(Minghui.org) Mi esposa me dijo que un colega suyo practica Falun Dafa. Este compañero le había comentado que Falun Dafa es para salvar a todos los seres conscientes. Cuando escuché esto, inmediatamente fui a los parques locales a buscar a los practicantes de Falun Dafa. Eso fue en 1996.

Pronto empecé a practicar y estaba muy contento. A menudo me saltaban lágrimas en los ojos mientras leía los libros de Dafa.

En uno de mis sueños, el Maestro Li (el fundador) me llevó a un lugar increíblemente hermoso y me mostró un Falun gigante. El sueño era tan real que todavía estaba emocionado cuando desperté.

Después del comienzo de la persecución a Falun Dafa en China, en 1999, fui arrestado ilegalmente por imprimir material de aclaración de la verdad en casa. Más tarde fui desplazado y vagué por ahí durante varios años. Esto continuó hasta 2003, cuando conseguí un trabajo en una gran empresa extranjera.

Estaba muy ocupado en el trabajo y me quedaba hasta tarde todas las noches. Casi no tenía tiempo libre los fines de semana ni los días festivos, ya que el trabajo se apoderó de mi vida. Aunque a veces me las arreglé para hablar con la gente en el trabajo sobre Dafa y aconsejarle que abandonara las organizaciones comunistas chinas, no tuve tiempo de leer los libros de Dafa ni hacer los ejercicios.

Obtuve un buen ascenso y un buen salario en el trabajo, pero me sentí miserable a medida que me alejaba cada vez más de Dafa. Quería cambiar mi entorno y convertirme en un verdadero practicante, y pronto se me presentó la oportunidad de mudarme al extranjero.

Tribulaciones

Mis verdaderas tribulaciones comenzaron una vez que me marche al extranjero. Mi hijo vino conmigo, mientras que mi esposa se quedó en China. Mi esposa y yo éramos muy sentimentales y nos extrañábamos el uno al otro. La salud de mi esposa se deterioró. Se deprimió y tuvo problemas para dormir. Mientras tanto, mi hijo no se adaptó muy bien al nuevo entorno. Se sintió solo y se hizo adicto a Internet y a los videojuegos. Yo también estaba deprimido. Los únicos momentos felices que viví fueron cuando participé en las actividades de Dafa.

Cuando llegamos al extranjero por primera vez, tenía un buen trabajo que se adaptaba a mi experiencia laboral anterior. Pero experimenté yeli de enfermedad, y al final tuve que renunciar a mi puesto. Después de eso, no pude mantener un trabajo estable.

Mi hijo se matriculó en una buena universidad en 2016. Los costos de la matrícula y la vivienda eran altos, al igual que mi alquiler en la ciudad. Como los precios de la vivienda también crecían rápidamente, decidí comprar una casa, a pesar de que en ese momento estaba fuera de mis posibilidades. Tuve que hacer algo de trabajo adicional para poder pagar la hipoteca.

Al siguiente año se presentaron tribulaciones aún más grandes. A mi hijo le diagnosticaron depresión severa, así que mi esposa vino a cuidarlo. Al estar deprimida ella misma, cuando vio la condición de nuestro hijo, fue incapaz de contener su ira. Muchas veces, cuando regresaba a casa después de un largo día de trabajo, fui recibido por una esposa y un hijo enojados y casi histéricos.

Una vez leí un artículo en Minghui en el que un practicante regresaba a su casa después de haber estado encarcelado durante muchos años, y descubrí que tanto su esposa como su hijo habían desarrollado trastornos mentales. Recuerdo que pensé: "¿Cómo fue que ese practicante fue capaz de lidiar con tal tribulación?".

Ahora la misma tribulación me llegó a mí.

Mirando hacia adentro

A través de un sufrimiento aparentemente interminable, hasta casi perder la esperanza, y manteniendo pensamientos rectos y mirando hacia adentro, eventualmente eliminé algunos de mis apegos y pasé la prueba. ¡Gracias Maestro! Me gustaría compartir algunas de mis experiencias y las lecciones aprendidas.

Dos de las cosas más importantes que me ayudaron a superar estas tribulaciones fueron, en primer lugar, dejar ir mi apego a la vida y a la muerte, y en segundo lugar, mirar constantemente hacia adentro.

Durante los peores momentos, a menudo me sentía sin esperanza y lleno de desesperación. Un día me tranquilicé y dije: "Soy un practicante de Dafa. Debería ser capaz de dejar ir el apego a la vida y a la muerte. ¿Qué más no puedo abandonar?" Me tomé un tiempo para mirar seriamente adentro y mejorar.

Descubrí que mi primer apego vino de la presión financiera. Debido a la hipoteca y a la matrícula de mi hijo, nos faltaban entre 2.000 y 3.000 dólares cada mes. Cada vez que pensaba en esto, la enorme presión me dejaba sin aliento. Para poder hacer los pagos, trabajé duro, haciendo trabajo físico durante largas horas todos los días, lo que afectó directamente mi cultivación.

Decidí cambiar mi estado de cultivación, y por eso renuncié al trabajo mal pagado y que me consumía mucho tiempo. En el peor de los casos, pensé, podría vender la casa.

El segundo gran apego que encontré fue el sentimentalismo hacia mi hijo. Pensé que mientras leyera los libros de Dafa e hiciera los ejercicios con él, se recuperaría pronto. Sin embargo, con el paso del tiempo su condición empeoró y mi confianza se vio sacudida.

Mi hijo ni siquiera era capaz de cuidar de sí mismo, y mucho menos de su futura carrera. Esto fue extremadamente doloroso para mí. Finalmente, recordé las enseñanzas del Maestro acerca de cómo uno no es capaz de interferir con el destino de los demás y finalmente comprendí que era la hora de dejar de lado este apego.

Afortunadamente, ni siquiera fui yo quien tuvo que abandonarlos. Shifu me quitó este apego tan pronto como vio que quería deshacerme de él.

Master dijo:

"La cultivación depende de uno mismo, mientras que el gong depende del shifu". (Primera Lección, Zhuan Falun)

Otro de mis principales apegos era el sentimentalismo hacia mi esposa. No podía soportar verla sufrir. Durante los tiempos difíciles, llegué a comprender que también necesitaba abandonar este apego.

Mirando más profundamente

Era doloroso y a veces me sentía desesperado cuando estaba en medio de una situación difícil. Ni siquiera podía sentir el poder de hacer los ejercicios. Entonces empecé a memorizar los libros de Dafa. Recitaba el Fa siempre que podía, a veces incluso durante el trabajo o mientras conducía. A menudo recitaba un poema, o una frase en particular de las lecciones del Maestro. Entonces, los repetía innumerables veces en mi cabeza.

A través de recitar el Fa del Maestro, se me mostraron los significados más profundos y el poder de Dafa, y esto me ayudó a mejorar.

El Maestro señalo:

"Para un cultivador, mirar hacia adentro es una herramienta mágica". ("Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009 ")

Encontré que muchas veces, mi conciencia principal se relaja demasiado, igual que el ejemplo del paciente psiquiátrico que el Maestro da en Zhuan Falun, quien se despierta cuando el médico le dio una carga con el bastón eléctrico. Después de experimentar el "choque eléctrico" de la enorme tribulación, mi conciencia principal se volvió enérgica de nuevo. Empecé a mirar seriamente en mi interior.

Primero, descubrí mis celos bien escondidos. En el pasado, negaría definitivamente si alguien dijera que me conmueven los celos. Sin embargo, después de leer las conferencias del Maestro repetidamente, encontré que los celos incluyen muchos apegos, tales como el egoísmo, la arrogancia, mirando por encima del hombro a los demás, sentirse inferior, o que las cosas son injustas, etc.

Fue difícil para mí el elogiar sinceramente a alguien o ser verdaderamente feliz por los otros, aunque generalmente tenía buenas relaciones con ellos. Me llevaba bien con los demás y normalmente decía cosas que les gustaba oír. Mis malos pensamientos estaban profundamente ocultos y ni siquiera sabía que existían.

Cuando la condición mental de mi hijo no era buena, él pensaba que todo era injusto y se quejaba repetidamente. No sabía cómo ayudarlo. Me sentí desesperado, hasta que un día me di cuenta de que estaba mirando hacia afuera. El problema de mi hijo era de hecho mi propio problema, aunque estaba oculto. Estos problemas míos fueron magnificados mil veces a través de mi hijo y era para que los viera claramente.

El apego a la lujuria fue uno de los más difíciles de eliminar para mí. Lo odiaba, y quería deshacerme de él. A veces pensaba que había tenido éxito, hasta que volvió a aparecer de nuevo, especialmente cuando estaba débil y solo. Durante las tribulaciones, encontré que este apego desaparecía y no reaparecía por mucho tiempo. Así que pensé que finalmente se había ido. Pero cuando las tribulaciones pasaron y me relajé, regresó de nuevo. La fuente de ello fue mi apego a la búsqueda de consuelo.

También descubrí que me disgustaba mucho que me critiquen. No sabía que tenía este problema. Por lo general era cuidadoso y siempre trataba de hacer las cosas bien en casa y en el trabajo, para evitar ser criticado. Sin embargo, durante las tribulaciones, tanto mi hijo como mi esposa estaban llenos de quejas hacia mí. A veces mi esposa me gritaba: "¡Nunca aceptas críticas!". Cuando finalmente me di cuenta de este apego, ya no me sentí mal cuando me criticaban.

Aunque tenía cuidado de no ser criticado cuando cometía un error, trataba de encubrirlo. Mi esposa dijo una vez con enojo: "¡Nunca admites que es tu culpa!" Estaba conmocionado. Pensé que a veces admitía que estaba equivocado.

Después de mirar hacia adentro con más atención, me di cuenta de que incluso cuando me vi obligado a admitir que tenía la culpa, sólo estaba tratando de calmar las cosas. No creía realmente lo que decía. A veces incluso era infeliz por dentro, aunque no lo decía ni lo mostraba.

Vi mi egoísmo y entendí que muchas veces usaba una excusa para encubrir el mal manejo de las cosas con los miembros de mi familia. Me disculpé sinceramente con ellos por esto.

Después de encontrar estos apegos y traté de corregirlos, mi esposa y mi hijo dejaron de quejarse de mí, y la vida familiar volvió a ser pacífica.

Todos me ayudan

Mirando hacia atrás, durante las tribulaciones, los miembros de mi familia eran como actores; me ayudaban a reconocer mis apegos. En la superficie parecían estar creando varias dificultades y perturbando mi cultivación, pero de hecho, me ayudaban a cultivarme. Sus actos me iluminaron y me impulsaron a eliminar estos apegos.

Después de mirar las cosas desde la perspectiva de un cultivador y buscar dentro de mí, mi entorno cambió. La salud mental de mi hijo mejoró enormemente, mi esposa volvió a ser feliz y encontró un trabajo bien remunerado. Y no tuvimos que vender nuestra casa.

Cuando ocurrieron tribulaciones tan grandes, estaba claro que las viejas fuerzas debían haber jugado un papel en ellas. Por lo tanto, creo que es importante no reconocer los arreglos de las viejas fuerzas.

Para negar verdaderamente este curso de vida, y no seguir el camino de las viejas fuerzas, debemos ser estables, pacientes, y no tener el apego a perseguir.

Por ejemplo, cuando mi hijo no mostró ninguna mejoría en su salud después de enviar pensamientos rectos, no me volví inestable en mi corazón. Simplemente seguí enviando pensamientos rectos mientras la persecución de las viejas fuerzas permanecía.

Las experiencias de una compañera practicante, que aprendí mientras estaba en China, también me sirvieron de aliento durante las tribulaciones. Esta practicante se enfrentaba con problemas importantes, uno tras otro.

Primero, su mano izquierda se incapacitó, luego su esposo se volvió mentalmente inestable. Después de que la condición de su esposo mejoró, tanto ella como su esposo sufrieron de ampollas enormes con comezón extrema que aparecieron en todo su cuerpo. Ella enviaba pensamientos rectos constantemente. Cuando las ampollas le daban demasiada comezón y le impedían dormir, ella hacía la meditación sentada y enviaba pensamientos rectos en medio de la noche. Esto continuó durante dos años, y finalmente todas las tribulaciones desaparecieron.

A veces no estaba en un buen estado de cultivación y me sentía muy cansado. Agradezco sinceramente a aquellos compañeros practicantes que enviaron pensamientos rectos para mí y me ayudaron a superar los momentos más difíciles.

Atesorar lo que el Maestro ha hecho por nosotros

Mientras recitaba el libro de Dafa, me vino a la mente el siguiente pasaje:

"Es decir, es así de difícil salvar al hombre; se ha hecho tanto por él, pero el aún no se ilumina y, en cambio, dice eso". (Lección Sexta, Zhuan Falun)

Mi entendimiento es que debemos atesorar las oportunidades que se nos brindan. Debemos tener en mente que las tribulaciones que experimentamos son las que quedan después de todo lo que el Maestro haya soportado por nosotros.

Si el Maestro no hiciera nada, sería imposible para nosotros superar todo eso. Shifu ha sufrido tanto por salvarnos.

Cuando pienso en ello se me llenan los ojos de lágrimas.

Hubo una vez un artículo en Minghui sobre practicantes que sufrían mientras estaban detenidos en China. En esta dimensión el dolor era transferido en los cuerpos de los practicantes, pero en otra dimensión, era transferido sobre el Maestro que estaba vigilando y protegiendo a sus discípulos en todo momento. No importaba cuán severo fuera perseguido un practicante, el Maestro soportaba la mayor parte del sufrimiento.

Atesoraré los sacrificios del Maestro y devolveré lo que pueda con un rápido progreso en mi cultivación.