(Minghui.org) Aunque tengo más de 80 años, aún soy capaz de hacer el trabajo de la granja y cargar cosas pesadas. No hay casi nada que no pueda hacer, y mis hijos no se preocupan por mí.
Antes que comenzara a practicar Falun Dafa, tenía varias enfermedades: el útero cubierto de grandes tumores y parecía embarazada, un serio problema cardíaco y me quedaba sin aliento cuando me esforzaba en hacer algo. La vesícula biliar estaba muy inflamada, me dolía mucho y no podía moverme. La nefritis ocasionó que mi cuerpo se hinchara. Las piernas pesaban como plomo y apenas podía caminar. Los problemas de salud me atormentaron y quedé postrada en la cama. Gasté mucho dinero en tratamientos médicos, pero nada me ayudó. Por el contrario, me sentí peor.
En 1998 fui muy afortunada cuando comencé a practicar Falun Dafa. Todas mis enfermedades pronto desaparecieron, y es sorprendente lo saludable que estoy.
Me gustaría compartir dos historias,
Oficial de policía se electrocuta con una picana eléctrica
En 1999 el exlíder del partido comunista chino Jiang Zemin comenzó la persecución a Falun Dafa. Me beneficié mucho de la práctica, por lo que sabía que tenía que hablar y defenderla. Fui a Beijing y colgué en la Plaza de Tiananmen un cartel que decía “Falun Dafa es bueno”. Cuando un policía me dijo que maldijera al Maestro, me negué. Luego me llevaron en una patrulla policial. Al día siguiente, me trasladaron a una comisaría en mi ciudad natal.
Estaba esposada junto a otra practicante. Un joven policía sostenía una picana eléctrica y trató de hacer una descarga en mi cabeza. No tuve miedo y pensé en el Maestro. De repente el agente puso la picana sobre su propia cabeza, no podía moverse ni bajarla. Se lo veía muy descompuesto.
Estaba inmóvil. Aunque era invierno, la cara le sudaba. Después de veinte minutos muy lentamente se dirigió a una cama. El comisario vino y preguntó qué había sucedido. El joven dijo: “Cuando traté de hacerle una descarga a la anciana, me la provoqué sobre mi cabeza”.
Mi esposo llora
Mi esposo creyó las mentiras del partido comunista y quiso que dejara de practicar Falun Dafa. Un día, tomó una canasta y me golpeó con fuerza. Mientras estaba sentada sangrando y llorando, mi marido gritó: “¡Deja de llorar! ¡Mira mi mano! ¡Fui castigado por golpearte!”.
Su mano se estaba inflamando ante nuestros ojos. Crecía y crecía y se cubrió con grandes ampollas, como si se hubiera quemado. Estaba asustado y pidió que lo ayude.
Dejé de llorar, y fue mi marido quien comenzó a hacerlo. Le manifesté: “No necesitas hacer nada. Solo admite que estás equivocado”. Se calmó y fue a dormir con la mano lastimada.
Cuando fui a examinarlo, las ampollas ya no estaban y su piel lucía suave. Ni siquiera podía decir dónde habían estado las quemaduras.
Después de este incidente, mi esposo dejó de objetar que hiciera los ejercicios o estudiara los libros. Mi nuera le preguntó: “Papá, mamá dijo que tenías ampollas en tus manos después que la golpeaste. ¿Es verdad?”.
Asintió con la cabeza y dijo: “Es verdad. No sentí ningún dolor, pero realmente me asusté”.
Muchas culturas todavía mantienen la creencia tradicional que el bien es recompensado mientras que el mal es castigado. Podemos aconsejar a aquellos que aún están persiguiendo a los practicantes que no escuchen la propaganda del partido comunista y se detengan en sus crímenes.
Falun Dafa es realmente increíble. Estoy muy agradecida al Maestro Li Hongzhi, su Fundador, por salvar mi vida.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa