(Minghui.org) El 21 de mayo de 2002, fui arrestado por la policía y me llevaron a un centro de detención en la ciudad de Gongzhuling, provincia de Jilin. Funcionarios corruptos me maltrataron allí y sufrí enfermedades severas. Después de llegar a estar extenuado y muriendo, el centro de detención notificó a mi familia. La policía me llevó esposado al hospital para ser examinado. 

El resultado de la examinación fue que sufría de nueve enfermedades graves, incluyendo cáncer rectal avanzado, cirrosis hepática avanzada, necrosis renal, diabetes y colecistitis. El hospital local en la ciudad de Gongzhuling no podía manejar mi caso, así que fui trasladado a un hospital en la capital de la provincia. Ahí los médicos dijeron que esas enfermedades no podían ser curadas y que mi condición era tal, que solo se podía mantenerme temporalmente. Le dijeron a mi hijo: "Será mejor que estés preparado para su muerte". Aún en estas condiciones, la policía me condenó a tres años más en un campo de trabajo forzado. Engañaron a mi familia para que firmara con mi nombre, la lista del campo de trabajo y otros documentos. Por este medio declaro que nada de lo que firmaron mis familiares en mi nombre es válido.

Todos mis familiares vinieron al hospital, ya que sintieron que esta sería la última oportunidad de verme. Algunos familiares dijeron: "Organizaremos el funeral. Solo te queda poco tiempo”. Les dije: “Soy practicante de Falun Dafa. Tengo al Maestro y a Dafa. No se preocupen por mí. Estaré bien”. Me sentía muy tranquilo por dentro, y siempre sonreía. Solicité que me dieran de alta en el hospital, pero los médicos no lo entendieron y no accedieron. De todos modos me fui a casa, esquivando los procedimientos de alta hospitalaria. Me habían llevado cargando del hospital, pero una vez que llegué a casa, en pocos días pude levantarme.

Al principio solo podía sentarme por cinco minutos, así que me sentaba y leía los libros de Falun Dafa por cinco minutos. Nunca leí el libro cuando estaba acostado. Pronto, pude sentarme en una silla y leer durante diez minutos, veinte minutos y, finalmente, durante una hora. 

No podía pararme firmemente sobre mis pies cuando empecé a hacer nuevamente los ejercicios de Falun Dafa, pero persistí en el intento. Esto fue así especialmente cuando intenté hacer el cuarto ejercicio, ya que no podía inclinarme. Cuando me agachaba, no podía levantarme de nuevo, pero seguí practicando. 

Necesitaba que dos personas me ayudaran a ir al baño. De uno me colgaba por el frente mientras el otro me sostenía la espalda para que pudiera evacuar. Hice mi mejor esfuerzo para hacer lo que pudiera, manteniendo la actitud: "Soy un practicante de Dafa, y nada puede detenerme". Falun Dafa demostró su poder en mí. En solo diez días pude volver a cuidarme solo. Pude doblar mi colcha, lavarme la cara, comer e ir al baño solo. Mis familiares y vecinos pensaron que era increíble.

Un mes después, mi esposa me pidió que fuera a examinarme al hospital. Fui al hospital para que ella se sintiera aliviada de su preocupación. Los resultados del examen mostraron que tenía cirrosis hepática avanzada todavía. Consolé a mi esposa cuando llegamos a casa: "No te preocupes, fui cargado al hospital la última vez, pero esta vez puedo caminar hasta allí. ¿No ha demostrado eso el poder de Dafa?”. 

Después de otras dos semanas, me había recuperado casi por completo. Regresé a mi ciudad natal. La gente del pueblo apenas podía creer lo que veían cuando vieron en mí a una persona sana. Todos sintieron que Dafa era maravilloso. Les conté cómo yo y otros practicantes fuimos perseguidos muy severamente, y les di algunos materiales informativos y DVD. Caminé de un pueblo a otro. Contaba mi maravillosa historia cada vez que me encontraba con alguien, ya fuera un ganadero, un pastor, un transeúnte o un agricultor. 

Muchas personas que al principio no me entendieron llegaron a comprender que Falun Dafa es bueno. Algunas personas se acercaron para aprender la verdad sobre Falun Dafa, otras pidieron libros y otras dijeron que también practicarían Falun Dafa en el futuro. 

Cuatro meses después, volví al hospital para explicarles la verdad a los médicos y enfermeras. El doctor que estaba a cargo de mi caso quedó estupefacto al verme. Expresó incredulidad sobre mi recuperación y pensó que debía haber diagnosticado mal mi enfermedad. Le dije: "¿Cómo es posible que hayas diagnosticado erróneamente todas esas enfermedades? No, no diagnosticaste mal. Me recuperé practicando Falun Dafa". Ellos sentían que era muy misterioso, así que les aclaré los hechos. "Lo que han dicho sobre Falun Dafa en la televisión son mentiras. La autoinmolación en la Plaza de Tiananmen es una mentira. Fue una escenificación para incriminar a Falun Dafa para lograr que la gente odiara a Falun Dafa”. 

También les dije: "Falun Dafa hace mucho bien a la salud de las personas. Quien quiera que practique Falun Dafa se beneficia. No crean esas mentiras. Tienen que recordar que Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Cuando me fui el doctor me acompañó a las escaleras.

Nota del editor: 

Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa
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