(Minghui.org) Cuando iba en bicicleta al trabajo el 6 de febrero de 2018, me atropelló una camioneta en una intersección. Las ruedas delanteras y traseras del vehículo rodaron por encima de mis piernas y pies. Mi único pensamiento fue: "Mi Maestro me está protegiendo y estaré bien".
El conductor de la camioneta era una mujer de unos cuarenta años que acababa de aprender a conducir. Llevaba dos pasajeros en el coche. Estaba tan conmocionada y asustada que no sabía qué hacer.
Me encontraba tumbado en el suelo, pensando que tenía que levantarme, cuando dos personas se me acercaron y me ofrecieron su ayuda. Luché y me moví lentamente. Aunque experimentaba mucho dolor, seguí alentándome con la idea de que estaría bien.
Traté de consolar a la conductora diciendo: "No se preocupe. Estoy bien, practico Falun Dafa".
Aunque no podía caminar, cuando me preguntaron: "¿Puede caminar?", respondí: "Sí, seguro que puedo".
Llamó a su marido para que viniera a ayudarme y tomó dinero de su bolso para dármelo.
Le dije: "No quiero su dinero".
Cuando llegó su marido, ya podía caminar. Quería que fuera al hospital. Le dije que no era necesario. Les expliqué que Falun Dafa es un Fa recto. Les ayudé a abandonar el partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas.
Les comenté que tenía que ir a trabajar. Fue entonces cuando descubrí que la rueda de mi bicicleta no giraba. El marido de la conductora me llevó al trabajo e hizo reparar mi bicicleta. La llanta de acero de la rueda delantera había quedado destruida y tuvo que ser reemplazada.
Dada mi edad, y después de que mis piernas y pies hubieran sido atropellados por un vehículo pesado, me sentí a afortunado de no haber resultado herido de gravedad. La situación me demostró el poder de Dafa.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa