(Minghui.org) Un día salí a aclarar la verdad, y un policía vestido de civil me siguió y me arrestó. Fui sentenciada a prisión por un año. Una vez cumplida la condena, quedé en libertad el 6 de septiembre de 2018.

Algunos practicantes querían conocer mi experiencia en el centro de detención. Después de escucharme, me animaron a escribir mi experiencia para compartirla en el Fahui de China en Minghui.

Ocupada en salvar a seres conscientes

Fui recluida en el pabellón n.º 9. Las internas que estaban allí no eran amables conmigo. Una reclusa me causó problemas y me amenazó desde el primer día. "Si sigues siendo obstinada, te condenarán a diez años de prisión", me dijo. "¿Seguirás practicando Falun Dafa?". Dije que sí.

Había aproximadamente unas 20 internas. Pensé: "Estoy aquí retenida y he perdido el ambiente para salvar a los seres conscientes. Sin embargo, estas personas están esperando aquí para ser salvadas y tenemos una relación predestinada ya que nos hemos encontrado en este lugar. No puedo perder esta oportunidad". Así que me acerqué a ellas con esta intención.

Me propuse comportarme como una practicante de Falun Dafa a cada momento y ser considerada con las demás. Por ejemplo, todos los días comíamos huevos y yo elegía el que estaba roto. También elegía el trabajo sucio y pesado que las demás no querían hacer.

Como consecuencia de mis esfuerzos, las otras reclusas gradualmente se fueron acercando a mí. Les aclaré la verdad y las convencí de que renunciaran al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Al poco tiempo la mayoría de ellas habían abandonado el PCCh, pero algunas aún no estaban dispuestas a hacerlo. No me di por vencida con las que no me creían. Encontraría la oportunidad de hablar con ellas más tarde.

He aquí algunos ejemplos:

Había una traficante de drogas llamada Xiaomou. Fue sentenciada a pena de muerte en su primer juicio. Apeló y todos los días vivía atormentada por el resultado. Tal vez no le quedaba mucho tiempo en este mundo, y la posibilidad de que sea salvada era escasa. No dejaría que se arrepintiera, así que presté especial atención a aclararle la verdad. Poco a poco comenzó a creer en Dafa.

"Dijiste que sería bendecida si decía: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. De qué le sirve a alguien que ha sido condenada a pena de muerte", preguntó un día.

Le conté algunas historias de gente que creía en Dafa pero que habían fallecido. "Aunque sus vidas habían terminado, hicieron conexiones con Dafa antes de morir", le dije. "Fueron muy afortunados, y mientras recites sinceramente esas palabras, podrán ocurrir milagros", dije.

"Quiero expresarlo en voz alta", dijo Xiaomou de repente un día.

"¿Qué es lo que te preocupa con una pena de muerte sobre ti?", dije.

Entonces gritó "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". A continuación dijo: "Hagamos los ejercicios de Falun Dafa".

Su fuerte voz sorprendió a los guardias de la prisión. La supervisora a cargo corrió y quiso castigar a todas las internas obligándonos a permanecer de pie.

Una oficial vino a interrogarla un día. Le informarían sobre el resultado del segundo juicio. Xiaomou estaba asustada. El guardia dijo que eran buenas noticias y se la llevaron para interrogarla.

Cuando regresó, dijo que las pruebas no eran suficientes y que estaba a salvo por ahora. Aunque no hubo una decisión final, había esperanza para Xiaomou.

Había una joven reclusa, llamada Ling. Ella no creyó en nada de lo que conté sobre Dafa. Más tarde fue trasladada a otra celda. Después de que me sentenciaron y me trasladaron a otra celda, me volví a encontrar con ella allí. Estaba sorprendida y feliz de verla.

"Ling, ¿sabes por qué nos hemos vuelto a ver?", le pregunté. "Nuestro Maestro no quiere abandonarte".

A continuación le recité "Mi corazón es tan vasto como el océano", una de las canciones del Maestro:

“Mi corazón es tan vasto como el océano
Todo bajo el cielo azul es mi escenario
Asistir al Maestro para salvar a los seres es mi promesa
Difundir la verdad es el arreglo de los Dioses
El suave rocío salpica por toda la tierra, cabañas y palacios
Los eones de espera no han sido en vano

El creador ya ha venido
En medio de las dificultades, los discípulos de Dafa están salvando a los seres con todo su poder
Los locos están al borde del acantilado
Aunque la injusticia que sufrimos permanece
Lo que la marea roja eleva son los héroes de este tiempo
Ya que están caminando hacia un futuro divino”.
(Hong Yin IV) (Traducción provisional)

Se conmovió al oírlo. "Te creo", dijo ella. "Ayúdame a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas".

A menudo hay otras personas que no creen. Otra reclusa, Laotan, no creía. Se reía de mí. "Dijiste que tu Maestro es bueno, así que ¿por qué sigues aquí?".

"Es un problema de mi cultivación personal y por eso soy perseguida. Sin la protección del Maestro, ni siquiera sé dónde estaría", dije.

Aunque su actitud hacia Dafa cambió con el tiempo, no abandonó al PCCh. Todavía me siento arrepentida por ella.

Si bien podría salvar a más personas estando fuera de la prisión, la oportunidad era muy limitada para aquellos que estaban en prisión. Estoy contenta haber podido llevarles información sobre Dafa. Dondequiera que iba, era un lugar para salvar a los seres conscientes y difundir Dafa a los seres de allí.

Mirando hacia adentro, rechace firmemente la persecución

Comencé a practicar en la primavera de 1999. Poco después comenzó la persecución. He sido acosada, arrestada, sentenciada a un campo de trabajo y condenada a prisión. He estado encarcelada por más de seis años en total.

Desde el 2011 he estudiado el Fa con más frecuencia y no he sido perseguida en estos años. Cuando miro hacia adentro y observo la persecución que he sufrido, me doy cuenta de que fue debido a mis apegos.

Por ejemplo, tenía un apego tan fuerte a la ostentación y al orgullo que no era racional. Un ejemplo específico fue cuando me arrestaron. Había planificado hace tiempo con otro practicante para salir a aclarar la verdad. Pero estaba demasiado apegada a la fama para darme cuenta de que la policía ya me había estado vigilando. El otro practicante no llegó a nuestro lugar de encuentro. Allí me arrestaron.

Durante mis anteriores detenciones, no lo hice bien. En los primeros días, por ejemplo, fui "transformada".

Debido a que no había negado completamente la persecución, a menudo hice concesiones. Entonces tomé la decisión de tener pensamientos rectos más fuertes y no transigir más.

Me negué a memorizar los reglamentos de la prisión y no hice los simulacros requeridos. La guardia a cargo se enteró y vino a verme. "Es inútil negarse", dijo. "Todo el mundo tiene que memorizarlos. Solo quieres causar problemas".

"No he cometido ningún crimen", dije. "Soy una buena persona que sigue los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. No debería estar aquí, no es para molestarte".

"Si persistes en ello, tendrás que hacer la limpieza durante dos meses", dijo enfadada. "Eso significa limpiar todo lo que hay en el pabellón". No discutí con ella cuando se enojó. Prefería limpiar antes que memorizar las reglas.

La guardia discutió con otros sobre cómo obligarme a hacerlo al día siguiente. Entonces decidió cancelar mi castigo y no hacerme memorizar las reglas.

Cada mes se seleccionaba a dos reclusas para que hicieran un examen del reglamento. Fui seleccionada una vez. La guardia sabía que yo no las conocía y, en consecuencia, que todos los reclusos serían castigados.

Habló con otra guardia que vino a comprobar nuestro progreso.

"Ella es practicante de Falun Dafa y no memoriza las reglas", dijo. "¿Debería someterse a la prueba?". Más tarde acordaron que otras reclusas hicieran el examen. Después de eso, ya no me pidieron que memorizara las reglas.

Durante todo el proceso me negué a firmar, dar mis huellas dactilares o "confesar". Negué la persecución por completo.

Cuando llegó el momento de regresar a casa el 6 de septiembre de 2018, me dije que no firmaría el documento de liberación. Después de cambiarme de ropa, vi el documento de liberación en el escritorio.

"No firmaré nada", dije.

"Tienes que firmar. De lo contrario, vuelve y ponte tu uniforme", dijo el guardia.

Me quedé callada y envié pensamientos rectos. Entonces vino el supervisor y el guardia de servicio le preguntó: "¿Qué debemos hacer?".

"Si no quiere firmar, déjala ir. Solo escribe, 'se niega a firmar'", dijo el supervisor.

De esta manera, pude salir del centro de detención donde estuve recluida durante 365 días.

A veces, mientras estaba en prisión, no podía calmarme ni memorizar el Fa. Ahora pienso claramente y reflexiono sobre los grandes versos del Maestro:

Una visita a la Laguna Sol-Luna

“Laguna de agua clara,
neblinas y rosadas nubes reflejan el destello de luces;
estando en el mundo caótico,
difícil es ser una belleza solitaria”.
(Hong Yin)

Durante los últimos veinte años, he tropezado una y otra vez. Sin embargo, el Maestro me ha cuidado y no se ha dado por vencido a pesar de mi pobre cualidad de iluminación. Cuando estaba confundida, el Maestro me alentaba; cuando no podía soportarlo, el Maestro me protegió.

Cualesquiera que sean las tribulaciones por las que he pasado, cuando pienso en el Maestro, siento que mi corazón se llena de un poder infinito, sin embargo, me encuentro sin palabras para agradecer al Maestro por Su infinita misericordia.