(Minghui.org) Solía ser una persona bondadosa durante mi infancia y siempre luché contra la injusticia. Ya de adulto, estaba contaminado por la sociedad y me gustaba pelear con otros, beber en exceso y apostar. Por haber lesionado a otros en una pelea, fui encarcelado en un campo de trabajo forzado de Jiamusi entre 1999 y 2002.
Conocí a un practicante de Dafa
En el campo de trabajo, me encontré con un grupo de personas que eran muy diferentes de los demás. Ellos se negaron a renunciar a su fe. No podía entender por qué preferían sufrir bajo custodia policial que ser liberados, cuando todo lo que tenían que hacer era declarar que dejarían de practicar Falun Dafa.
También noté que trataban bien a los demás y que eran humildes y pacíficos, así que quería estar cerca de ellos. Me di cuenta de que todos eran buenas personas que fueron encarcelados injustamente en la persecución a Falun Dafa.
Una vez, cuando pidieron permiso para hacer los ejercicios de Dafa, los guardias los penalizaron. En el invierno helado, les quitaron sus ropas, les esposaron las manos detrás de ellos y los guardias vertieron agua fría sobre sus cuerpos. ¡Esto fue tan cruel! ¿Cómo podría yo tolerar tal comportamiento? Me dolió mucho el corazón.
En el campo de trabajo, vi el lado oscuro de la conducta humana. Cuando las familias de los practicantes les traían comida, los guardias se la guardaban para si en lugar de dársela a los prisioneros. Los practicantes también fueron privados de papel higiénico. ¡Esto fue indignante!
Cuando me tocó vigilarlos, utilicé a propósito un trapo para alejar de ellos la cámara de vigilancia y que pudieran hacer los ejercicios sin ser vistos.
Una vez, los guardias registraron sus cuerpos buscando libros de Dafa. Los desnudaron, los golpearon y castigaron cuando encontraron libros de Dafa. Cuando los guardias no estaban vigilando, ayudé a los practicantes a esconder siete libros. Sin embargo, unos días después, los guardias buscaron libros nuevamente y los encontraron. Como resultado, fui esposado, golpeado y mi sentencia se extendió por tres meses.
Pero nunca me arrepentí de lo que hice ni me quejé de ello porque sentí que estaba del lado de la justicia y por eso, me sentí feliz y honrado.
Con frecuencia un practicante me contaba sobre la belleza y la bondad de Dafa. Era realmente fascinante escucharlo. No quería que dejara de hablar. También pensé que tenía que irse para así poder aclarar a la gente los hechos sobre Dafa.
Una vez, vi una oportunidad para que pudieran escapar. Les dije que tomaran palas y escobas y que salieran y fingieran estar haciendo limpieza. Nueve de ellos lograron abandonar el campo de trabajo. Sin embargo, tres fueron arrestados y devueltos.
Yo miraba desde el segundo piso del edificio cuando los trajeron. Estaba tan preocupado por su seguridad que mis piernas empezaron a temblar. En lo profundo suplique la ayuda de Shifu: Maestro de Dafa, por favor ayúdalos a salir de aquí. Mientras decía esto, vi a algunos de los practicantes de mayor edad cojeando y las lágrimas rodaron por mi cara.
Finalmente obtuve Dafa en octubre de 2017. Cuando terminé de leer Zhuan Falun, comprendí que mi conducta benevolente en el campo de trabajo había plantado las semillas para que me convirtiera en practicante hoy y que el Maestro me ha estado cuidando desde entonces.
Después de convertirme en practicante, obtuve mucha confianza porque empecé a entender el significado de la vida. También llegué a comprender por qué esos practicantes se negaron a consentir cuando les dijeron que renunciaran a su fe. Era tal como el Maestro dijo:
"Debería ser conocido, una vez que una persona aprende la verdad y el genuino significado de la existencia de la vida, no se arrepentiría de dar su vida por ello" (Algunos Pensamientos Míos, Escrituras esenciales para mayor avance II).
Estudiando los libros de Dafa y haciendo los ejercicios, me curé de mi hernia de disco lumbar. Sentí que mi cuerpo era muy liviano y podía caminar muy rápido. Me sentía alegre todos los días. Con ello, también dejé de beber y subí de peso. Mi jefe observó mi transformación y dijo que me veía mucho más joven que antes.
Al estudiar aun más, llegué a darme cuenta de la relación entre pérdida y ganancia y en el trabajo comencé a respetar los principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" de Dafa. Logré ejecutar cada simple transacción sin errores y nunca tomé cosas que no me pertenecían. Mis vecinos también fueron testigos de mis cambios y me elogiaron.
Me di cuenta de que todavía tenía mucho que mejorar de mí carácter. Quiero liberarme del miedo de hablar cara a cara con las personas sobre Dafa, por lo que seguiré trabajando.
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Categoría: Empezando la cultivación