(Minghui.org) ¡Saludos, Venerable Shifu! ¡Saludos compañeros practicantes!

Soy practicante de la provincia de Buenos Aires y leo el Fa desde el año 2009, pero siento que me determiné como practicante de Falun Dafa en el año 2016.

Conociendo a Falun Dafa

Allá por el año 2009, fui a ver una función de Shen Yun invitada por un compañero de la facultad quien era practicante. Sentí que estaba en presencia de algo sagrado. No solo por la calidad artística del espectáculo, sino por la emoción que había despertado en mí.

Al poco tiempo comencé a ir a un sitio de práctica que quedaba en la ciudad capital. Tomé el colectivo equivocado y tardé más de dos horas en llegar. El día estaba muy frío y por más que me abrigara, estar al aire libre no me permitía entrar en calor. Mientras el asistente me enseñaba los ejercicios, por dentro yo me preguntaba qué estaba haciendo allí. El frío era muy fuerte, y había viajado más de dos horas. Pudiendo estar cómodamente en mi casa, no entendía qué me había llevado a tomar la decisión de ir.

En un momento, mientras hacía los ejercicios y escuchaba la voz del Maestro, experimenté una sensación muy cálida de golpe, mis manos se volvieron calientes, y la temperatura de mi cuerpo cambió. Tuve inmediatamente la sensación de haber llegado a casa, a mi casa. Una sensación de cobijo, de protección, de calidez y de hogar. La misma que experimentamos cuando llegamos a nuestro hogar después de una larga jornada de trabajo. Y entonces comprendí que había llegado a un lugar del cual ya no me iría. A partir de ese momento, continué practicando hasta el día de hoy.

Luego descubrí que había un sitio de práctica cerca de mi domicilio, y allí comencé mis primeros pasos en la lectura del fa. Pero no fue tan rápido que me determiné como practicante, hacía los ejercicios en el parque, leía el Fa, pero no me sentía determinada.

Y las pruebas no tardaron en llegar. Recuerdo un día, mientras buscaba las esencias para enviar pensamientos rectos, caigo en una página del PCCh, la difamación hacia Falun Dafa en esa página era siniestra, me produjo inmediatamente un sentimiento de rechazo, y, aunque sentí temor por el camino que había elegido, enseguida rechacé el contenido de la misma, no podía creer en la crueldad de lo que leía, mi corazón me decía que no era cierto todo lo que allí se infería, tiempo más tarde, cuando quise volver a esa página, nunca más la encontré. Había desaparecido.

Por ese entonces, mi matrimonio no andaba sobre rieles, llevábamos 20 años de pareja, con dos hijos hermosos, pero no podíamos entendernos bien, supe que debía irme para encontrar un ambiente de cultivación más tranquilo y tomar distancia del conflicto que nos llevaba a no entendernos y contender sin llegar a un acuerdo, sin poder resolver conflictos. Sentí un estancamiento profundo, y debía avanzar, pero necesitaba hacerlo sola para poder evolucionar y continuar con la cultivación. Aún separada de mi marido, siempre fuimos compañeros, y la crianza de los hijos siempre fue motivo para que nuestra familia no se disolviera.

Esto me enfrentó a otras pruebas más determinantes, la noción de que era una mujer joven y podía encontrar otra pareja, el apego a la compañía y a un absurdo romanticismo inculcado por amistades y círculos sociales, me llevó a alejarme de la determinación en Dafa, pero nunca dejé de leer el Fa.

Para ese entonces soñaba que llevaba bolsas muy pesadas, y que las bolsas iban cayendo, se iban perdiendo por el camino, y se aliviaba mi peso, pero aún quedaban bolsas que cargar.

Mis primeros pasos hacia una práctica genuina

Alentada por mis compañeras practicantes, me sumé al un chat grupal donde están todos los practicantes de Argentina, a través del cual me beneficié al leer los intercambios entre los practicantes, y esto me llevó a acrecentar mi diligencia y mi fe en Dafa.

La necesidad de establecer un sitio de práctica en mi ciudad se hizo inminente, aunque no me sentía capacitada para asistir un sitio de práctica. La ayuda del cuerpo fue fundamental para cobrar confianza y así, en 2016, comenzamos, junto a dos compañeras practicantes, un sitio de práctica que continúa hasta hoy con bastante afluencia de gente.

Un día, pasaba frente a la Casa de la Cultura y me pregunté si sería posible realizar la muestra “El Arte de Zhen Shan Ren” allí. Recuerdo que entré una tarde, y pedí hablar con la Directora del Lugar. Ella estaba apurada, pero aún así me dio su contacto para que yo le enviara información. Le aclaré la verdad, y su corazón se conmovió.

Cuando vio las fotos de los cuadros donde claramente se vislumbraba en las miradas el sufrimiento y la devoción por la fe de los practicantes de Falun Dafa, ella no dudó en llamarme, y casi sin darme cuenta, me encontraba dentro de la Casa de la Cultura buscando el mejor salón para exponer. Cuando llegué al Salón de los espejos, lo vi iluminado, con una luz que no parecía de este mundo. Allí mismo supe que ese era el lugar.

En la zona sur del Gran Buenos Aires, ya comenzábamos a ser un número considerable de practicantes, y a partir de la organización de esta muestra, debimos coordinar juntos y aprender a trabajar como un solo cuerpo.

Las interferencias otra vez no tardaron en llegar, problemas de xinxing entre nosotros, corazones que debíamos eliminar, y aunque todos estábamos dispuestos a colaborar, las fricciones estaban allí, a la orden del día, recordándonos que solo debíamos actuar bajo Zhen Shan Ren, eliminando corazones de envidia, de competencia, de celos, etc.

Para ese entonces otras pruebas se sumaron: Mi padre, que no estaba bien de salud, había decidido dejar en orden los papeles de la herencia de la casa familiar, y como somos cuatro hermanos de dos matrimonios distintos de mi padre, ya que mi madre murió siendo yo muy chica, mi padre decidió darnos una parte del dinero de la casa a mi hermano mayor y a mí a cambio de que firmáramos a favor de mis hermanos menores y de su actual esposa.

Acepté la palabra de mi padre porque consideraba que él podría así despedirse tranquilo de este mundo, y aún con el amor que siempre sentí por mis hermanos y el respeto y profundo afecto por la esposa de mi padre, aún así, me costó desprenderme de mi casa donde había vivido mi infancia. Pero yo me consideraba una practicante, y sentía que debía desapegarme de la casa, que mi verdadero hogar estaba en otro lugar, y para eso me cultivaba, para volver al origen y retornar a la verdad. Así es que acepté el deseo de mi padre.

Mi hija insistía que con ese dinero debíamos comprarnos un auto para estar mejor, y yo sentía que no era el momento, pero no fui lo suficientemente recta con mi hija y me dejé llevar por el qing de ver contentos a mis hijos. Entonces, sintiendo que podíamos evolucionar materialmente, me llevó a comprarlo.

Mientras terminaba de aclarar la verdad a los funcionarios del municipio, para invitarlos a la muestra El Arte Zhen Shan Ren, una tarde salimos con el auto mi hija y yo, y al doblar una esquina a dos cuadras de mi casa, el auto volcó sin chocar contra nada, íbamos despacio porque recién salíamos, y comencé a dar vueltas adentro del auto ya que no había llegado a ponerme el cinturón de seguridad, mi hija sí lo tenía puesto ya que era ella quién manejaba. Mientras daba vueltas, mi corazón estuvo muy recto, sabía que era una prueba que tenía que pasar, y que todo iba a estar bien. Hice FZN todo ese tiempo, que deben haber sido unos segundos, pero para mi fueron una eternidad. Pude ver la figura de un ser iluminado frente a mi. Cuando los bomberos nos sacaron, alcancé a ver que el auto realmente estaba aplastado, la destrucción era total. Tanto mi hija como yo estábamos intactas, casi sin ningún rasguño ¡Shifu nos había protegido!

Al poco tiempo, pude leer el siguiente Fa:

“Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida y a la muerte
Camina abierta y majestuosamente el sendero de la rectificación del Fa”
(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hon Yin (II)).

Me di cuenta que soy una cultivadora, y que mi fe en Dafa se fortaleció. Mi relación con mi hija mejoró notablemente, y aunque nunca tuvimos una mala relación, a mi me faltaba ser más recta con mis hijos, y desprenderme del gran qing que tengo hacia ellos y que se manifiesta al querer complacerlos.

Con una gran ayuda desinteresada del cuerpo de practicantes de Buenos Aires, pudimos al fin llevar adelante la muestra e invitar funcionarios del Municipio de mi ciudad quienes aún hoy recuerdan la muestra El Arte de Zhen Shan Ren.

Casi sin darnos cuenta, y a pesar de las fricciones de xingxing, nos habíamos conformado como cuerpo de practicantes de la zona sur del Gran Buenos Aires.

Difundiendo el Fa en mi ambiente de trabajo

Me desempeño como docente, soy Profesora de Expresión Corporal y de Danza en escuelas públicas. Esto hizo que, desde que conocí Falun Dafa, me interesara que mis alumnos obtuvieran la práctica, y es así que he enseñado muchas veces los ejercicios en mis aulas, pero nunca como parte de un proyecto, ya que mis directivos ponían algunas restricciones.

Entendí que esas restricciones eran un espejo de mi corazón de miedo.

Y descubrí que el miedo también surge por un apego al egoísmo. Sentimos miedo porque pensamos en qué es lo que nos puede pasar, y el coraje surge al pensar en los otros, en el bien que podríamos hacer a otros, olvidándonos de nosotros mismos.

Shifu nos dijo: “Los Dafa dizi sí tienen responsabilidad, no importa cómo sea, tienen que completar el voto y el deseo que hicieron para venir al mundo. En aquél momento, utilizaste tu vida divina como aval, y por eso pudiste convertirte en la vida más extraordinaria de este universo -un Dafa dizi” (Al fahui de Europa).

“Si no puedes cumplir con tu promesa a los dioses, la consecuencia fue determinada por ti en la promesa” (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional del Oeste de los Estados Unidos 2013).

Sentí que debía dejar ir mi ego y mi miedo, y aprovechar cada oportunidad para salvar a más seres conscientes. Mientras surgen mis pensamientos rectos, el miedo se aleja.

Lo que no imaginé en aquellos tiempos, es que, lo que fue un proyecto en mi imaginación, luego se transformó en un camino real, pavimentado y diseñado por Shifu, solo cuando pude perder el miedo a enseñar Falun Dafa en un sistema educativo donde se debe respetar la escuela laica.

A principios de este año, una compañera practicante, comienza a tener algunos contactos con escuelas públicas a través de su trabajo de vendedora, entonces nos enteramos de un proyecto emanado por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia, llamado Red de escuelas de aprendizaje, en el cual participan 2.000 escuelas de 50 distritos de la provincia, que se unen voluntariamente para trabajar de modo colaborativo, en pos de mejorar los aprendizajes de los alumnos. En esta iniciativa, participan escuelas de nivel inicial, primario y secundario, adhieren de manera voluntaria, y fueron seleccionadas en base a criterios de compromiso, voluntad de participar y la vulnerabilidad socioeducativa.

La intención de este proyecto es que los miembros de estas escuelas aprendan entre pares, reflexionen colaborativamente, intercambien buenas prácticas y se generen actitudes positivas en directivos, docentes y estudiantes. Las áreas de abordaje de este proyecto son: Clima escolar y educación emocional, Prácticas del lenguaje, Prácticas de matemática, Aprendizaje basado en proyectos, y Medios digitales de aprendizaje.

En el área de Clima escolar y educación emocional, desde la Dirección General de Cultura y Educación, aconsejaron diversas prácticas entre las que se encontraba Falun Dafa, inspirados en el video de la experiencia en Uruguay.

Es por esto, que, a través de mi compañera practicante, tuvimos contacto con una escuela, donde comenzamos a dar la práctica con frecuencia de una vez por semana.

Simultáneamente, recibo el llamado de la Directora de otra escuela, la cual también pertenece a esta red, ya que había recibido un volante en el estand de Falun Dafa de la Feria del libro de Bs As. Inmediatamente, nos pusimos en contacto con ella, y comenzamos a dar la práctica en esta escuela, también con una frecuencia de una vez semanal.

En la escuela, no solamente practican los niños, sino también los docentes, quienes nos reciben con mucho agradecimiento. Los niños dicen sentirse más relajados, más calmos, al practicar los ejercicios, se concentran, están muy atentos y receptivos.

Pero no solamente nos limitamos a la enseñanza de los cinco ejercicios sino también apuntamos a que puedan reflexionar sobre Verdad, Benevolencia, Tolerancia.

Nuestra sorpresa es muy grande al ver cómo se animan a compartir experiencias de bullying, niños que a lo mejor hasta ese momento, no se han sentido escuchados, se animan a hablar y son escuchados en silencio por sus pares.

Al poner a Dafa primero, todo se armoniza

Milagrosamente, comenzaron a llamarnos de otras escuelas pertenecientes a esta red, y si bien, mi compromiso como practicante es llevar voluntariamente a Falun Dafa a las escuelas, algunas veces entré en conflicto con esta situación.

Dado que cada vez fueron más las escuelas interesadas, el tiempo comenzó a ser poco, y entonces decidí dejar algunas horas de trabajo para poder disponer de más tiempo para llevar Falun Dafa a los niños de las escuelas.

De pronto, me encontré trabajando más y ganando menos dinero, y esto me llevó a replantearme otra vez qué estaba haciendo y por qué.

La respuesta no se hizo esperar. Esa mañana, cuando llego a una de las escuelas, los niños se acercaron muy contentos gritando: “Llegó Falun Dafa!, ¡llegó Falun Dafa!”, y una niña, después de la práctica, vino hacia mí, me abrazó y me dijo “Gracias”. Allí entendí que este era mi lugar, que Shifu había diseñado este camino para nosotros, y que el Fa pueda llegar a tantos niños que están esperando…

Y entonces comprendí que Shifu había establecido este estándar para nosotros: 

“De ahora en adelante, cualquier cosa que hagas, deberás primero tener consideración hacia otros, para que así obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo” (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance).

Al poco tiempo el padre de mis hijos comenzó a ayudarme más económicamente de lo que acostumbraba y entendí que no debía preocuparme por mi situación económica, que Shifu no me iba a desamparar.

Un día, mientras hacíamos la práctica en una escuela, vino la gobernadora de la provincia a visitarnos y nos vio. Se quedó en silencio observándonos, y uno de nuestros compañeros practicantes pudo acercarle un folleto y aclararle la verdad.

Muchos de mis apegos salieron a la luz en ese momento. Cuando me enteré que ella se encontraba en la escuela, me tomó de sorpresa mi corazón de exultación y una necesidad de ostentar y mostrar lo que estaba haciendo.

Pero pude darme cuenta enseguida y comprender que nuestro camino en las escuelas debe ser humilde, continuo y constante… Cada vez que llegamos a una escuela, el ambiente parece desordenado, violento, como endemoniado.

En cada apego de cada niño o adolescente, en cada conflicto, cada corazón, puedo ver reflejados mis propios apegos, como un espejo, y entonces cultivo mi corazón de tolerancia, y cada niño, cada adolescente me obliga a mirar hacia dentro para poder reflexionar con él.

A las dos o tres veces que visitamos una misma escuela o un mismo grupo de alumnos, pareciera como si el ambiente se rectificara, y todo estuviese más tranquilo, más armonioso, ¡es Dafa que ilumina y rectifica todo a su alrededor!

Como dice el poema de nuestro Maestro:

La luz Fo ilumina por doquier,
decoro y justicia rectifican y armonizan todo.
Esforzándose hacia adelante juntos,
un futuro brillante se encuentra al frente”
(En armonía con el Fa, Hong Yin).

¡Doy gracias a Shifu! Debo estudiar bien el Fa y desarrollar cada oportunidad de cultivarme y salvar seres conscientes. Este es mi entendimiento limitado, compañeros practicantes, pueden señalar lo que consideren inadecuado.

Gracias compañeros practicantes, ¡gracias Shifu!

(Presentada en la Conferencia de Intercambio de Experiencias en Buenos Aires 2019)