(Minghui.org) Mi familia cultiva hortalizas de invernadero. Las plantas necesitan ser cubiertas con un manto de algodón por la noche para mantenerlas calientes, y este manto se enrolla por la mañana. La operación es mecanizada.

Mi marido es una persona honesta y amable. Fue condenado ilegalmente a cuatro años de prisión por practicar Falun Dafa. En su ausencia, tuve que hacer todo el trabajo de campo.

Cuando me paré en la colina mirando en la dirección de la prisión donde estaba mi esposo, me di cuenta de que debía apagar el motor ya que las almohadillas de algodón estaban a punto de enrollarse demasiado. Rápidamente me dirigí a hacerlo.

Inesperadamente, me enredé en la cuerda atada a las almohadillas y no podía liberarme. Como no había nadie que me ayudara, mis piernas y brazos se enredaron contra el poste de la máquina y se fracturaron. Solo después de que uno de los postes de 3,3 cm de ancho se dobló, alguien lo notó y vinieron a ver que ocurría.

Usaron una puerta como camilla para trasladarme al hospital. Estuve sometida a cirugía durante ocho horas. Históricamente, casi nadie había sobrevivido a este tipo de percance. Por lo tanto, la gente pensaba que yo tampoco sobreviviría.

Después de ser dada de alta, no podía moverme. Como los nervios de mis manos aún no se habían recuperado, ni siquiera podía usar un bastón. Después de ir al hospital por varias revisiones, el médico me dijo que mis huesos todavía no se habían fusionado. Me sugirió que probara en un hospital especializado de alguna gran ciudad. Como mi marido aun estaba en prisión, no tenía ningún ingreso y no podía permitirme ir a este hospital.

Recuperación extraordinaria

Mi hermana menor me llevó a su casa. Es practicante de Falun Dafa y tiene un grupo de estudio de Fa en su casa. Como leían el Fa todas las noches, yo los escuchaba. Poco a poco, me convertí en practicante.

En unos 20 días, pude mover los pulgares. Poco a poco pude usar mis manos para sostener un bastón. Pude caminar sin muletas a los 28 días. Aunque me movía un poco despacio, decidí volver a casa.

Vivo en las montañas y ya era invierno, así que tenía que andar cuesta arriba para encontrar leña y traerla de vuelta para calentar la casa.

Nuestro hogar está a casi 0,5 km del invernadero. Podía ir en bicicleta porque era cuesta abajo. Pero cuando intentaba subir la colina, lo encontraba un poco difícil. Entonces me di cuenta de que pasaría por la casa de uno de los aldeanos que me había visto durante el accidente, esta persona pensó que yo jamás me recuperaría. Quise que vieran lo bien que me iba desde que practico Dafa. Con ese pensamiento, logré subir en bicicleta todo el camino cuesta arriba.

La gente que presenció mi recuperación pensó que era extraordinario.

Tribulaciones pasajeras

Unos años después, tuve algunas tribulaciones con mi familia. Mi hijo se divorció y luego le diagnosticaron cáncer. Cuando estaba al borde de la muerte, la pena de prisión de mi marido había terminado. Sin embargo, la oficina 610 local no lo liberó de inmediato. Para cuando finalmente llegó a casa, mi hijo había perdido el conocimiento. Murió poco después de dejarnos su hijo de 11 años y una deuda de casi 200.000 yuanes.

Yo estaba en una gran agonía y no podía salir de ella. Lloraba todo el tiempo. A veces, cuando sostenía los libros de Dafa, mis ojos se ponían llorosos. Más tarde, a través del estudio del Fa, los principios del Fa del Maestro Li (el fundador) disolvieron mi dolor, y me volví más alegre.

Cuando mi esposo salió de la cárcel, nos las arreglamos para cuidar de una docena de invernaderos de verduras. En pocos años, sufrimos una tremenda cantidad de dificultades y pagamos toda la deuda.

Una vez, cuando mi exnuera vino a visitar a su hijo, hablé con ella con la intención de que volviera a vivir con nosotros. Le prometí que la dejaría usar el mismo cuarto que ella y mi hijo habían usado antes de divorciarse.

Cuando se divorciaron, ella se llevó todos los muebles. Cuando decidió mudarse de nuevo, le conseguí un nuevo juego de muebles. También la ayudé a conseguir carbón para la calefacción hasta que se volvió a casar. No me importó que su nuevo marido se mudara a la misma habitación. Solo quería olvidar todo lo que había pasado en el pasado, ya que todo lo que me importaba era que mi nieto tuviera a su madre cerca para cuidar de él.

Cuando los aldeanos se enteraron de esto, sintieron que yo era muy tonta por preocuparme poco por mis propios intereses. Creo firmemente que hice lo correcto solo porque Dafa enseña a la gente a poner a los demás en primer lugar cuando hacen algo.