(Minghui.org) Leí las publicaciones impresas de Minghui en 2007. Recorté y compilé artículos relacionados con la cultura china tradicional y la inspiración divina. Me llamó la atención una sección titulada: "No te dejes engañar buscando la fama".

Alguien llamado Ye Tongshan se encargaba de distribuir los suministros del ejército, incluida los salarios de los soldados. Con el correr del tiempo se acabó acumulando una gran suma de dinero. Cuando abandonó su trabajo en el ejército se lo entregaron, pero se negó a aceptarlo.

Después de regresar a su ciudad natal, empezó a atravesar dificultades financieras. En una ocasión su sirviente desperdició un pescado. Al verlo se enojó. Encontrándose en aquella situación, su esposa le recordó que cuando se retiró del ejército no había aceptado esa gran suma de dinero, pero que ahora estaba armando un escándalo por una cosa diminuta. Sonrió al escuchar aquello.

La historia me hizo reflexionar: ¿No es así también la cultivación? ¿No deberíamos seguir el Fa, incluso en las cosas pequeñas? Por ejemplo, al principio de la persecución, el secretario del partido de mi unidad de trabajo me pasó un mensaje, en el que decía que si dejaba de practicar Falun Dafa podría volver a mi trabajo y recibir todo mi salario y los bonos que me habían retenido, lo cual representaba una importante suma de dinero.

Sonreí. Mi corazón no se movió.

Sin embargo, cuando hace poco fui a la tienda de comestibles me encontraba demasiado preocupado por las pequeñas ganancias o pérdidas. Incluso tomé una bolsa de plástico de más al pasar por la caja aunque almacenaba demasiadas bolsas de plástico en casa.

Al principio pensé que no había nada malo en actuar así, pero más tarde me di cuenta de que era mi apego al interés propio, persiguiendo pequeños beneficios y esperando no perder.

Eliminando los apegos relacionados con las cosas pequeñas

Decidí que había llegado la hora de eliminar mis apegos. Durante el proceso, me di cuenta de que tenía que recordarme constantemente que soy practicante de Dafa, porque en cuanto me relajaba un poco, volvía a cometer los mismos errores. La razón era que en lo más profundo de mi corazón, consideraba que estos temas eran demasiado triviales para preocuparme. Ya se habían convertido en mi segunda naturaleza, y si no prestaba atención me resultaría difícil eliminarlos. Para un practicante, perder el apego al interés propio es algo bueno.

Los practicantes usualmente podemos ver los asuntos grandes y significativos que obstaculizan nuestra cultivación, pero es fácil que descuidemos las cosas pequeñas. No hay asuntos triviales en la cultivación, y no podemos abandonarnos en cosas pequeñas.

No importa si se trata de un asunto pequeño o grande. Las claves son los apegos fundamentales a la fama, el egoísmo y el autoengaño que se encuentran detrás tanto de los asuntos grandes como de los pequeños. ¿Cómo podemos cultivarnos sin eliminar estos apegos?

Esto también puede manifestarse en nuestros asuntos familiares. Cuando uno se comporta como un practicante y mira hacia adentro incondicionalmente, su familia estará en armonía. De lo contrario, habrá peleas y discusiones. Una vez que un practicante se corrige, su ambiente mejorará. El proceso de corregirse es un proceso de cultivarse. Esa es la verdadera cultivación.

El Maestro enseñó:

"Pero tomas esas cosas pequeñas como si no fueran nada. La maldad perversa sabe aprovecharse de las brechas, muchos estudiantes incluso se fueron por pequeñeces, realmente por cosas muy pequeñas. Debido a que el xiulian es muy serio, es wu-lou (sin brechas), y por un largo periodo no te has cultivado, aunque sean pequeñeces, no les has prestado atención por un largo tiempo, entonces esto es un problema, por eso, mucha gente se fue por esto" (Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015).

Debemos prestar más atención a las pequeñas cosas y cultivarnos bien.

Motivaciones impuras

El artículo que leí también contenía otra historia: Una persona que había hecho muchas cosas buenas cuando estaba viva, terminó siendo enviada al inframundo para recibir su justo castigo al morir. El Rey del Infierno sacó el libro que contenía los detalles de lo que había hecho durante su vida. Las cosas buenas que hizo aparecieron listadas bajo los títulos "fama" o "interés personal". Esto demostraba claramente que no poseía pensamientos bondadosos ni buen corazón. Todas las buenas obras que hizo se vieron impulsadas por su búsqueda de fama o interés personal. Al escuchar aquello, se quedó sin nada que decir.

¿Cuántos de mis apegos he eliminado desde que empecé a practicar en 1995 hasta el día de hoy? Eliminé algunos pero otros incluso llegaron a agravarse. Algo que había hecho podía parecer magnífico en la superficie, pero en el fondo estaba lejos de serlo. El cambio en la superficie se escenificaba para mostrárselo a los demás pero, en realidad, mi corazón no cambiaba. Después de reflexionar sobre mi cultivación y reexaminar mi corazón, me di cuenta de que mis motivaciones no eran lo suficientemente puras, ya que un oculto y sucio egoísmo se entremezclaba con otros apegos.

El nuevo universo es altruista, y los practicantes tienen que cumplir con el estándar. 

El Maestro explicó:

"... para que así que obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo" (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance).

¡Qué lejos me encuentro de las expectativas del Maestro! En muchas ocasiones cuando mis apegos humanos aparecían, en lugar de eliminarlos inmediatamente, sencillamente los seguía permitiendo de esta manera que continuaran creciendo. Cuando mis compañeros practicantes me señalaban mis apegos, en vez de mirar rápidamente hacia adentro y eliminarlos, trataba de fingir que no existían, de justificar su existencia, de encubrirlos o simplemente no los reconocía.

A veces, reconocía mi problema en la superficie, mientras que en el fondo no lo hacía en absoluto. No me cultivaba ni miraba hacia adentro. Sin embargo, consideraba que hacía bien las tres cosas, e incluso mejor que los demás. Pero, me engañaba y también a los demás.

Tenía un apego al miedo. Me aterrorizaba aclarar la verdad a la gente cara a cara. Debería haber fortalecido mis pensamientos rectos, poner más esfuerzo en el estudio de Fa, vencer mi miedo y dar un paso adelante para continuar mejorando. Pero no lo hice, sino que decidí producir más materiales informativos de Dafa para evitar enfrentarme a mi apego al miedo.

Produje muchos materiales de aclaración de la verdad, como DVD, folletos, marcapáginas, calcomanías, tarjetas y diarios. Sin embargo, mi propósito y mis motivaciones no eran puros. Mi pensamiento inicial y mi pensamiento no se enfocaban en ayudar a que la gente conociera la verdad y se salvaran. En lugar de eso, solo pensaba en cómo repercutiría aquello en mi cultivación.

Recibí muchos elogios de otros practicantes. Al recordarlo me siento avergonzado. Hacía muchas cosas para buscar cumplidos.

La cultivación es cultivarse a uno mismo. Uno necesita soportar penurias y eliminar su yeli (karma). Uno necesita iluminarse y abandonar sus apegos a la fama, el interés personal y el sentimentalismo. Uno necesita observar cada uno de sus pensamientos y acciones.

El Maestro dijo: "cultivarse hasta que no quede un solo apego" (Cultivándose dentro del laberinto, Hong Yin)