(Minghui.org) Durante nuestra cultivación en esta vida, estamos pagando de regreso el ye, que incluye la enfermedad, acumulado de todas nuestras vidas pasadas. Pero no tenemos que quedarnos atrapados en la ilusión del ye de enfermedad y actuar en base a estas nociones.

En 2017, encontré tres episodios de ye de enfermedad en un mes. Bajo la protección misericordiosa del Maestro Li y la ayuda de los practicantes, miré hacia dentro, encontré mis apegos fundamentales, y los eliminé. Eliminé la persecución de las viejas fuerzas y me recuperé cada vez.

Enviando pensamientos rectos para eliminar al mal

Estaba enviando pensamientos rectos en mi cama la noche del 17 de octubre cuando perdí la consciencia y me caí al suelo.

Un practicante vino justo cuando estaba preparando una comida para mi esposo que está postrado en la cama. Me dijo que no lucía bien. Después que se fue, sentí una molestia en el pecho y vomité un montón de sangre.

Al escucharme vomitar, mi esposo salió de su habitación en la silla de ruedas. Estaba petrificado cuando vio toda esa sangre en el piso. Me dijo que llamaramos a nuestro hijo.

Le dije: “No tengas miedo. Estaré bien después de recostarme un rato”. Nos tomamos de la mano y empujé su silla hasta la habitación.

Después de que se acostó de nuevo, me acosté yo para descansar. Al instante, me vi volando y flotando en el aire. Aterricé en un campo de algodón y vi a mi cuñada, que ya estaba muerta, recogiendo algodón. Pensé para mí misma, no debería estar aquí, así que floté de regreso. Tan pronto como regresé, el reloj dio la hora – era exactamente medianoche.

Me senté para enviar pensamientos rectos y vi la siguiente escena: un anciano taoísta con una kasaya negra estaba sosteniendo un rebenque de cola de caballo que la tiró en mi cabeza. Estaba tan asustada que grité por ayuda a Shifu.

Luego vi la pintura “Voto solemne” en la pared. Destellaba y los dioses salían de la pintura. Era obvio que Shifu envió a los dioses para ayudarme a luchar contra el mal. Ambos lados lucharon ferozmente. Al final, ganamos la batalla y eliminamos al mal.

De repente, mi esposo lloró: Mei, por favor, no me dejes. Si lo haces, ¿quién me cuidará?”

Lo consolé: “No te preocupes. Estoy aquí”.

“Te vi con una túnica blanca irte con un anciano en kasaya blanca”.

Yo estaba muy cansada y realmente quería dormir, pero me las arreglé para cambiar las sábanas para mi esposo porque las había mojado. Luego fui directamente a dormir.

Temprano a la mañana siguiente, varios practicantes vinieron a ver si yo estaba bien porque no contesté el teléfono la noche anterior.

Les dije que había luchado contra el mal y estaba muy cansada. Me ayudaron a cocinar para mi esposo. Estudiamos el Fa e hicimos los ejercicios juntos. Enviamos pensamientos rectos cada hora todo el día. También miré hacia dentro para localizar mis fallas. Protegida por Shifu, superé esta tribulación.

Negando la persecución

Unos días después, me sentí débil y no pude aguantar hacer los ejercicios por la mañana. Me estremecí al ver mi apariencia – mi boca estaba torcida y mis ojos inclinados. Sabía que era la persecución de las viejas fuerzas de nuevo. Pero no tuve miedo porque Shifu y Dafa siempre están a mi lado. Inmediatamente envié pensamientos rectos para librarme del mal.

Varios practicantes vinieron más tarde esa mañana. Me pidieron acompañarlos a ver un practicante a más de 48 km. Dudé en ir por mi apariencia, pero me alentaron a ir con ellos y dije que compartir experiencias de xiulian con otros practicantes podría ayudarme a mejorar mi xinxing. Solté mi apego a salvar la cara y fui con ellos a pesar de mi estado.

Me sentí un poco mejor cuando llegamos. Compartir experiencias con otros practicantes fue muy útil para mí. Encontré mi apego a salvar mi cara, comodidad, y a la buena vida.

Inmediatamente envié pensamientos rectos para eliminarlos. Cuando llegué a casa esa noche, mi rostro estaba normal. Sobrepasé otra tribulación de enfermedad.

Pensamientos rectos y acciones rectas

Una semana después, desarrollé herpes zóster, también conocido como culebrilla.

Al principio, me aparecieron unos puntitos rojos en las axilas y en la cadera y pecho. Me dolía y picaba cuando tocaba las zonas afectadas. Estaba muy incómoda y no podía dormir. Incluso tenía dificultad para moverme.

A diferencia de las dos tribulaciones previas, las que solo duraron dos o tres días, el ye esta vez duró mucho más y no pude dormir por varios días.

Recordé lo que nos enseñó Shifu. En mi corazón, negué la persecución arreglada por el mal y me rectifiqué en base al Da. Extendí el tiempo para enviar pensamientos rectos y removí la interferencia del mal en otras dimensiones.

Shifu dijo:

“Nosotros tenemos que rechazar incluso la aparición de las viejas fuerzas y sus arreglos; todos tenemos que rechazar hasta sus existencias.” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Chicago, 2004)

Coincidentemente, varios practicantes querían que fuera con ellos a otro condado por cosas de Dafa. Fui, a pesar de como me sentía. En el auto, tuve que levantar mis brazos todo el tiempo de otro modo sudaría frío si no lo hacía.

Se dieron cuenta que estaba con dolor y enviaron pensamientos rectos conmigo todo el camino hasta el destino. Miré hacia dentro buscando las debilidades en mi xinxing, rectifiqué mis pensamientos y acciones, y me asimilé a Dafa.

Finalmente encontré mi apego fundamental a la necesidad de controlar todo, el cual existía antes de casarme. Después de casarme, yo tomaba todas las decisiones en la familia. Se hacia lo que yo decía. Me enojaba mucho si algo no se hacía a mi manera.

Influenciada por la cultura del partido, pensaba equívocamente que una fuerte voluntad y una personalidad dominante era simplemente mi opinión y habilidad. Tenía que arrancar de raíz esta noción humana mala y soltar mi apego al ego.

Shifu dijo:

“De ahora en adelante, cualquier cosa que hagas, deberás primero tener consideración hacia otros, para que así que obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo. Entonces de ahora en adelante, en cualquier cosa que hagas o digas, ¡deberás tener en consideración a otros…” (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil – Escrituras esenciales para mayor avance)

Esa noche, mi hijo, nuera, y nieto enviaron pensamientos rectos conmigo. A la mañana siguiente, mi nieto me llamó para ver cómo estaba.

Dijo: “Abuela, vi un montón de cosas malas que te salían anoche, como burbujas de agua negra”.

Me toqué y me di cuenta que todo el sarpullido y ampollas habían desaparecido.

Exclamé: “¡Wow! Las ampollas desaparecieron. No tengo más dolor. Me siento bien ahora”.

La ilusión del ye de enfermedad desapareció después de poco más de una semana.