(Minghui.org) Soy un practicante joven de Irán. Llevo cuatro años cultivándome en Falun Dafa. Recuerdo que cuando era adolescente, me sentía muy frustrado y deprimido cuando me encontraba en familia porque mi hermano mayor disfrutaba golpeándome y humillándome. No me permitía usar la computadora e incluso me hospitalizaron a causa de un derrame cerebral. Me sentía muy molesto, a menudo lloraba y le preguntaba a Dios cuál era el significado de la vida, e incluso a veces llegué a pensar en el suicidio.
Con el paso del tiempo, cosas como la meditación y la cultivación en lugares recónditos de las montañas fueron tomando forma en mi mente. Empecé a sentir interés cuando las veía en dibujos animados o películas. Me preguntaba: ¿Por qué estamos vivos? ¿Quién es Dios? ¿Cuál es el propósito de la vida?, y demás cuestiones sobre la muerte. A veces cuando observaba el mundo exterior desde mi ventana, recuerdo que surgían tales preguntas. Quería ir a las montañas y encontrar a aquellos que conocían el sentido de la vida, pero entonces me preguntaba: "¿Cómo podría abandonar a mi familia?”.
Me gustaba leer, así que empecé a leer libros espirituales en busca del significado y propósito de la vida. Leí libros sobre otros métodos, así como las obras de los grandes filósofos. Aunque los disfrutaba en ese momento, nunca me llevaron a comprender el significado de la vida.
Me reuní con un gran filósofo de Irán. Era muy famoso y a veces escuchaba sus conferencias. Cuando estaba en el auto con él, le pregunté: "¿Cuál es el propósito de la vida y por qué vivimos?”. Respondió que la vida es como un tablero de ajedrez: ¿Quieres jugar o no? Si no quieres, estás fuera del juego. Me resultaba extraño pensar que fuera así. ¿Cómo podía ser tan simple? Buscaba una respuesta mejor.
A medida que fui creciendo, estos pensamientos espirituales disminuyeron y los reemplacé por pensamientos ordinarios como los de cualquier otra persona. Pensaba en cosas como el dinero y las emociones humanas, pero cuanto más pensaba en esto, más derrotado me sentía. Cuanto más me dejaba influenciar por el mundo ordinario más problemas tenía que afrontar en mi vida. Buscaba ganar más dinero y anhelaba competir con otros. Debido al daño que había sufrido durante los conflictos cuando era joven, desarrollé una mentalidad competitiva, e incluso odio. También había desarrollado un gran interés por las cuestiones políticas, así que mi mente además estaba llena de tales pensamientos.
Aprendiendo Falun Dafa
Un día, cuando salí con mis amigos, uno mencionó que su padre meditaba temprano todas las mañanas en el parque.
Sabía algo de meditación y me interesaba practicarla, así que le pregunté cómo debía empezar. Después de algunos días fui al parque a aprender Falun Dafa. Todo fue genial. Me enseñaron los ejercicios de relajación al ritmo de la hermosa música, y todos los que estaban allí se comportaron de forma muy bondadosa.
Cuando leí Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, me sorprendió mucho que, por primera vez, logré encontrar las respuestas a muchas de mis preguntas en la vida.
Antes de empezar a practicar Falun Dafa, solía marearme a veces, como si tuviera la presión arterial baja y estuviera a punto de desmayarme. Era una sensación extraña y dolorosa. Aunque iba a que me examinaran al hospital, nunca encontraron nada malo. También fui al médico a que me realizaran un análisis de sangre, pero el resultado tampoco especificó nada. Por un tiempo, dejé de comer alimentos con mucha grasa. Aunque comía poca comida resistía mucho. Después de que comencé a practicar, estos síntomas desaparecieron, aunque no me di cuenta en ese momento. Fue más tarde cuando descubrí, sorprendido, el hecho de que estos síntomas habían desaparecido.
Durante los ejercicios, me sentía muy relajado y experimenté la sensación de tener la mente vacía. Dafa eliminó muchos de los síntomas de mi enfermedad, incluyendo arritmias y vértigos. Ahora podía relajarme mucho más que antes. Aunque mi madre me regañaba constantemente, ya no me importaba lo nerviosa y enojada que estuviera, siempre le respondía con calma.
No sé cómo habría sido mi vida si no me hubiera encontrado con Dafa. Mis problemas hallaron solución, cosas tales como la liberación sexual, el tabaquismo, el alcohol, las mentiras y muchas otras cosas.
He hecho todo lo posible para ser una mejor persona y más bondadosa. En el trabajo, a pesar de estar en una posición en la que puedo tratar de conseguir el ascenso y alcanzar cierta fama, he hecho todo lo posible por evitarlo.
He sido amable con mis colegas, quienes dicen: "Dondequiera que va, aporta bondad". Muchas veces mi propio trabajo se atrasa mientras ayudo a otros con sus tareas. Me reconocieron como el mejor empleado, lo cual se debe a que practico Dafa.
Los resultados de los exámenes médicos necesarios para desempeñar mi puesto demostraron que estaba más saludable que muchos de mis colegas de mi edad e incluso de los más jóvenes. Mi colega, que tiene 22 años —8 menos que yo—, tenía un problema de hígado y cálculos renales. De hecho, se puede decir que Dafa purificó mi cuerpo y mi mente.
Aclarar los hechos a los chinos
Después de leer los artículos del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa), entiendo la necesidad y urgencia de despertar a los seres conscientes, especialmente a los chinos que han sido envenenados.
El Maestro dijo:
“Los chinos, por la persecución en este último periodo, no tienen una buena apariencia, incluso sus apariencias son feas. Pero les digo a todos, adentro muy posiblemente está tu rey, vuestros reyes” (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa).
A menudo voy con otros practicantes a lugares donde hay chinos y tratamos de hablar con ellos siempre que nos es posible. Si no, les damos materiales informativos de Falun Dafa.
A través de leer artículos de intercambio de experiencias de practicantes en el sitio web de Minghui, me di cuenta de que es mejor hablar con la gente chino en lugar de darles solamente los materiales.
Primero empiezo a hablarles de cuestiones relacionadas con China, o de cómo los ha tratado el pueblo iraní. Luego les digo lo mucho que me gusta China y su rica cultura ancestral, y que conocí más sobre China a través de un gran libro. Cuando me preguntan por el nombre del libro, les digo que se llama Zhuan Falun y que este libro cambió mi visión de China.
También he notado que algunos chinos están tan envenenados que piensan que Falun Dafa es un establecimiento, o me preguntan cuánto dinero me pagan por distribuir los folletos. A veces les enseño el libro y les digo que estos ejercicios no están prohibido en mi país, y solo están prohibidos en China.
La importancia de hacer los ejercicios
Al principio de mi cultivación, practicaba los ejercicios con gran interés. Incluso durante el invierno, cuando nevaba, hacía los ejercicios en un parque del anfiteatro con otro practicante. A pesar de que nuestras manos se helaban y entumecían continuábamos haciendo los ejercicios y los disfrutábamos.
Los ejercicios eran verdaderamente relajantes y a veces incluso experimentaba un sueño muy profundo después de hacerlos. Mi cuerpo se fue purificando al hacer los ejercicios, lo cual me producía extraordinarias sensaciones. Pero con el paso del tiempo sumado a los cambios en mi estilo de vida —pasé de ser estudiante universitario a trabajador a tiempo parcial y estudiante—, me uní a otro sitio de práctica donde hacíamos los cinco ejercicios solo los fines de semana.
Me convertí en una persona muy tranquila capaz de arreglárselas en las diferentes situaciones y conflictos que surgían en el trabajo. Pero algún tiempo más tarde, mi ambiente de trabajo cambió y tenía poco tiempo para estudiar Dafa. Como resultado de este cambio, aparecieron problemas en mis condiciones de vida y no logré pasar algunas pruebas de xinxing.
Llegué a la conclusión de que debía priorizar el estudio de Fa, y hacer menos ejercicios cuando me faltaba tiempo. Con el paso del tiempo, debido a esta mentalidad, dejé de hacer los ejercicios por completo porque pensé que debía concentrarme en la mejora de mi xinxing, y que la práctica no producía ningún efecto en esta mejoría. Como resultado, rara vez hacía los ejercicios. Pero en vez de mejorar, me volví más débil en mi cultivación. En otras palabras, el debilitamiento de mi xinxing provocó que fuera perezoso al hacer los ejercicios también.
Las largas horas de trabajo y también el cansancio que me producía unido a las condiciones que atravesaba y que no había experimentado hasta entonces, derivaron en una falta de autocontrol tanto en mi ambiente familiar como laboral. Mi mentalidad había cambiado. Solo cuando recordé —después de leer un artículo de intercambio de experiencias en Minghui—, me di cuenta de que las circunstancias difíciles y complicadas eran algo bueno. El practicante que escribió el artículo se había dado cuenta de que, si se despertaba un poco antes, todo cambiaría.
Me di cuenta de que esta mentalidad de que los ejercicios no son importantes es errónea porque la práctica incluye aspectos en cuanto a mejora de nuestra mente y de la naturaleza de nuestro corazón, tales como la paciencia, la tolerancia y la resistencia, así como a deshacerse de la pereza, que son todos eficaces en nuestra mejora. Me di cuenta de que la pereza está relacionada con muchos otros aspectos de elevación del carácter moral, como la búsqueda de consuelo y lujuria.
Como resultado, me desperté más temprano en la mañana y comencé a hacer algunos de los ejercicios todos los días. Empecé con la práctica de un ejercicio, y después de eso, empecé a practicar durante 30 minutos y luego 45 minutos. Como resultado, mi mente se ha relajado más en el trabajo y tengo más energía cuando lo acabo para estudiar Dafa.
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