(Minghui.org) Tian Kaishan es un practicante de Falun Gong de 55 años de edad de la ciudad de Baoding, provincia de Hebei, al suroeste de Beijing. Fue arrestado a comienzos de 2017 por practicar Falun Gong y enviado al centro de detención del condado de Yi.
Mientras aguardaba el veredicto de la corte, el Sr. Tian sufrió tremendamente, soportando métodos extremos de tortura infligidos durante su detención en el condado Yi.
El abuso continuó cuando fue sentenciado subsecuentemente a una condena de dos años de prisión y fue transferido a la prisión de Jidong el 2 de agosto de 2017.
El padre de Kaishan de 80 años soportó demasiado. Preocupado y afectado por la presión que sufrió, falleció de tristeza.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es un sistema de cultivación que incluye ejercicios suaves y enfatiza el mejoramiento del carácter moral de uno. Sus enseñanzas están enraizadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Desde que el partido comunista chino (PCCh) comenzó la persecución a la práctica en julio de 1999, un gran número de practicantes han sido detenidos, encarcelados, torturados y asesinados.
Abajo está el relato personal de la tortura que soportó Tian Kaishan por practicar Falun Gong.
* * *
He sido detenido numerosas veces por practicar mi fe.
Un incidente ocurrió el 5 de octubre de 2016, cuando fui con otros practicantes al pueblo de Zijingguan a distribuir materiales de Falun Gong que revelaban la persecución. Por tener mala salud, me pusieron en libertad dos semanas después, pero los oficiales continuaron acosándome.
El Sr. Tian Kaishan, de 55 años, vivía en la ciudad de Baoding, provinia de Hebei.
Unos meses después, el 10 de febrero de 2017, acudí al banco local en el condado Laiyuan para fines comerciales. No me di cuenta que la policía me estaba monitoreando. Después de irme, me engañaron para que regresara al banco, donde fui arrestado por la policía de los condados de Laiyuan y Yi.
El jefe de la división de seguridad nacional del condado de Yi, Tian Guojun, trató de interrogarme, pero me rehusé a contestarle. Así que me detuvo en el centro de detención del condado de Yi para un interrogatorio más profundo.
Cinco días después, decidí empezar una huelga de hambre para protestar por el maltrato sufrido. Finalmente, permitieron que mi familia me visite brevemente.
El juicio fue el 4 de mayo de 2017. Para mi defensa, mi familia contrató a un abogado de derechos humanos, quien solicitó mi liberación de inmediato. Sin embargo, presionados por los agentes de la oficina 610, los funcionarios de la corte continuaron con mi detención, mientras ideaban un plan para sentenciarme a prisión.
Estando bajo detención en contra de mi voluntad por practicar mi creencia, los guardias, prisioneros y oficiales me infligieron numerosos métodos de tortura.
Huelga de hambre
Ilustraciones de torturas: Manos esposadas cerca de una pierna
Hice huelga de hambre para protestar por el maltrato al que fui sometido. Esto enojó a los guardias, los cuales me esposaron y encadenaron juntos mis pies. Un guardia me amenazó: Si continuaba con mi huelga de hambre por más de tres o cuatro días, esposaría mis manos a mis piernas, doblándome por la mitad con la cabeza hacia abajo, dificultando mi caminar.
Varios días más tarde, los guardias cumplieron sus amenazas y de hecho me esposaron de esa forma.
Hice múltiples huelgas de hambre mientras estaba detenido. Los guardias ordenaban a los criminales que me golpearan salvajemente y me obligaran a detener temporalmente mi huelga de hambre. Los prisioneros solían obedecerlos para apaciguar a los guardias y así evitar que ellos mismos recibieran un maltrato severo. Fui golpeado y humillado a su voluntad.
A menudo me agredían en el baño, donde no habían cámaras de seguridad.
Todos trataban de forzarme a renunciar mi fe en Falun Gong.
Golpizas y alimentación forzada
Los guardias y prisioneros se unían durante las sesiones de tortura e intentos violentos para alimentarme a la fuerza. Me inmovilizaban con sillas. Con las manos esposadas a las cadenas de mis piernas, no tenía la capacidad de resistir. Se turnaron para abofetearme, patearme y golpearme. Golpeaban la planta de mis pies con una barra de hierro o con palos de bambú.
Esto continuó por tres días seguidos. Uno de los directores asistentes del centro de detención, Zhao Hua, estuvo involucrado en la tortura.
Daban rienda suelta cuando me torturaban y me alimentaban a la fuerza y soporté golpizas brutales. Una vez, no pararon la tortura hasta que perdí el conocimiento, desmayándome durante la alimentación forzada debido a que me estaba asfixiando.
Los días de alimentación forzada eran violentos y brutales. Los prisioneros que asistían a los guardias trataban con todas sus fuerzas de apretar mis mejillas y abrir mi boca a la fuerza. Tenía moretones y heridas en mis mejillas, cara y boca.
En una instancia, para abrir mi boca a la fuerza, un prisionero con todo su peso se paró en mi tobillo encadenado. Grité del dolor. Mientras gritaba, comenzaron a embutir cosas en mi boca. "Somos muy experimentados", dijo un guardia. "Tenemos muchas maneras para obligarte a que te rindas y comas".
Colillas de cigarrillos
Una vez, cuando el grupo me sujetaba y golpeaba, uno de ellos tuvo una idea. Tomó un cenicero y virtió las colillas y cenizas de cigarrillo en la sopa y en el panecillo a vapor, y me alimentaron a la fuerza con esta mezcla repugnante. Me asfixié, tosía y expulsaba las colillas de cigarrillo, las cuales cayeron en otro director asistente del centro de detención, Liu Yu.
Se enfureció, y empezó a darme cachetadas y a golpearme, después embutía mi boca con las mismas colillas de cigarrillo.
Heces humanas
Cuando se preparaban para alimentarme a la fuerza, el director del centro de detención, Wang Zhenghua, llamó a varios guardias el día antes que comenzara la tortura. No pude escuchar lo que planeaban.
A mediados de la alimentación forzada, Wang demandó que parara la huelga de hambre y que comiera por mi propia voluntad. Nuevamente dije que no.
"Si es así, te forzaremos a comer excremento", se burló de mí. Ordenó a un guardia que tomara una bolsa de excremento. Un director asistente, Zhong Cheng, se puso guantes y embutió excremento en mi boca. Traté de resistir, pero no pude hacer mucho ya que mis manos estaban encadenadas a mi pierna.
Los oficiales y los guardias me sujetaban y me alimentaron a la fuerza con el excremento. Ellos lo embarraban en mi cara, cabeza y cuerpo. Fue terrible.
Poniendo a los prisioneros en mi contra
Dentro de la celda, el jefe de los prisioneros golpeó mi cara con la suela de sus zapatos. Algunos prisioneros que atestiguaron estas sesiones de tortura se acercaban a mí y me decían que las golpizas y la alimentación forzada eran muy extremas, muy violentas.
Los oficiales ordenaban a los guardias que obligaran a los presos a escribir testimonios en mi contra. Estos testimonios eran enviados a los oficiales de la corte, diciendo cómo me rehusaba a renunciar a Falun Gong; cómo había hablado a otros prisioneros acerca de Falun Gong y cómo deben renunciar al partido comunista chino (PCCh) para evitar retribución kármica.
El director Wang trató de chantajearme, diciendo si continuaba a rehusarme a comer, enviaría los testimonios a la corte para que me dieran una condena más larga cuando llegara al veredicto.
Privación de sueño, calumnia y abuso mental
La presión era incesante. Los guardias obligaban a los prisioneros a golpearme en lugares donde no habían cámaras de seguridad. Les decían a los prisioneros que las cámaras serían apagadas a las 8:00 p.m. para que pudieran continuar agrediéndome toda la noche.
No podía dormir, ya que los prisioneros asignados a vigilarme me golpeaban cada vez que cabeceaba. Aunque ellos tampoco podían dormir, no se atrevían a quejarse con los guardias. En su lugar, desquitaban su furia conmigo.
Este periodo de privación de sueño duró cuatro días y tres noches.
Otra técnica utilizada para obligarme a renunciar mi fe era hacer que los prisioneros escribieran el nombre del fundador de Falun Gong, el Sr. Li Hongzhi, en un pedazo de tela y lo colgaran a mi espalda. Le pidieron a otros prisioneros que calumniaran al Sr. Li cuando estaban a mi alrededor. Les pedía que pararan, pero no querían escuchar. En vez de eso, lo hacían más intensamente.
Esto no era bueno para ellos, y de acuerdo con mis creencias, estaban cometiendo una mala acción. Para detenerlos, renunciaba a mi huelga de hambre y comenzaba a comer.
Cuando me di cuenta más tarde de que era una artimaña fraguada entre los guardias y prisioneros, reanudé mi huelga de hambre.
Esposado en el hospital
Esposado en posición de águila extendida.
Los oficiales temían que pudiera morir por las tortura en el centro de detención, así que me enviaban al hospital. Allí los guardias estiraban mis cuatro extremidades y me restringían con esposas en las esquinas de la cama. Ellos torcían las esposas para apretarlas, para infligir más dolor, cortando mi piel.
También utilizaban un nuevo tipo de cadena electrónica en mis piernas y pies.
Nuevamente me privaron de sueño durante esta tortura. Tan pronto cabeceaba, los guardias tiraban agua fría en mi cabeza y cuerpo.
En el hospital, los guardias me alimentaban a la fuerza con grandes cantidades de agua, llenando mi estómago. El deseo de orinar era muy fuerte, y los guardias solían darme excusas para retrasar el uso del baño. Una vez me hicieron esperar dos horas y perdí el control de mi vejiga.
Todas estas técnicas eran intentos para doblegarme constantemente y destruir mi voluntad y mi fe en Falun Dafa.
Una vez escuché a un alto oficial ordenar a un guardia que hiciera pasar "un mal rato". El oficial se veía preocupado por intensificar las sesiones de tortura. "Me temo que morirá pronto", lo escuché decir.
Regresando al centro de detención
Al ver que no me doblegaba, los guardias me trajeron de vuelta al centro de detención.
Un oficial me dijo que si paraba la huelga de hambre, recibiría una sentencia más corta. Le dije que a pesar del tratamiento brutal, yo no había hecho nada malo.
Cuando regresé al centro de detención, muchos prisioneros estaban en shock por mi apariencia y lo que había soportado. Les expliqué calmadamente que yo no había hecho nada malo. Falun Gong es bueno y el PCCh estaba equivocado en perseguirlo. Les dije que debían separarse del partido, y que fueran responsables por su futuro. Algunos de ellos decidieron renunciar al PCCh y a sus organizaciones.
Debido a que continué mi huelga de hambre en el centro de detención, los guardias encadenaron juntos mis manos y pies por 45 días. Mis tobillos estaban bien hinchados y llenos de pus y sangre.
Hasta ahora, mis tobillos llevan las cicatrices de las cadenas.
Temiendo que muriera bajo detención en el centro de detención, la corte anunció abruptamente que había llegado a un veredicto. Me sentenciaron a dos años en prisión.
Responsables principales:
Centro de detención del condado Yi:+86-312-4700162
Zhao Hua: director asistente del centro de detención del condado Yi: +86-15931848519
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