(Minghui.org) La Sra. Yang Hua y la Sra. Wu Yali de la ciudad de Hanzhong, provincia de Shaanxi, fueron condenadas a cinco años de prisión a principios de octubre del 2018 por hablar con la gente sobre Falun Dafa, una disciplina espiritual que ha sido perseguida por el régimen comunista desde 1999. Ambas mujeres han comenzado a cumplir condena en la prisión de mujeres de Shaanxi desde el 6 de diciembre del 2018.
La última sentencia de la Sra. Yang se dictó menos de tres años después de haber cumplido nueve años de prisión. Antes de su primer encarcelamiento, estuvo dos años en un campo de trabajo por no renunciar a su fe, a la que atribuyó la curación de su enfermedad cardíaca reumatoidea que la había dejado incapacitada.
Cuando la Sra. Yang fue arrestada en 2003 por su fe, su hija solo tenía trece años y no se le permitió inscribirse en la escuela hasta un mes después de comenzar el nuevo año escolar.
A continuación hay una carta escrita por la hija de la Sra. Yang, relatando la terrible experiencia de su familia durante las dos últimas décadas y pidiendo por la liberación de madre.
“Desde que puedo recordar cosas, mi mamá siempre ha sufrido de mala salud. A menudo visitaba el hospital y tomaba un puñado de pastillas todos los días. A medida que yo crecía, su salud se fue deteriorando. No podía mover la parte superior de su cuerpo y acabó postrada en la cama.
Siempre me preocupó perder a mamá cuando yo veía a otros niños jugando con sus padres. Siempre recé para que algún médico la salvara y entonces me convertiría en la persona más feliz del mundo. El amor de mamá es todo mi mundo.
En julio de 1998, una amiga de mi madre le presentó Falun Dafa. ¡En menos de seis meses sucedió un milagro! Mamá se pudo mover y su rostro azulado causado por el problema cardíaco se volvió rosado y reluciente. ¡Su vida fue renovada! Nuestra familia volvió a tener esperanza nuevamente.
Un año más tarde, estaba completamente recuperada. Se convirtió en una nueva persona desde adentro hacia afuera. Su mal genio se había ido. Ya no se peleaba con papá. Siempre estaba sonriendo.
A menudo me enseñaba los principios que aprendió de Falun Dafa. Cuando otros niños me acosaban o se aprovechaban de mí, ella me decía que no les guardara rencor y que no me enfadara sino que los perdonara. Luego sería su amiga y volvería a jugar con él.
¡Esta época fue la más feliz de mi vida!
Pero el 20 de junio de 1999, el gobierno comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Dafa. Vimos constantemente en las noticias de la televisión la difamación a a la práctica. Estaba conmocionada. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué esa gente explicaban mentiras? Si Falun Dafa no era bueno, ¿cómo se explican los cambios en mi mamá?.
Cuatro años más tarde, en el verano del 2003 cuando tenía 13 años, mamá estuvo durante un año en un campo de trabajo forzado por contar a la gente su historia y que Falun Dafa no era nada parecido a lo que se estaba diciendo por televisión.
Los maestros de la escuela no me permitieron inscribirme en clases debido a esto. Estaba muy asustada, temía que mis amigos se enteraran que mi madre había sido arrestada por practicar Falun Dafa.
Un mes después de que empezó la escuela, se me permitió regresar, pero había perdido muchas clases.
Durante los días en que mamá no estaba en casa, me preocupaba que ella estuviera siendo torturada en los campos de trabajo. La presión social, de la escuela y de nuestra familia me arrastraban hacia abajo. Empecé a no asistir a la escuela. Al final me vi obligada a dejarla.
Más tarde me enteré que mamá casi muere después de ser golpeada por dieciocho personas en el centro de detención.
El 18 de enero del 2004, fue liberada al borde de la muerte. El campo de trabajo nos extorsionó con más de 1.000 yuanes.
Nuestra vida pacífica no fue muy duradera después de su liberación. Cuatro años más tarde, fue detenida el 9 de marzo del 2008. La policía cubrió su rostro con una bolsa negra y nos quitaron todas las cosas de valor de casa, sin dejar ni un céntimo.
Durante unos meses no supimos nada de ella.
Buscándola, esperé fuera de la comisaría y supliqué a los policías que me dijeran dónde estaba. Me informaron que estaba en el centro de detención de Hantai. Sin ninguna otra ayuda, pregunté a extraños en la calle cómo llegar. Cuando finalmente encontré el camino hacia el centro de detención, no me permitieron entrar ni verla.
El miedo y la sensación de impotencia me envolvieron. No podía dormir por la noche, preocupándome de que mamá fuera torturada por gente mala.
Cuando finalmente tuve noticias sobre ella, fue que había sido condenada a nueve años de prisión. Mi corazón estaba roto. No sabía cómo podía seguir adelante. No estaba segura de si la volvería a ver. A menudo lloraba en secreto cuando la echaba de menos.
Siempre que lloraba, tenía que ocultárselo a mi padre, ya que no quería que sintiera mi dolor. Cada día festivo importante para las reuniones familiares se convirtió en el momento más difícil para nosotros.
Por otro lado, gracias a los principios de Falun Dafa que mamá me enseñó, pude resistir la mala influencia de la sociedad durante los años en que ella no estuvo a mi lado.
Admiro mucho a los practicantes de Falun Dafa que defienden su fe y desafían a la tiranía. No hacen nada malo. Todo lo que quieren hacer es decir la verdad en beneficio de otros.
Menos de tres años después que mamá regresara luego de nueve años de estar en prisión, fue arrestada y sentenciada nuevamente por hablarle a la gente acerca de su fe.
Ahora, ha sido llevada a la cárcel para cumplir condena, aún no hemos recibido los documentos oficiales de las autoridades.
Durante los nueve años de larga condena, mamá fue constantemente golpeada y torturada por no renunciar a su fe. Desconozco qué tipo de torturas sufrirá esta vez.
Esta persecución se llevó a mi madre cuando más la necesitaba. Existen muchos, muchos otros niños en China que crecen así, separados de sus padres por su fe.
Espero que esta persecución acabe pronto. Espero que ningún otro niño inocente sufra el mismo tormento que he sufrido yo. Espero que todos puedan disfrutar del amor de sus padres tener una infancia feliz y despreocupada.
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