Soy una obrera jubilada de 53 años. Empecé a practicar Falun Dafa en 1996. Durante años, mi apodo fue "canasta de medicinas". Estaba permanentemente enferma, sin importar que tratamientos occidentales o medicinas chinas me administrara. Lo intenté todo, pero nada me ayudó. Apenas tenía 30 años, y ya me sentía como una persona de 60 años. Cada día luchaba por sobrevivir.

Justo cuando todo parecía perdido, encontré Falun Dafa. El año 1996 resultó ser un año inolvidable. Una practicante de Falun Dafa me invitó a su casa para ver las grabaciones de las conferencias del Maestro Li (fundador de Falun Dafa). Mi hermana mayor tuvo que acompañarme porque apenas podía caminar. Aunque en su casa hacía calor, sentía mucho frío; mis piernas parecían témpanos de hielo. Pese a que me cubrí las rodillas con mi chaqueta, el frío que parecía emitir mi cuerpo no se detuvo.

Me sorprendieron los cambios tan positivos que experimenté mientras veía las conferencias así que empecé a practicar Falun Dafa. ¡Me sentí como si tuviera veinte años! ¡La sensación de haber recobrado la salud era tan maravillosa! Me sentía tan emocionada que no encontraba palabras para expresar mi gratitud al Maestro.

Finalmente entendí qué significa ser una buena persona

Un día, cuando fui al mercado a comprar verduras, un coche chocó contra la parte trasera de mi automóvil. Estaba a punto de gritarle al conductor cuando recordé que soy practicante de Dafa. Pensando en lo que el Maestro enseña acerca de considerar primero a los demás, entonces le dije al conductor: "Tiene suerte de haber chocado conmigo. Practico Falun Dafa y no le demandaré. Por favor, recuerde estas palabras: "Falun Dafa es bueno" "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

El conductor respondió: "¿No quiere ir al hospital a que le revisen?". Le contesté: "No es necesario". Le conté que un gran número de chinos han renunciado al partido comunista chino (PCCh), y le sugerí que lo hiciera.

Me dio las gracias y me comentó: "Soy miembro del partido. ¿Puede ayudarme a retirarme del PCCh?". Le sugerí que se informara más en profundidad sobre Falun Dafa y la persecución para alcanzar una mayor comprensión del tema. Se ofreció arreglarme uno de mis zapatos que se había roto durante el accidente. Le di las gracias y le dije que no era necesario.

Volví a casa con uno de mis pies descalzo. No me molestó hasta que fui a trabajar esa misma tarde. En ese momento, mi pie se había hinchado tanto que no conseguí ponerme el zapato. No solo no podía permanecer de pie sino que se convirtió en algo tan insoportable que tuve que llamar al jefe de sección para pedirle la noche libre.

Cuando dos de mis compañeras vinieron a verme, se sorprendieron al verme el pie. Les conté lo que había pasado. Me instaron a ir al hospital para que comprobar si se trataba de una fractura. Les dije rotundamente que no iría y que al día siguiente iba a trabajar.

En la fábrica donde trabajo hay dos turnos, cada uno de 12 horas. Ya que trabajaba en la línea de montaje tenía que estar de pie. Al día siguiente, me puse un zapato de una talla de pie más grande, y me dirigí al trabajo. Estuve de pie durante 12 horas, no sentí ningún dolor y mi pierna ni siquiera se hinchó. Sabía que el Maestro me estaba ayudando.

Mis compañeros de trabajo se quedaron muy impresionados y dijeron que Falun Dafa es extraordinario. Entonces, les hablé de Falun Dafa, de cómo está siendo perseguido, y les ayudé a abandonar el PCCh. Una de ellas me pidió que ayudara a sus suegros también. Acepté, pero le dije que debía obtener su consentimiento.

Después de haber sido testigo de cómo pude volver al trabajo, mi jefe de sección me pidió que le ayudara a renunciar al PCCh. Uno de mis compañeros dijo: "Falun Dafa es tan grandioso. ¿Puedo donar 10 yuanes para ayudar?". Le respondí que no aceptamos donaciones pero que si creía en la bondad de Falun Dafa obtendría un gran futuro. Otro colega, también me buscó y me pidió que le ayudara a abandonar el PCCh.

El Maestro está a mi lado

Después de jubilarme en 2008, me concentré más en la cultivación. Normalmente salgo todas las mañanas para aclarar la verdad y ayudar a la gente a renunciar el PCCh. Estudio el Fa por las tardes.

Un día después de regresar a casa, preparé un poco de agua caliente usando un termo viejo. Cuando intenté verter el agua hirviendo en un termo nuevo, el mango del viejo se rompió. El agua caliente hervida y los trozos de termo rotos se derramaron sobre mis pies. Me caí al suelo.

Mi hijo me ayudó a levantarme y me llevó al baño. Mis pies quedaron cubiertos con fragmentos del termo roto. Pensé: Las viejas fuerzas están tratando de impedir que hable a la gente sobre Falun Dafa; tratan de perseguirme. Me negué a dejar que aquello ocurriera.

Cuando mi marido llegó a casa me preguntó si estaba bien. Le aseguré que estaba bien. Esa tarde, fui al estudio grupal del Fa. Cuando les dije a los demás lo que había pasado, me dijeron que podría haberme quemado gravemente si no hubiera sido practicante. Sin embargo, como no tenía ampollas ni otras lesiones, mi esposo no creía que el accidente hubiera ocurrido. Me dijo: "¿Cómo es que ni siquiera tienes un corte o una ampolla?". Le respondí: "Falun Dafa es increíble. ¿Realmente necesitas ver una ampolla antes de creerme?". Esa noche, una ampolla del tamaño de mi pulgar apareció y lo llamé para ver. Se maravilló de mi experiencia.

Cosas increíbles suceden cuando mi corazón está en el Fa

Un día, cuando salí a hablar con la gente, vi un hombre que intentaba arrancar su triciclo motorizado. Sudaba mientras intentaba arrancar el motor una y otra vez. Parecía como si estuviera llegando al límite, completamente extenuado.

Quería hablarle sobre la persecución, pero como parecía muy frustrado pensé que no me escucharía. Así que me acerqué, puse mis manos en las asas de su triciclo y le di un empujón. Mientras empujaba, le pedí al Maestro que me ayudara para que pudiera hablar con él. Tan pronto como tuve este pensamiento, el motor se puso en marcha de repente. Él se puso muy contento.

Quería estrecharme la mano, pero estaban sucias. Así que no paraba de decir: "¡Gracias! ¡Gracias, hermana mayor! ¡Parece que usted tiene algunas habilidades mecánicas!".

Le respondí: "No sé nada de máquinas. Practico Falun Dafa y le pedí a mi Maestro que le ayudara en su nombre. No me lo agradezca a mí. Por favor, dale las gracias a mi Maestro".

Vino a mi mente el poema de Maestro:

"Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo" (Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)).

Le dije: "No importa en qué situación se encuentre, recuerde: 'Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' y estará bien". Me escuchó atentamente mientras le hablaba de la persecución. También renunció al PCCh.