(Minghui.org) Debido a mi pobre cultivación, sufrí de sepsis y tuvieron que amputarme la parte inferior de la pierna izquierda en marzo de 2017. Sin la salvación compasiva del Maestro, hoy no estaría viva.
La tribulación se convirtió en un punto de inflexión para entrar verdaderamente en la cultivación de Dafa. Al compartir mi historia con mis compañeros practicantes, espero que aquellos que aún no se cultivan diligentemente puedan aprender de mi lección: la cultivación es lo más serio y todos debemos prestarle la debida atención.
Acercándome a Dafa pero sin cultivarme realmente
Tengo un buen ambiente de cultivación en casa: mi madre y mi esposo son cultivadores de Dafa. Siguen los principios de "Verdad, Benevolencia, Tolerancia" en sus vidas diarias, mejoran su xinxing, y son capaces "de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado" (Novena Lección, Zhuan Falun).
A partir de sus cambios atestigüé la bondad de Dafa y también tuve el deseo de practicar Dafa.
No obstante es mucho más fácil decirse una cultivadora que serlo.
Desde que era niña tenía miedo a las dificultades y tenía muchos apegos fuertes. Viendo que mi madre y mi esposo se levantaban a las 3 a. m. todos los días para hacer los ejercicios durante dos horas, y que tampoco luchaban cuando otros los intimidaban, sentía que para mí eso era casi imposible.
Aunque sabía que Dafa es bueno, no quería perder la comodidad de mi vida. Durante varios años hice los ejercicios solo de vez en cuando. Incluso si me levantaba temprano, solo hacía los ejercicios primero, tercero y cuarto. Cuando hacía el segundo ejercicio, bajaba las manos después de un par de minutos; solo hacía la meditación sentada durante media hora y luego volvía a dormir.
En cuanto al estudio del Fa, tomaba el libro solo cuando estaba aburrida o sentía malestar. Cuando estaba ocupada con el trabajo u otras cosas, pasaban varias semanas sin que tocara el libro.
Uno de mis mayores problemas era no poder tolerar que otros señalaran mis defectos. Perdía los estribos fácilmente. A veces arrojaba cosas, golpeaba o maldecía a mi esposo y a mi hijo. Nunca intenté disciplinarme de acuerdo con "Verdad, Benevolencia, Tolerancia".
Además, era escéptica sobre algunas de las cosas sobrenaturales de las que habla el Maestro en los libros.
Mirando hacia atrás, no cultivarme diligentemente equivalía a no cultivarme, y mi fe a medias era no creer en el Maestro. En ese caso, ¿cómo podría convertirme en una verdadera Dafa dizi? Solo me acerqué a Dafa.
Una dura lección
Debido a mi pobre estado de cultivación, las viejas fuerzas se aprovecharon y me dieron un escarmiento.
En marzo pasado me torcí el tobillo izquierdo y no podía caminar. Me acosté en la cama y no quería estudiar el Fa o hacer los ejercicios. Con mal humor, a menudo perdía los estribos y le gritaba a mi madre y a mi esposo. Al ver que no estaba actuando como una cultivadora en absoluto, me convencieron de ir al hospital. Pero no estaba de acuerdo y pensé: "Soy una Dafa dizi. Shifu me protegerá. Estaré bien".
Dos semanas más tarde, mi pie izquierdo comenzó a infectarse y se hinchó tanto que ya no pude ponerme el zapato. Peor aún, mi visión era borrosa y constantemente tenía fiebre alta. Semiconsciente y en una condición muy crítica me llevaron a la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital.
Después de un exhaustivo examen, un médico dijo que tenía septicemia inducida por la diabetes y que mi condición era muy grave.
Aunque tuve que permanecer en la UCI durante una semana con tubos insertados en todo mi cuerpo, mi condición no mejoraba y estaba en estado semiconsciente. El médico dijo que la infección viral había llegado a mi sangre y me sugirió que inmediatamente me amputaran la pantorrilla izquierda para evitar que el virus ingresara en mi cerebro, lo que sería fatal.
Sin otra opción, mi familia aceptó la cirugía. Durante la cirugía, mi madre, mi esposo y varios compañeros practicantes enviaron pensamientos rectos para mí afuera de la sala de operaciones. Algunos practicantes que no pudieron ir al hospital enviaron pensamientos rectos en casa y le pidieron al Maestro que me salvara.
Sobreviví a la cirugía de la que desperté al día siguiente. Una semana más tarde me transfirieron a una habitación normal. Dos semanas después salí del hospital.
Mientras estaba en la UCI, mi madre y mi esposo me ponían la música de Dafa cuando llegaban a visitarme. También me decían al oído "Falun Dafa es bueno" y "Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno". Aunque no estaba completamente consciente, los escuchaba claramente y decía en mi mente: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno".
También recordé lo que el Maestro dice en Zhuan Falun:
“Mis raíces están todas atadas al universo, y si alguien puede tocarte, entonces puede tocarme a mí; hablando claramente, puede tocar a este universo” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Mientras el doctor me estaba operando, sentí que mi espíritu primordial había abandonado mi cuerpo y estaba a la deriva. De repente una poderosa fuerza me llevó de regreso a mi cuerpo. Sabía que era Shifu quien me había salvado la vida. Tal vez Shifu vio que aún tenía el deseo de cultivarme en Dafa, entonces él me ayudó y me dio otra vida.
Incluso el médico le dijo a mi familia antes de la cirugía que no estaba seguro de mis posibilidades. De hecho, muchos pacientes en situaciones similares murieron durante la cirugía.
Pero mi corazón se llenó de un miedo indescriptible al ver que mi pantorrilla y mi pie izquierdo habían sido amputados. Era una dura realidad que no tenía el valor de enfrentar. No podía ir a ningún lado y solo permanecía en cama todo el día. Lloraba todo el tiempo y mi mente estaba llena de pensamientos negativos. Incluso pensé en suicidarme. Mi temperamento empeoró.
Debido a que tenía diabetes grave y un subsecuente problema renal, el médico me indicó que me pinchara el ombligo antes y después de las comidas para medir mi nivel de azúcar en la sangre y recibir una inyección de insulina antes de comer. En solo unos días mi vientre estaba cubierto de pinchazos. Perdí mechones de cabello y mi visión empeoró. A menudo me recostaba en la cama pensando con desesperación: "¿Cuándo terminará esta vida?".
Mi madre y mi marido me dijeron que solo el Maestro podía salvarme, que esa era mi única salida. Finalmente me desperté y comencé mi cultivación en Dafa.
Cultivación verdadera, salud verdadera
A finales de abril del año pasado formamos un pequeño grupo de estudio del Fa en casa con mi madre, mi esposo y otros dos practicantes. Estudiamos una lección de Zhuan Falun cada día y compartimos nuestros entendimientos del Fa.
A menudo me recordaban que debía ver las cosas desde la perspectiva del Fa, disciplinarme con base en "Verdad, Benevolencia, Tolerancia" y mirar hacia adentro al tener conflictos con los demás.
A través del constante estudio del Fa y con su ayuda, llegué a comprender cómo cultivarme. También mejoré en la práctica de los ejercicios.
Después de la tribulación perdí algo más de 20 kilos y estaba demacrada. Durante los primeros dos meses después de regresar a casa del hospital, quedé tan delgada que me sentía demasiado incómoda sin importar dónde estuviera sentada, incluso si eran cojines gruesos.
Debido a la amputación tenía que hacer todos los ejercicios de Dafa en posición sentada. El dolor en mi trasero era tan insoportable que tenía que recostarme para tomar un descanso cada pocos minutos. Ya no podía hacer los ejercicios como los hacía antes.
Pero en este punto tenía que persistir. No podía rendirme.
Conforme pasaba el tiempo subí algo de peso y ya no me era tan doloroso sentarme.
En julio me colocaron una extremidad artificial. Aunque cojeaba al caminar y me era difícil subir y bajar las escaleras, creía que mientras siguiera cultivándome todo estaría bien. Pronto pude hacer los cinco juegos de ejercicios normalmente.
Dejando ir los apegos
Al principio todavía tenía el apego de estar curada y recibía inyecciones de insulina periódicas mientras cultivaba Dafa. Pero a medida que mi comprensión del Fa se profundizaba, me di cuenta de que necesitaba cambiar en mi interior.
Shifu dijo:
"Nosotros enfatizamos un punto: si no puedes dejar ese corazón, si no puedes dejar esa enfermedad, no podemos hacer nada, somos incapaces de ayudarte" (Primera Lección, Zhuan Falun).
Poco a poco me liberé de mi búsqueda de una cura y dejé de recibir inyecciones de insulina.
El Maestro también dijo:
“¿Por qué hay gente que no se cura a pesar de haber practicado gong por largos períodos? Qigong es xiulian, es una cosa sobrenatural, no es la gimnasia de la gente común; se tiene que dar importancia al xinxing y solo entonces se curan las enfermedades o crece el gong” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Además de estudiar el Fa también leí muchos artículos de experiencias de cultivación de practicantes que me ayudaron mucho. Pude soltar muchos de mis apegos como el apego a mi enfermedad, el apego a no perder la cara y no dejar que otros comenten sobre mí, así como el apego a la lujuria.
También me di cuenta de que ya no tenía miedo cuando escuchaba las sirenas de la policía o incluso la policía llamando a nuestra puerta para acosarnos. Podía tomar la fama y el beneficio personal más a la ligera. Mi mentalidad competitiva disminuyó. No me quejaba tanto. Me volví más considerada con los demás y comencé a observar lo que les decía.
Aquí quiero compartir dos ejemplos de los cambios de mi xinxing.
Mi padre tenía mal genio y con frecuencia me golpeaba y abusaba verbalmente de mí y de mi hermano menor cuando éramos niños. Especialmente después de que el régimen comunista comenzó a perseguir a Dafa, él se opuso enérgicamente a la práctica de Falun Dafa de mi madre y a menudo la golpeaba. Una vez la ató con una cuerda y la golpeó con un palo de madera, dejándola con moretones y sin poder caminar. Desarrollé un fuerte resentimiento hacia mi padre y llevé a mi madre a mi casa.
El Maestro nos enseñó:
"Los cultivadores no tienen enemigos" (Girando la rueda hacia el mundo humano, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).
El Maestro nos enseñó a ser compasivos con todos los seres conscientes, incluso con la policía que nos persigue. Las enseñanzas del Maestro disolvieron mi odio y resentimiento hacia mi padre. Desde entonces, a menudo lo llamo y le compro cosas.
Otro cambio que noté en mí fue sobre mi apego al dinero. Antes de cultivarme, nunca devolvía los cambios adicionales que otros me daban por error, pero peleaba mucho si los demás no me daban el cambio correcto. Ahora devuelvo todo el dinero que no me pertenece y mi mente ya no está preocupada por el dinero.
También hago mi mayor esfuerzo para ayudar económicamente a los compañeros practicantes para producir materiales de aclaración de la verdad. Nada de esto sería posible si no cultivara Dafa.
Después de un año de cultivación, con la notable mejora de mi xinxing, mi salud también mejoró. Ahora tengo una tez sonrosada y una abundante cabellera negra. Siento mi cuerpo ligero y cómodo.
El misericordioso Maestro nunca me abandonó. En cambio, eliminó mucho de mi yeli y soportó el sufrimiento por mí. Shifu me dio todo lo que tengo hoy. Tengo que cultivarme más diligentemente, eliminar mis apegos y ser una verdadera Dafa dizi del período de la rectificación del Fa.
¡Gracias benevolente Maestro por haberme salvado!
Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.
Categoría: Mejorándose uno mismo