(Minghui.org) Desde que el régimen comunista chino inició la persecución a los practicantes de Falun Gong en 1999, alienta a los guardias y reclusos de los centros de detención y prisiones a usar diversos métodos de tortura para obligar a los practicantes a renunciar a su fe. Estos guardias y prisioneros reciben recompensas monetarias o reducciones de sus penas. Son los denominados “transformadores” de practicantes. Incluso ahora, dentro de la prisión provincial de mujeres de Hunan, las guardias y sus colaboradoras usan camisas de fuerza para torturar a las practicantes.
Las camisas de fuerza están hechas de lona. Las mangas miden aproximadamente 25 cm de largo y tienen un cinturón en los extremos. Esta forma de tortura, si se aplica durante mucho tiempo, puede fracturar la columna vertebral, los hombros, las muñecas y los codos, e incluso puede llegar a causar la muerte.
Ilustración de la tortura de camisa de fuerza.
Las practicantes de Falun Gong estaban separadas en tres grupos, en doce celdas de la prisión. Se designaron dos celdas para aquellas que no estaban siendo torturadas, cuatro para las que habían renunciado a Falun Gong en contra de su voluntad (“transformadas” debido a las torturas), y seis para aquellas que estaban siendo sometidas a torturas.
Por lo general, la tortura consiste en atar a la persona con una camisa de fuerza y colgarla durante casi un día entero, mientras se la golpea o electrocuta con picanas eléctricas. Las practicantes eran privados de sueño después de que eran descolgadas y tenían que quedarse de pie inmóviles hasta el día siguiente. Momento en el que comenzaba nuevamente la tortura. No se les permitía usar el baño y tenían que hacer sus necesidades mientras permanecían colgadas. No se les permitía asearse ni limpiarse durante días. La tortura a menudo resultaba en fracturas en los brazos e hinchazones agudas.
Practicantes de Falun Gong torturadas con camisas de fuerza
Sometieron a la Sra. Jin Fuwan de la ciudad de Huaihua a la camisa de fuerza
Torturaron de esta manera a la Sra. Jin Fuwan de la ciudad de Huaihua, provincia de Hunan, cuatro veces mientras estuvo encarcelada. Tres de las cuatro veces la colgaron del marco de una ventana, con los pies apenas tocando el suelo. Esto aumentó enormemente la presión en sus brazos y perdió la movilidad en varios dedos de la mano derecha. Cuando se declaró en huelga de hambre para protestar por la tortura, la alimentaron a la fuerza y torturaron con picanas eléctricas. Los guardias introdujeron la picana dentro de sus fosas nasales, y las quemaduras le produjeron graves cicatrices. Le prohibieron usar el baño y limpiarse. La mujer, de unos 40 años, lucía demacrada y su cabello se había vuelto gris cuando la liberaron.
La Sra. Yi Hong de la ciudad de Changde perdió gran parte de su capacidad auditiva
La Sra. Yi Hong de la ciudad de Changde está siendo torturada en la actualidad. Está demacrada y ha perdido casi toda su audición y visión. Ni siquiera puede caminar adecuadamente y cuidarse.
Condenan a dos años de prisión a la Sra. Liu Saijun del condado de Ningxiang
Aunque no es realmente un delito según la ley china, procesaron el 6 de julio de 2016, a la Sra. Liu Saijun del condado de Ningxiang, provincia de Hunan, por posesión de folletos de Falun Gong.
La condenaron a dos años de prisión por distribuir algunas copias de los folletos de Falun Gong. Las autoridades locales nunca informaron a su familia, ni presentaron ningún mandato legal.
Mientras estaba en prisión, la Sra. Liu fue torturada por negarse a renunciar a Falun Gong. Los guardias le pusieron la camisa de fuerza de 8 a. m. a 11 p. m. y la colgaron en un rincón, lejos de la cámara de vigilancia. Mientras permaneció colgada, se le negó el uso del inodoro, lo que generó hedor. No le permitieron limpiarse o cambiarse de ropa. Lucía con una grave hinchazón porque se le cortó la circulación sanguínea. Después de que la bajaron, la obligaron a permanecer de pie o en cuclillas hasta la mañana siguiente, cuando comenzó la siguiente ronda de tortura, de nuevo fue colgada con la camisa de fuerza.
Persiguen a la Sra. Wen Shulin de la ciudad de Chenzhou
Una docena de autoridades locales irrumpieron en la residencia de la Sra. Wen Shulin, en la ciudad de Chenzhou el 1 de agosto de 2014. Saquearon su hogar y confiscaron su computadora y los libros de Falun Gong.
Los oficiales del departamento de policía del distrito de Beihu, la arrestaron el 6 de julio de 2015. La sentenciaron a tres años y medio de prisión, y la multaron con 5.000 yuanes por unos folletos de Falun Gong que habían encontrado en su casa el año anterior.
Las autoridades violaron su derecho constitucional a la libertad de creencia y a la libertad de prensa. La trasladaron a la prisión para mujeres de Hunan en 2015. Se negó a renunciar a su fe, así que la privaron del sueño y de usar el baño.
A la Sra. Wen también le pusieron una camisa de fuerza desde la mañana hasta la medianoche. Después de aquello se mareó mucho. Sufrió un dolor insoportable a causa de la tortura. Mientras permaneció colgada, solo le dieron un pequeño bocado en cada comida y le negaron la posibilidad de usar el baño. El hedor le dificultaba respirar. Perdió movilidad en sus manos debido a que la cuerda que usaron para colgarla la ataron a sus muñecas.
La Sra. Deng Yue'e de la ciudad de Huaihua es torturada en la prisión de mujeres de Changsha
La Sra. Deng Yue’e de la ciudad de Huaihua tenía que estudiar las reglas de la prisión de mujeres de Changsha todos los días, donde la amenazaban con infligirle castigos físicos. Le denegaron el uso del baño.
También le pusieron una camisa de fuerza y la colgaron. Cuando gritó debido a que sentía un dolor insoportable, los torturadores le metieron un trozo de tela en la boca.
Las reclusas torturan a las practicantes bajo las órdenes de las guardias de la prisión
Las guardias de la prisión ordenaban a los prisioneras que torturaran a las practicantes. Golpeaban las cabezas de las practicantes hasta que firmaban los documentos de renuncia a Falun Gong.
A una practicante de edad avanzada no se le permitió usar el baño durante mucho tiempo. Cuando ya no pudo aguantarlo más fue al baño. Las internas le cepillaron la boca con un escobilla de fregar sucia. No se le permitió ducharse durante más de un mes en verano y solo se le dio un bocado de comida en cada comida. Cuando lloró por el dolor, las presas le metieron calcetines en la boca.