(Minghui.org) He sido fuertemente influenciada por la ideología comunista del ateísmo y la mentalidad de lucha. Desarrollé muchas nociones, entre ellas la de competitividad, resentimiento y egoísmo. Pensaba que eran habilidades necesarias para sobrevivir.

Esperaba tener un buen marido y unos suegros de buen corazón. Sin embargo, después de casarme, me di cuenta de que mi esposo tenía mal temperamento, y a menudo peleábamos por asuntos de poca importancia.

Cuando en una discusión empezó a romperlo todo, corrí hacia mis suegros, con la esperanza de que pudieran hablar con él. Pero mi suegra no quería saber nada.

Más tarde me di cuenta de que incluso avivaba las llamas para que mi marido discutiera conmigo.

Me sentía perdida, indefensa y resentida. Me aparecieron muchos problemas de salud, incluyendo palpitaciones, opresión en el pecho e insomnio. Perdí mucho peso y me debilité mucho.

Cuando no podía dormir, salía y miraba al cielo nocturno. Me preguntaba por qué la vida era tan amarga, y pensaba en divorciarme.

Eliminando apegos

Tuve la suerte de conseguir una copia del libro Zhuan Falun en el verano de 1998, y lo leí rápidamente de principio a fin. El Fa del Maestro Li Hongzhi me tocó el corazón e inmediatamente decidí empezar mi cultivación en Falun Dafa.

Ahora sé el origen de la vida de la gente y su propósito en la tierra. Aprendí que mis apegos a la competencia y al resentimiento debían ser eliminados. Dafa me enseñó que la gente debe ser compasiva y debemos considerar a los demás primero. Entonces eliminé mi resentimiento hacia mis suegros.

Tuve un sueño en el que una tela amarilla cubría el rincón suroeste del cielo. Cuando se quitaba el paño, aparecía el carácter chino de "Felicidad". Yo sabía que indicaba que Falun Dafa era lo que yo había estado buscando.

¡Ya no me sentía perdida!

Cuidando de mi suegra

Mi resentimiento hacia mi suegra pronto disminuyó, y dejé de pelear y de contestar cuando surgían conflictos. Después de cambiar mi comportamiento, me di cuenta de que mi marido también cambió, y rara vez se enfadaba.

Me pareció que no podía cambiar directamente a los demás, pero sí podía cambiarme.

Mi suegra se enfermó de herpes, así que mi marido me pidió que la cuidara. Yo dudé al principio, pero el Fa del Maestro apareció en mi mente:

“Sin importarle penas y regocijos de la gente común

un cultivador es” (Saltando fuera de los Tres Reinos, Hong Yin).

Fui a cuidar a mi suegra y me volví comprensiva con su situación. Le conté sobre Dafa y la animé a recitar: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Mi suegra estaba muy conmovida por los cuidados que le di. Continué tratándola bien después de que se recuperara. Incluso fui a su casa y la ayudé a limpiar antes del Año Nuevo Chino. Mi relación con mis suegros mejoró mucho.

Dafa me ha enseñado a mirar hacia adentro y a tomar ligeramente la fama y la ganancia personal. Mi carácter mejora cada vez que estudio el Fa.

Dafa ayudó a mi hijo

Mi hijo empezó a jugar videojuegos cuando estaba en cuarto grado. Se obsesionó con ellos, y desatendió su trabajo escolar. No me escuchaba, y continuaba jugando a los juegos.

La escuela lo expulsó después de su primer año en el instituto. Estaba llorando cuando lo traje a casa. En ese momento, nadie podía ayudarlo a dejar de jugar a los videojuegos.

Pensé que solo Dafa podía salvarlo. Le leía Zhuan Falun todos los días. A medida que el tiempo pasaba, parecía tener más interés en lo que yo estaba leyendo. Le pedí que comparara mi copia manuscrita de Zhuan Falun con el libro impreso para ayudarle a concentrarse más en el aprendizaje del Fa.

Me di cuenta de que empezó a leer sus libros escolares y a guardar todos sus juegos. Luego anunció que se haría autodidacta y que se presentaría a los exámenes de ingreso a la universidad. Me pidió que creyera en él.

Estudió mucho y fue admitido en una universidad. Se graduó, y luego completó su maestría.

Mi hijo ahora tiene un buen trabajo. No bebe ni fuma, y es honesto y compasivo. ¡Creo que esto es un testimonio del poder de Dafa!

¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, Dafa!