plantas en casa, ya que pueden ocupar demasiado tiempo y atención).

Un amigo nos dio unas cuantas botellas de miel. Mi esposa dijo que deberíamos tomar una cucharada al día ya que es un tónico para el cuidado facial. Lo hice, pero pronto empezaron a aparecer granos en mi cuerpo. Me di cuenta de que cuando pensaba que algo en los Tres Reinos era bueno, la ley de los Tres Reinos se aplicaría a mí. Además, ¿por qué debería buscar lucir mejor?

Algunas mujeres practicantes gastan cientos o miles de yuanes en el cuidado facial, el cuidado del cabello o el de las uñas. Algunas gastan dinero para teñirse el pelo de negro. Si nos preocupan las cosas en los Tres Reinos, estamos dando excusas a las viejas fuerzas para que nos impongan la ley de los Tres Reinos.

Instalé una luz que solo se activaba con el sonido en las escaleras. Mi esposa seguía apagándola para "ahorrar electricidad". Le expliqué que solo estaría encendida cuando hubiera sonido, pero aún así la apagaba. Cada vez que la encendía, ella la apagaba.

Entonces me pregunté: "¿Pelearía un ser divino por esto? ¿Es bueno insistir en ello? Debería ser bondadoso".

Dejé de pelear con ella por la luz. Luego, de vez en cuando, la dejaba encendida.

En otra ocasión, varios practicantes se reunieron en un restaurante. Cada uno ordenó su plato favorito, pero uno siguió sonriendo y no ordenó. Cuando los otros le preguntaron qué quería, simplemente dijo: "Comeré lo que me pidas". Inmediatamente vi mi brecha en la cultivación ya que tenía apego a la comida.

Recordé una historia sobre el Maestro llevando a los discípulos que trabajaron estrechamente con él a un restaurante. El Maestro ordenó por ellos. Los vio disfrutar de la comida, pero él no comió mucho.

La diferencia entre lo humano y lo divino puede ser determinado por un pensamiento. Puede llevarnos mucho tiempo cultivar hasta ese nivel. Pero si realmente estamos decididos a cruzar esa línea, se puede hacer en un solo instante.