(Minghui.org) Fui arrestada por la policía el verano pasado cuando estaba distribuyendo información sobre Falun Dafa en una aldea rural. Era la primera vez que me enfrentaba a una detención ilegal. Me sentí nerviosa al sentarme en el coche de la policía, así que envié pensamientos rectos para calmarme. Entonces empecé a aclarar la verdad sobre la persecución al oficial que se encontraba dentro del automóvil. Pensé que, como soy practicante de Falun Dafa, no debería tener miedo y hablar abiertamente a pesar de que me estuvieran grabando.

La policía me llevó a una sala de interrogatorios. Me negué a sentarme en la silla de hierro porque era para criminales. Así que la oficial me trajo una silla normal. Me senté y les expliqué que no había ninguna ley que estableciera que Falun Dafa es una organización sectaria. La persecución se inició tras una calumniosa declaración hecha por el exlíder comunista Jiang Zemin durante una entrevista con un reportero de Le Figaro, un periódico francés, en octubre de 1999. Afirmé que las palabras de Jiang no eran ley, y que las 14 sectas enumeradas por el ministerio de seguridad pública no incluían de ninguna manera a Falun Dafa. Le pedí a la funcionaria que comprobara la información, a lo cual me respondió que lo haría.

La oficial me preguntó entonces quién era la persona que estaba conmigo cuando distribuía información de Falun Dafa. Me negué a decírselo.

Recordé que el Maestro (Li Hongzhi) explicó en sus enseñanzas:

"Soy una persona que lo que no deseo decir, puedo no decirlo, pero lo que cuento es la verdad" (Octava Lección, Zhuan Falun).

Decidí no responder a la pregunta, y enviar pensamientos rectos en silencio para eliminar todos los elementos malignos que se encontraban detrás de él. Aunque se enojó y me gritó, la miré pacíficamente. Sabía que aquello no era su verdadero yo. Más tarde, comentó: "Te sientes tranquila gracias a tu fe, y yo irritable por mi trabajo".

Cuando se calmó le dije: "Decirle los nombres de otros practicantes, no será algo bueno para usted. Arrestará a más practicantes creándose más yeli (karma). Las buenas obras regresan como bendiciones, y las malas obras retornan para perseguirnos. Estoy haciendo lo mejor para usted".

Después de una noche de interrogatorio, no pudieron sonsacarme ninguna información. Por lo tanto, tuvieron que borrar todo lo que habían grabado.

Encontrarme bajo arresto, me preocupaba, porque creí que podría afectar mi trabajo. Entonces recordé las palabras del Maestro Li:

"Mis discípulos que se cultivan genuinamente, lo que les he enseñado es el Fa para la cultivación del fo y para la cultivación del dao. No obstante, ustedes me exponen sus quejas por haber sufrido pérdidas en sus intereses personales, en vez de sentirse angustiados por no poder dejar sus apegos entre la gente común. ¿Se le puede llamar a esto xiulian? En cuanto a si puedes dejar la mentalidad de una persona común o no, es un paso crítico para convertirte en un ser realmente extraordinario. Cada discípulo que cultiva genuinamente tiene que pasarlo, porque esto es la línea de demarcación entre un cultivador y una persona común..." (Cultivación genuina, Escrituras esenciales para mayor avance).

¿No era mi preocupación por mi trabajo un apego a los intereses mundanos? Debía soltar aquel apego y seguir el arreglo del Maestro. Comencé a hacer los ejercicios de Falun Dafa alrededor de las 4 a. m. a la mañana siguiente. Pese a que noté que una oficial me miraba por la ventana, no sentí miedo en absoluto.

Más tarde, entró la policía que me interrogó. Me dijo que varios aldeanos y el secretario de la aldea habían venido a testificar que yo distribuía información de Falun Dafa, y que encontraron muchos materiales en mi coche. Me indicó que me condenarían a prisión por al menos un año. Pensé en mi corazón que sus palabras no contaban; solo cuentan los arreglos del Maestro.

Por la tarde, los funcionarios de la policía mencionaron que permanecería detenida durante 15 días y que necesitaba firmar una transcripción y una confesión. Me negué a firmar ya que no había hecho nada malo y no tenía nada que confesar.

De camino al centro de detención, la oficial me dijo que iba a asaltar mi casa al día siguiente. Le respondí que pensaba que no lo haría. Me preguntó por qué pensaba eso, así que le contesté: "Pareces una persona bondadosa. No harías algo tan terrible". Me sonrió.

Al día siguiente, la policía de la ciudad vino a mi casa alrededor del mediodía, y me dijo que la asaltarían por la tarde. Sin embargo, la casa a la que terminaron entrando fue una casa equivocada, y nunca regresaron a mi casa. ¡Fue el Maestro quien me protegió!

Cuando llegué a la sala de detención, todos los detenidos se preguntaban por qué una niña tan educada estaba detenida allí. Les describí que era porque practico Falun Dafa. Se sorprendieron de que un joven como yo practique Falun Dafa. Les dije que muchos adultos jóvenes y niños también practican, y que personas de más de 100 países en el mundo se han convertido en practicantes.

Envié pensamientos rectos en los horarios establecidos globalmente mientras estuve en el centro de detención. Cada vez que enviaba pensamientos rectos, los detenidos en mi habitación iban a las otras habitaciones para brindarme un espacio tranquilo. Algunos incluso me recordaron que tenía que meditar. Mientras mantuviera un corazón puro, nada podía interferirme.

Una noche, dos mujeres fueron enviadas al centro de detención debido a los enfrentamientos. Pusieron a una en mi celda. La guardia dijo que yo la educaría. Yo creía que era una buena persona que el Maestro arregló para que yo ayudara a salvar. Le aclaré la verdad sobre Falun Dafa. Se mostró muy receptiva y muy cariñosa.

Durante los últimos días de detención, una niña fue enviada a nuestra habitación debido al abuso de drogas. Parecía mala. Nadie se atrevía a acercársele. Me di cuenta de que no disponía de recursos ni suministros para subsistir. Así que le regalé mis cosas. Pronto nos acercamos y le hablé de Falun Dafa y le canté las canciones que los practicantes de Dafa compusieron. Dijo que mi canto era hermoso. Una de mis compañeras de cuarto dijo que comenzó a verse amigable después de estar conmigo por unos días.

Después de 15 días de detención, me reincorporé al trabajo. Mi director me dijo que podía reanudar mi trabajo de inmediato, y no reportaron mi detención a la gerencia superior. En cambio, me concedieron las vacaciones anuales por el tiempo que permanecí detenida. Me siento profundamente agradecido por todos los arreglos que el Maestro hace para mí.