(Minghui.org) Decir que mi relación con mi padre fue complicada sería quedarme corta. Nunca podía hablar con él. Era arrogante, tenía mal genio y era egoísta. También tenía un temperamento fuerte y después de años de tensión entre nosotros no podía tolerarlo. Cada vez que hablábamos, inmediatamente comenzábamos a discutir. Me decía las cosas más mezquinas, como si yo fuera una completa extraña; nunca sentí que me amaba.

Cuando estaba en la escuela secundaria decidí que iría a una universidad en el extranjero para poder alejarme de él. Planeaba no volver nunca. Sin embargo, entré en una escuela de formación profesional en la capital de nuestra provincia. Tres años más tarde, me asignaron un trabajo en mi ciudad natal. Se acabaron mis sueños de alejarme de mi padre.

Las cosas cambian

Después  que comencé a practicar Falun Dafa en 1995, cambié gradualmente. Medí todo lo que dije o hice con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia e hice todo lo posible por ser una persona buena y mejor. Aunque mi opinión sobre mi padre cambió, aun así, me molestó. Intenté no discutir más con él, le conté sobre Falun Dafa y en 1996, puse las cintas de video de las conferencias del Maestro Li para mis padres. Aunque él era arrogante, cuando observaba las conferencias, comentó que el Maestro Li (el Fundador de Falun Dafa) no era una persona común.

El 20 de julio de 1999, el partido comunista de China lanzó la persecución contra Falun Dafa. Mis padres todavía sentían que Falun Dafa era bueno. Sin embargo, después  que fui sentenciada a dos años en un campo de trabajo forzado por hablar sobre La farsa de la autoinmolación de la plaza Tiananmen, se quedaron en silencio.

Continué practicando Falun Dafa después de ser liberada. No se opusieron, pero estaban preocupados. Les sugerí que dijeran: Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. El dolor en las piernas de mi padre y su insomnio disminuyeron además ya no necesitaba su medicación para el estómago.

Le di una copia de Zhuan Falun y le pedí que la leyera cada vez que tuviera tiempo. Mi madre era analfabeta, así que le conseguí una máquina de lectura. Pero el mal genio de mi padre no mejoró, lo que me hizo pensar que nunca leyó Zhuan Falun.

El comportamiento de mi padre señala mis apegos

Durante las celebraciones de Año Nuevo, mi padre dijo algo que me molestó. En lugar de mirar inmediatamente hacia dentro, me enojé y mi resentimiento estalló. Seguí pensando que él estaba equivocado y me dije que la próxima vez que los visitara, pediría esa copia de Zhuan Falun. Estaba furiosa y pensé que nada lo ayudaría. Sin embargo, por mi apego a él, estaba preocupada por él.

En este momento, recordé la enseñanza del Maestro: “La cultivación se trata de mirar dentro de uno. Sea que tengas razón o no, debes examinarte a ti mismo. La cultivación se trata de deshacerse de los apegos humanos"(Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles 2006).

Me pregunté: “¿Por qué no estoy mirando hacia adentro? ¿Por qué me enfado todo el tiempo? ¿Hay algo que necesito eliminar? ¿Por qué soy la única de mis hermanos que no puede soportar el temperamento de nuestro padre?”. Encontré muchos apegos: estaba resentida, a la defensiva, criticaba, era vanidosa, arrogante y tenía apegos con mis familiares. También soy un producto de la cultura de partido del PCCh: crítica de los demás, santurrona, intolerante, egoísta, y mi personalidad es dominante. No era amable como debería ser una mujer. Sabía que las fallas que vi en mi padre reflejaban mis propios rasgos de carácter. Decidí no preguntar por Zhuan Falun.

Ayer, lo llamé  por algo y le pregunté casualmente si todavía tenía a Zhuan Falun y si lo había leído. Él respondió: "¡Sí, lo he leído dos veces!". Me sentí aliviada, lo malentendí. No solo había leído el libro, sino que también lo había cuidado, comprendí que la vida de todos está organizada y controlada por el Maestro. No debemos preocuparnos demasiado siempre  que hagamos lo que se supone que debemos hacer.

El Maestro dijo:

“Aquellos que están aferrados al afecto de sus parientes serán indudablemente fatigados, enredados y atormentados por este afecto. Estas personas se aferran al hilo del afecto y dejan que les amarre durante toda la vida. Cuando lleguen al final de sus vidas, les será demasiado tarde para arrepentirse” (Tabúes para cultivadores, Escrituras esenciales para mayor avance).

Como practicantes, debemos concentrarnos en cultivarnos bien, hacer las tres cosas bien y no dejar que nuestros apegos nos superen. De lo contrario, nuestras nociones y apegos pueden hacer que tengamos malentendidos. Debemos romper la interferencia de las viejas fuerzas y eliminar todos nuestros apegos y nociones para que las viejas fuerzas no puedan aprovecharse de nosotros. Debemos recordar que es nuestra responsabilidad salvar a las personas que nos rodean, y debemos tratarlos con compasión.