(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de nueve años de edad. Mi abuela practica Falun Dafa y hace las tareas del hogar todos los días. Sin importar que tan ajustado sea su tiempo, siempre hace la meditación. Para asegurarse que tiene suficiente tiempo para todo, se levanta muy temprano por la mañana. Al momento en que yo me levantaba para ir a la escuela, ella ya había terminado de hacer los ejercicios de Dafa.

Mi abuela estaba mal de salud antes de comenzar la práctica, pero después de leer las enseñanzas (Zhuan Falun) y de hacer los cinco ejercicios todos los días, recuperó su salud y su buen carácter. Ahora está llena de energía y siempre piensa primero en otros. Me enseñó los principios de Falun Dafa y cómo ser una buena persona cuando yo era muy pequeña.

Yo era una niña con muchas enfermedades y mi padre me llevaba seguido al hospital. Tenía miedo de comer porque parecía que siempre que abría la boca, era para tomar medicamentos. A veces, el medicamento me hacía vomitar.

Mi abuela me hacía escuchar las lecturas del Maestro Li Hongzhi y las historias de cultivación de practicantes pequeños. Yo prendía el reproductor de MP3 todas las noches antes de dormir para escuchar esas historias. Una noche mientras escuchaba, un fo con pelo azul y vestido de amarillo me llevó a jugar en una flor de lian. Había caramelos de diferentes colores volando por todos lados. Cuando no podía seguir más y me quedaba sin energía, los caramelos volaban a mi boca y se derretían.

En el Cielo, había dragones que uno podía montar. Cuanto más uno se adhiere a los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, más dócil son los dragones. Las escamas de los dragones podían cambiar de temperatura, así que el jinete siempre tenía aire acondicionado. El jinete podía hacer cualquier cosa que deseaba con un solo pensamiento. Como podía ver otras dimensiones con mi tianmu, mi abuela pensó que tenía buen fundamento para el xiulian.

Cuando mi padre notó que mis enfermedades se fueron al escuchar las enseñanzas, dejó de llevarme al hospital. Ahora me ayuda a poner el reproductor de MP3 y me alienta a que escuchar más las enseñanzas de Shifu.

Ahora tengo buena salud y estoy aprendiendo danzas e inglés. Mi padre renunció al partido comunista hace muchos años. Gracias a Shifu, mi padre cree que Falun Dafa es bueno. Cuando mi madre fue testigo de los milagros que mi abuela y yo experimentamos, ella también se hizo practicante.

Una vez, estaba andando en una moto eléctrica con mi abuelo cuando un camión hizo marcha atrás y nos golpeó. El abuelo se cayó, pero yo quedé en la moto sentada. Continuó andando sola hacia la vereda y chocó en una curva. Pero no se cayó y yo logré bajarme bien.

Viendo que estaba bien, mi abuelo le dijo al conductor que se podía ir. Además de unos agujeros en su ropa, el abuelo estaba bien también. Esa vez tenía tres años de edad, y no tuve miedo para nada. La abuela dijo: “Shifu los protegió a los dos. ¡Asegúrense de agradecerle!”.

Solía discutir mucho, y cuando los adultos me señalaban mis errores, no me gustaba y a veces ponía excusas. La abuela me enseñó a recitar el poema de Shifu:

“Cultivador practicante
Busca tú mismo los errores
Elimina todo tipo de corazones humanos
No te quedes atrás en grandes pruebas, pequeñas pruebas, no pienses en caer
El que tiene la razón es él
El que está equivocado soy yo
¿Por qué contienden?” (Quién tiene razón, quién no, Hong Yin III).

Pero aún así no podía cambiar. Si mi madre me retaba, no me lo tomaba muy en serio. Ella suspiraba: “¿Cuándo dejarás ir tu apego a discutir?”.

Una vez, un grupo de nosotros estábamos estudiando el Fa juntos. Todos estaban sentados en la posición de loto completa, mientras que yo hice medio loto. Cuando alguien me señalaba que leí mal una palabra, la leía de nuevo. Si discutía, la lectura demoraba más, y me dolían las piernas.

No podía estar muy alegre tampoco. Si me ponía muy alegre, cometía errores y el tiempo de la lectura se extendía. Había algunos que hablaban muy bien inglés allí, y a veces yo les corregía sus errores. Ellos corregían sus errores sonriendo.

Solo tenemos un Maestro, y somos todos discípulos de Shifu. Nunca discuto cuando estoy leyendo y ahora puedo leer fluidamente la mitad de la lectura. Mi madre está sorprendida por mi mejoramiento.

En 2015, Shifu publicó el Lunyu. Mi madre y otra señora querían memorizarlo. Cada una lo leía 10 veces. Escuchaba a medias mientras jugaba. Ellas recitaron “Lunyu” durante muchos días, a veces no muy fluidamente. Las escuché por un largo tiempo y les dije que lo había memorizado. Por la tarde, dos visitas quisieron que lo recitara y estaban sorprendidos de que podía hacerlo.

Mi maestro, muchas veces elogia mis composiciones escritas. Pienso que, siempre que sea practicante de Dafa, tendré la sabiduría para escribir bien.