(Minghui.org) Continúa de Parte II

En una ocasión escuché una historia sobre un cliente en un restaurante que ofreció algo de comer a la hija del dueño. La niña se negó y le dijo al cliente: "Mami no me deja comer la comida en nuestro restaurante porque es mala".

La historia señala un fenómeno triste pero cierto en China: los dueños de restaurantes se niegan a comer su propia comida, sabiendo exactamente lo que contiene. Del mismo modo, los constructores no viven en las casas que construyen, los vendedores de leche no beben la leche que venden y los fabricantes de vacunas no aceptarán las vacunas que fabrican.

Cuando todos están engañando a todos los demás, todos se convierten en víctimas; las virtudes tradicionales están desapareciendo en China. La gente sigue exactamente lo opuesto a: "Haz a los demás como te gustaría que te hicieran a ti".

La cultura del soborno y el engaño en China ha corroído la calidad de vida de todos: los niños cuyos padres no dan regalos a sus maestros son discriminados en las escuelas; los pacientes que no sobornan a sus médicos reciben un tratamiento deficiente, tu puedes ser estafado donde quiera que vayas.

Aunque las personas transitan por estos tiempos oscuros, no olvidemos que hay personas que todavía quieren hacer lo correcto y no piden nada a cambio. Son practicantes de Falun Dafa, y su comportamiento es realmente una inspiración.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una antigua disciplina espiritual y de meditación basada en tres principios fundamentales: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Los practicantes de Dafa provienen de todos los ámbitos de la vida y de todos los estratos sociales, viven según los tres principios y se siguen altos estándares morales.

Esta es la tercera de una serie de cuatro partes que presenta una selección de practicantes de Falun Dafa y cómo viven de acuerdo con los principios de Dafa.

Contenido:
Parte I. Doctores que quieren lo mejor para sus pacientes
Parte II. Profesores que se niegan a ser sobornados
Parte III. Propietarios de negocios honestos y confiables
Parte IV. Personas que devuelven billeteras perdidas y otros artículos 

Parte III. Dueños de negocios honestos y confiables

En China, con el rápido declive de la moral y la doctrina predominante del materialismo, muchos dueños de negocios venden productos falsificados y solo se preocupan por ganar dinero rápido, sin importar el bienestar de sus clientes.

Sin embargo, hay otro tipo de dueño de negocio: aquellos que manejan sus negocios con integridad y tratan a sus clientes de manera justa. Me gustaría compartir algunas de sus historias.

Dueño de una tienda de cuero

Un practicante de Falun Dafa en la provincia de Hebei posee una tienda especializada que vende ropa y accesorios de cuero genuino de alta calidad.

Una clienta hizo un gran alboroto en la tienda un día, acusando a la empleada de venderle una chaqueta con un gran agujero en la parte delantera. Muchos otros clientes estaban presentes. La clienta le dijo al dueño de la tienda que había comprado la chaqueta dos días antes y descubrió el agujero cuando se la probó en casa. Condujo más de 10 millas para cambiarlo. Sin cuestionar la validez del reclamo de la cliente, como lo harían muchos propietarios de tiendas en China, el practicante le dio una chaqueta nueva.

Después de irse, los otros clientes comentaron que le habría sido imposible no darse cuenta de que había un gran agujero en el frente cuando compró la chaqueta. El dueño les dijo que Falun Dafa le enseñó a ser considerado con los demás y que quería darle a la cliente el beneficio de la duda.

Dueño de una tienda de ropa

Ruyu y su esposo, que viven en la provincia de Hebei, eran dueños de una pequeña tienda de ropa en su ciudad local. Ella siguió las enseñanzas de Falun Dafa e hizo negocios de manera justa, por lo que sus clientes confiaron en ella y su tienda se hizo cada vez más popular.

Pero debido a que ella les contó a sus clientes cuánto se había beneficiado al practicar Falun Dafa, la policía a menudo la hostigaba y registraba ilegalmente la tienda. El hostigamiento continuó hasta que ella y su esposo finalmente tuvieron que vender su negocio.

Después de eso, abrieron otra tienda de ropa en un pueblo. Su honestidad e integridad rápidamente atrajeron a más clientes a su tienda.

Ruyu sigue los principiosVerdad-Benevolencia-Tolerancia y ha aprendido de las enseñanzas de Falun Dafa a ser una buena persona por lo que es confiable y honesta, por eso su negocio está prosperando.

Propietario de un negocio de comercio electrónico

Kang Ping dirige una pequeña tienda de comercio electrónico. Una vez, un cliente le mintió al Sr. Kang diciendo que no recibió la mercancía que ordenó y solicitó un reembolso, aunque el Sr. Kang sabía que se entregó al rastrear su envío.

El Sr. Kang se recordó: “Soy un practicante de Falun Dafa y no debería resentirme con nadie. Podría haber hecho algo malo a esta persona antes, y a través de esto he pagado la deuda que le debía en el pasado”. Así que ofreció un reembolso según lo solicitado.

También hubo momentos en que otros clientes le pagaron en exceso y se aseguró de enviarle un reembolso. Falun Dafa le enseña: "Sin pérdida, no hay ganancia", por lo que nunca cobra de más a sus clientes.

Propietario de una pequeña tienda de comestibles

Un practicante que posee una pequeña tienda de comestibles conduce su negocio estrictamente de acuerdo con los requisitos de Falun Dafa, y su integridad le ha valido una buena reputación en el área. Sus clientes comentan: "Compren en la tienda de Falun Dafa. El dueño es un practicante de Falun Dafa y es un muy buen hombre, sus precios son justos y sus productos son de alta calidad".

Una mujer vende ropa afuera de su tienda. En lugar de pagarle por usar su espacio, ella a menudo encontraba defectos en él, pero él nunca le guardaba rencor y la trataba con compasión.

Una mañana, cuando no estaba en la tienda, la mujer estrelló su puerta lateral con una pala y rompió algunos productos dentro de su tienda. Cuando regresó, le preguntó con calma por qué estaba tan molesta. Ella señaló una gran roca cerca de su tienda y lo culpó por ponerla allí a propósito para evitar que ella usara ese espacio. El practicante dijo: “Cálmate y no te enojes tanto, yo no puse la roca allí”. En ese momento, dos hombres alejaron la roca, y la mujer dejó de gritarle.

Entonces alguien preguntó: "¿Cómo puedes ser tan ecuánime? Ella ocupa tu espacio y es tan irracional, pero no te enojas con ella". Él respondió: "Soy un practicante de Falun Dafa, y Falun Dafa nos enseña a no pelear ni discutir con nadie". Un cliente comentó: "Todos los practicantes de Falun Dafa son buenas personas, no luchan ni compiten por el beneficio personal".

Una propietaria de negocio de tofu

Una practicante de Falun Dafa posee un modesto negocio de venta de productos de soja en un pequeño pueblo. Las enseñanzas de Falun Dafa le han enseñado a ser una buena persona. Ella trata a sus clientes de manera justa y nunca se aprovecha de ellos. Cuando se producen conflictos, ella permanece tranquila y considera primero dónde podría tener la culpa.

Le dice a la gente que mentir es malo y que la gente siempre debe ser honesta, sigue las recetas tradicionales y usa soja de alta calidad, por lo que la gente viene de lejos para comprarle tofu.

El dueño de un restaurante

Lian y su esposo eran dueños de un pequeño restaurante. Como practicante de Falun Dafa, ella sabía que tenía que administrar su negocio de manera ética, aunque al principio no ganaban dinero. Ella nunca aceptó un centavo extra de sus clientes. Si recibía dinero falsificado, lo quemaba.

Como Lian trataba a sus clientes con tanta calidez, cada vez más personas venían a comer a su restaurante. A menudo había largas filas de personas esperando para entrar y cenar.

Lian también era amable con sus empleados, por lo que estaban felices de trabajar para ella, los acogió como parte de su familia. Una vez, un cliente afirmó que uno de los empleados robó su teléfono celular y amenazó con llamar a la policía. Para proteger a su empleado, Lian le pagó al cliente 500 yuanes, pero no culpó al empleado por ningún delito.

Al reunirse con sus empleados a la mañana siguiente, Lian los capacitó sobre cómo comunicarse con los clientes. Su consideración conmovió profundamente a sus empleados, y poco después de ese incidente, uno de sus empleados devolvió 1.000 yuanes que un cliente había dejado accidentalmente sobre la mesa.

(Continuará) 

Artículos relacionados:

Parte I

Parte II