(Minghui.org) Solía tener un temperamento fuerte. Aunque mejoró con el tiempo, todavía explotaba con demasiada frecuencia. Por eso, como practicante veterano, que ha cultivado Dafa durante más de 20 años, me sentía avergonzado.

¿Cómo podía perder mi temperamento así? Tras estudiar el Fa una y otra vez, me di cuenta de que tener mal temperamento era un problema de xinxing. Sin embargo, controlar mi temperamento por el simple hecho de controlarlo tampoco resolvería el problema fundamental.

El Maestro nos enseñó:

"En la práctica de cultivación, no estás haciendo progresos reales y verdaderos por tu propia cuenta, los cuales traerían grandes cambios esenciales en tu interior. En cambio, te apoyas en mi poder y en la ayuda de los fuertes factores externos para efectuarlo. Esto nunca podrá transformar tu naturaleza humana en naturaleza fo" (Palabras de advertencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

"... espero que todos, en vuestro futuro xiulian, se consideren a sí mismos personas que refinan gong y sigan haciendo el xiulian verdaderamente.¡Deseo que todos los estudiantes, nuevos y veteranos, puedan realizar el xiulian en Dafa y que todos puedan completar el gong y alcanzar la Perfección! Espero que después de regresar a casa todos aprovechen bien el tiempo para cultivarse concretamente" (Novena LecciónZhuan Falun).

Me determiné a cultivarme diligentemente en el futuro.

Los practicantes no persiguen fama ni ganancia personal

En vísperas del año nuevo de 2018, presenté una obra caligráfica a la academia local de caligrafía y pintura de la tercera edad, pensando que sería seleccionada para la exposición final debido a la calidad de mi pieza.

Los coordinadores de la exposición me notificaron que mi trabajo no estaba en la lista final debido a un error tipográfico en un caracter. Le pregunté por qué nadie me lo había dicho antes y así lo hubiera podido corregir.

El coordinador me remitió a la persona encargada, quien me dijo: "Todos los trabajos seleccionados han sido enviados para su procesamiento y enmarcado. No teníamos tiempo que perder, así que no se lo notificamos". Al oír eso, perdí los estribos y respondí: "Cuando estaba a cargo en el pasado, siempre devolvíamos las piezas no seleccionadas a los autores y les dábamos la oportunidad de modificarlas o corregirlas". Al final, el suceso llegó a oídos del subdirector ejecutivo del club quien aceptó incluir mi trabajo en la exposición después de que realicé la modificación.

“¿Quería esto realmente?”. Me pregunté luego de calmarme, hice esto para los practicantes de Dafa, nada con lo que nos encontramos es por accidente. Reflexioné: “¿Por qué perdí los estribos hoy? ¿Es porque mi trabajo no fue elegido para la exposición? ¿Por qué me molestaba no estar en la exposición? ¿Es porque creía que la calidad de mi caligrafía era bastante buena?”.

Esto me hizo darme cuenta que mi apego a la fama y a la vanidad eran la raíz del problema. Como practicante, ¿Cómo podía perseguir fama y vanidad? Llamé al encargado enseguida para decirle que había decidido no participar en la exposición y decliné su amable oferta.

Se sorprendió de mi decisión y declaró: "Otros se enfadarían solo porque sus obras no se exhiban en algún lugar privilegiado de la exposición. En cambio usted, ni siquiera culpa a un empleado que cometió un error. ¿Por qué?". Le conté que, como practicante de Dafa, no debía buscar la fama ni ganancia personal, y que debía ser considerado con los demás en lugar de causarles problemas. Como todas las piezas de caligrafía habían sido enviadas, no quería molestar al secretario para que me concedieran algún tipo de trato especial.

Me felicitó por ser comprensivo y tener una mente amplia. Cuando otros miembros del club escucharon hablar sobre el incidente, dijeron: “La mayoría de nosotros persigue fama y ganancia personal. Los practicantes de Falun Dafa son verdaderamente diferentes en este aspecto”.

Dejando el egoísmo y las nociones humanas

Mi hija mayor comenzó a practicar Dafa casi al mismo tiempo que yo. Debido a que su marido y sus suegros se oponían a que practicara Dafa, comenzó a tener problemas en casa. No importa lo mucho que intentáramos razonar con ellos, no querían escuchar. Las cosas empeoraron después de que la persecución comenzó en julio de 1999.

Siempre que había noticias negativas sobre Falun Dafa, sus compañeras de trabajo se asustaban y volvían a insistir en que tenía que dejar de practicar. Como se negaba en redondo, sus colegas traían las disputas a mi casa. Siempre les hablaba sobre Dafa y cómo los practicantes se convierten en buenas personas. Decían que mi hija era una buena persona, pero que simplemente no querían que practicara Dafa.

Un día en una reunión familiar, su esposo perdió el temperamento y comenzó una furibunda diatriba. Me acusó de ser una mala influencia para mi hija y me culpabilizaron de los problemas que padecía su familia. ¿Cómo podía digerir tal insulto? Le grité: "¡Eres un mocoso desagradecido!". Se sorprendió y no pronunció ni una palabra más. Todos se callaron de repente creándose cierta disensión.

Después, me arrepentí mucho de no haber elevado mi xinxing y de haber vuelto a perder los estribos. ¿Qué hice mal esta vez? A nivel superficial, yo estaba tratando de defender a Dafa y a mi hija. Después de recapacitar profundamente, me di cuenta de que la raíz se encontraba en mi egoísmo y en mi deseo de defenderme.

El Maestro nos enseñó:

“Pero generalmente cuando viene un conflicto, si a uno no lo irrita hasta lo profundo del corazón, no vale, no sirve para elevarse” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

De hecho es así. Luego de ver mis apegos, mejorar mi xinxing, dejar mis nociones humanas, y mirar las cosas con compasión, finalmente pude tratar a mi yerno y a su familia sin sentir ningún tipo de resentimiento o indignación. Solo buscaba que pudieran entender el efecto nocivo de la propaganda del partido comunista chino (PCCh) y sus mentiras.

Pasando la prueba

Mi esposa y yo tuvimos que cuidar a nuestra nieta de cuatro años. Al principio, mi esposa temía que la niña se distrajera fácilmente y así empezó a darle de comer con una cuchara en lugar de los palillos. La niña se acostumbró e insistía en alimentarse con una cuchara todo el tiempo. Más tarde, dejó de concentrarse en comer y comenzó a jugar mientras comía. Mi esposa se dio cuenta de que la estaba malcriando y me rogó que la ayudara.

Cuando puse el tazón de arroz en frente de la niña y le dije que se lo comiera sola, comenzó a llorar y a chillar. Pero luego de razonar y calmarse, se tranquilizó y comió su comida tranquilamente. Al segundo día, no quería comer de ninguna manera, solo quería con cuchara. Si esto me hubiera ocurrido en el pasado, habría perdido mi temperamento y le hubiera dado una dura reprimenda o incluso algunos azotes. Pero recordé lo que nos enseña el Maestro: “Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer” (Novena Lección, Zhuan Falun).

Sabía que tenía que mejorar mi xinxing. Entonces, mantuve la calma, me tranquilicé y no exploté. Luego de 20 minutos, hice otro intento y a regañadientes cumplió. Comprendí que el mal comportamiento de la niña era para mi beneficio y para probar mi tolerancia. Luego releí todas las nuevas escrituras de Dafa que se relacionaban con aguantar y elevar el xinxing con el fin de mejorar mis entendimientos.

Al tercer día le pedí que comiera, lloró y gritó aún más fuerte. Me resultaba imposible razonar con ella. Mi mente se agitaba por su llanto y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Me esforcé por controlar mi temperamento y soportar lo que estaba sucediendo.

En ese momento, mi nuera, quien estaba sentada junto a la mesa, golpeo los palillos sobre la mesa y me gritó: “La estás malcriando tanto. Si fuera mi hija la que hiciera esto, la habrías sacado de la mesa y la habrías castigado duramente”. Me miró preparándose para comenzar una pelea conmigo. Sus acciones parecían rociar con gasolina mi temperamento explosivo. Pero las enseñanzas del Maestro vinieron a mi mente cuando estaba a punto explotar.

El Maestro dijo:

“Siendo nosotros personas que refinan gong, repentinamente se pueden producir conflictos. ¿Cómo hacemos? Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica, al encontrarte con problemas podrás actuar bien, porque eso da espacio para amortiguar” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Me resultó increíble comprobar que mi mente repentinamente retornaba a un estado pacífico. Tranquilicé mis pensamientos y calmadamente, con una voz armoniosa, expresé: “Solía hacerlo así porque tenía mal temperamento. Ahora me he dado cuenta. Criar a los niños requiere paciencia y enfoques metódicos y no se debe confiar en regañinas o castigos. Este es el principio de mi cambio”.

A raíz de eso, una lucha familiar aparentemente inevitable nunca tuvo lugar. Mi nieta dejó de llorar y de gritar. Miró a todos con los ojos llorosos, sostuvo en silencio su tazón y comenzó a comer sola. Supe que había logrado controlar mi temperamento y pasar la prueba.

Llegué a entender que el proceso de controlar mi temperamento era el proceso de elevar mi xinxing y dejar mis apegos. Luego de estudiar el Fa, mi mente gradualmente se volvió más pacífica y más pura. Cuando afronté el conflicto, pude reír y tratarlos con ligereza.

En una reunión reciente con mis compañeros de trabajo, uno de ellos me comento: “¡El estado de tu mente es muy pacífico en estos días!”. Sabía que el Maestro me estaba alentando. También soy consciente de que todavía me queda un largo camino por recorrer en comparación con esos practicantes diligentes.