(Minghui.org) El primer día de julio de 2002 se convirtió en un día crucial tanto para mi como para mi familia.
Mi familia se enfrentaba a varias crisis. No solo existía tensión de pareja, entre mi marido y yo, sino que mi hijo también había contraído tuberculosis y mi hija no se llevaba bien conmigo. Sentía que nuestra familia estaba a punto de desmoronarse.
Me decidí a practicar Falun Dafa después de preguntarle a un colega —que llevaba practicando Falun Dafa durante dos años— si había alguien que no tuviera yeli (karma) y no tuviera que sufrir en esta vida. Incluso antes de que hablara, encontré la respuesta a mi propia pregunta: "No". De repente me di cuenta de que la gente viene precisamente a la tierra para sufrir y pagar su yeli (karma).
Entonces mi colega mencionó dos cosas que me sorprendieron: En primer lugar, no había tomado ningún medicamento desde que comenzara a practicar Falun Dafa. En segundo lugar, aunque había practicado el budismo durante más de 20 años, solo después de empezar a practicar Dafa experimentó una notable mejoría en su xinxing. Necesitaba esas dos cosas desesperadamente. Llevaba tomando medicamentos toda mi vida. ¡Estaba decidida a dejar de tomarlos y mejorar mi xinxing!
Así que decidí practicar Falun Dafa.
Le pedí a mi hija que también se uniera. Respondió: “Claro", sin hacer ninguna otra pregunta. También había estado escuchando las experiencias de cultivación de los practicantes que yo escuchaba de camino a la escuela.
Como mi hijo sufría de tuberculosis, accedió a practicar también. Luego mi marido también se unió.
El 1 de julio de 2002, fuimos juntos a un sitio de práctica. El asistente del sitio y algunos otros practicantes se mostraron muy amigables. Nos enseñaron los ejercicios y nos animaron a estudiar el Fa. Pronto no solo nos estábamos cultivando, sino que empezamos a hacer las tres cosas que el Maestro nos pide que cumplamos.
Cuando leí Zhuan Falun por primera vez, no obtuve mucho de la lectura de las primeras cien páginas. Una compañera practicante me animó a seguir leyéndolo y también a estudiar las demás enseñanzas del Maestro. Seguí leyendo Zhuan Falun, complementándolo con otras conferencias del Maestro. Mi comprensión del mundo entero ha cambiado. Encontré todas las respuestas a mis preguntas sobre la vida y el universo. Todos los días, después de llegar a casa del trabajo, lo primero que hacía era estudiar el Fa. Leí todos las escrituras del Maestro en un mes.
Toda mi familia se volvió más saludable. Solía visitar el hospital con tanta frecuencia que un amigo bromeaba diciendo: "Tu cuerpo está en tan mal estado que deberíamos dejar que el camión de la basura se lo llevara". Todas mis enfermedades desaparecieron después de que empecé a practicar Dafa. La tuberculosis de mi hijo se curó en un par de meses. Las graves alergias de mi hija que la ciencia moderna no podía curar, desaparecieron. Durante toda su vida solo podía respirar por un orificio nasal y pensó que eso era normal. Después de practicar Falun Dafa, ¡descubrió que la gente normal respira por las dos fosas nasales!
A raíz de aquella experiencia, entendimos la enseñanza del Maestro:
“Si se dejara que los seres humanos no sufrieran ninguna enfermedad y pasaran la vida cómodamente, aunque te ofrecieran la posibilidad de ser una deidad, ni irías. Sin enfermedades ni penurias y teniendo cualquier cosa que se deseara, qué bueno sería esto, de verdad sería un mundo de deidades. Pero te volviste malo y caíste hasta este paso, por eso no vas a estar cómodo” (Segunda Lección, Suming tong gongneng, Zhuan Falun).
Nunca hemos visitado a un médico o tomado algún medicamento durante los 15 años que llevamos cultivándonos. Solo hacemos uso de nuestras tarjetas de seguro médico para realizarnos limpiezas dentales. Escribí un artículo en 2010 titulado, "La Oficina Nacional de la Seguridad Social debería dar un premio a los practicantes de Falun Dafa". En realidad, deberían darle el premio a nuestro Maestro, el Sr. Li Hongzhi.
Además de la buena salud, mi temperamento mejoró. Solía pelear a menudo con mi marido. Poco a poco, las peleas se convirtieron en pequeñas discusiones hasta que, finalmente, pude manejar con calma cualquier conflicto y dejé de sentirme enojada o resentida, no tenía que contener las lágrimas. La relación con mi hija cambió y han dejado de ser tensas. Solía criticarla mucho, y por eso me evitaba. Ahora nos sentamos en la mesa del comedor y compartimos experiencias de cultivación.
El momento más agradable para nosotros es cuando estudiamos el Fa y compartimos entendimientos juntos. Ya no discutimos entre nosotros. Hemos aprendido a seguir el Fa y a buscar en nuestro corazón los defectos cuando surgen conflictos. Eso soluciona el problema rápidamente.
Me siento tan afortunada de haber encontrado el camino de mi vida. Es difícil describir mis sentimientos con meras palabras. Cuando escribía una carta para animar a una persona mayor a practicar Falun Dafa, mi hijo me dijo que se sentía afortunado de haber tenido tuberculosis, porque lo había conducido a Dafa. Mi hija solo tenía 18 años; pensé que le resultaría difícil entender algunos de los significados profundos de las escrituras del Maestro. Pero justo después de empezar a leer el libro, dijo que había encontrado la cosa más importante de su vida.
Un practicante me dijo: "Tu familia es la más afortunada del mundo. Escuché que todos aprendieron la práctica juntos. ¡Es maravilloso!".
Apreciamos nuestra buena fortuna y continuaremos siendo diligentes en la cultivación.
¡Muchas gracias, Benevolente y Venerable Shifu!
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Categoría: Beneficios para la salud