(Minghui.org) Nací en una de las principales ciudades del norte de China. Cuando se reestableció el examen de admisión a la universidad en China, entré en el departamento de chino en una escuela de formación de profesores. Me gradué en 1982 y comencé a trabajar como editor y reportero en un periódico de la capital de una provincia. En 1985, acepté el puesto de reportero de un periódico, en una ciudad al sur de China.
Mi vínculo con Falun Dafa comenzó a principios de mayo de 1999. En ese entonces me diagnosticaron cáncer de piel y regresé a mi ciudad natal para recibir tratamiento médico. Me internaron en el hospital de la facultad de medicina. Me amputaron el dedo gordo del pie derecho. Luego de la cirugía, un practicante de Falun Dafa me presentó las cintas de audio del Maestro Li y el libro Zhuan Falun. Comencé a escuchar las conferencias del Maestro mientras estaba en cama. Cuando ya podía sentarme, leía Zhuan Falun. Después de regresar a casa, comencé a ir a la práctica matutina y al estudio del Fa con practicantes cercanos. En dos semanas, me libré del bastón y la silla de ruedas y pude caminar solo. Pronto, con ayuda de otros practicantes, logré hacer el ejercicio de meditación sentada en la posición de doble loto durante media hora, y mi carácter también mejoró.
Tras haber practicado casi 3 meses, el 20 de julio de 1999 el régimen de Jiang Zemin comenzó la persecución a Falun Dafa. Los medios estatales de comunicación transmitían todo tipo de propaganda engañosa. Como nuevo practicante, estaba confundido. Me sentí agobiado y engañado por la propaganda y por un tiempo me alejé de Falun Dafa. Durante los siguientes dos años y tres meses, el cáncer de piel devastó mi cuerpo. Me sometí a quimioterapia y otros tratamientos. En febrero del 2000, descubrí otro tumor en la zona de la ingle, donde ya se había extirpado uno. Me hicieron la segunda cirugía, me extirparon los ganglios linfáticos y volví a casa. Me sometí a tratamientos para evitar que el melanoma se propagara. Me apliqué inyecciones importadas de Japón y de Alemania, durante un año entero. En marzo de 2001, empecé a sentir náuseas todo el tiempo, mi cuerpo se sentía muy enfermo. Luego de un examen físico en el hospital, descubrieron que la glándula suprarrenal, el pulmón izquierdo y la pierna tenían tumores. El más grande era de 10 cm. por 10 cm. A fines de mayo fui a Beijing y Shanghái, en busca de ayuda. Hospitales famosos como el Hospital de Cáncer de Shanghái, el Hospital Huashan, la Segunda Escuela Militar de Medicina, el Hospital 307 de Beijing y el Hospital de Cáncer de Beijing determinaron que mi cáncer en etapa avanzada era incurable.
A mediados de junio, arrastré mi cuerpo de regreso a casa y me sometí a quimioterapia y tomé algunas hierbas del Centro de Investigación del Cáncer de la medicina tradicional china. Pero desde agosto mi cuerpo estaba débil en extremo, tuve que interrumpir la quimioterapia y volver a casa para tomar la medicina tradicional china. En pocos meses, mi peso disminuyó de 80 a 50 kilogramos. Poco a poco, debido a los vómitos constantes, no podía tomar las hierbas chinas. Tuve que depender de la morfina y otras drogas para aliviar el dolor, mantenerme con vida dependía de los aminoácidos y la nutrición líquida. Postrado en cama todo el día, apenas podía girar mi cuerpo.
El día antes de cumplir 44 años, el 24 de octubre, mi vida casi llegaba a su fin, toda mi familia estaba desconsolada. Mi padre, de 80 años, me abrazó y lloró a gritos. Yo pensaba, ¿por qué paso por esto siendo tan joven? Mi hija tenía menos de un año y tenía que dejar a mi anciano padre, a mi esposa, a mi hija y a mis hermanos, así como la vida y la carrera que tanto me gustaba. ¿Por qué la gente tiene que venir al mundo? ¿Por qué tienen que irse con tanto sufrimiento? Esto me recordó a Falun Dafa, que había practicado anteriormente.
Entre el material que me envió un practicante, encontré algunos artículos escritos por especialistas que hablaban de la relación entre las ciencias de la vida y el karma (yeli). Me inspiré y pensé, en los últimos días de mi vida debo aclarar mis preguntas y tratar de encontrar el verdadero sentido de la vida. En ese momento, no tenía otra intención más que la de explorar la verdad de la vida. En esos dos años en que fui engañado por la propaganda, dije cosas que no debía y hasta culpé a Dafa y al Maestro Li por las cosas, en ese momento no deseaba obtener nada de Dafa. Pensé que si en el futuro se probaba que Dafa era realmente una ciencia extraordinaria, no tendría la oportunidad de encontrarla de nuevo después de mi muerte. Por eso, quise aprovechar los últimos momentos de mi vida para, una vez más, leer el libro del Maestro Li, Zhuan Falun.
El 25 de octubre, cumplí 44 años y regresé al camino dorado de la práctica de Falun Dafa, grandes cambios comenzaron a suceder casi de inmediato. Sin importar el tiempo que me quedara de vida, decidí usarlo para cultivarme en Falun Dafa. Esa misma noche, empecé a comer de nuevo. Pronto, reduje las inyecciones para el dolor de cada 2 horas a cada 5 horas.
Siento que ninguna palabra humana puede expresar la misericordia del Maestro. Pude suspender las inyecciones de analgésicos y la necesidad de mantenerme con infusiones.
Comprendo de manera perfecta que cada día después de ese día, me fue dado por Falun Dafa. Tuve que atesorar mi nueva vida, ajustarme a los más altos estándares de "Verdad, Benevolencia y Tolerancia" y ser un verdadero practicante. Viendo que ya no necesitaba los analgésicos y que estaba comiendo regularmente otra vez, todos decían: "Falun Dafa es bueno, ¡esto es increíble!". Mi ama de llaves, que se ocupó de mi hija y de mí, vio los cambios y le contó a todos los que conocía sobre mi caso. Como resultado de esta asombrosa evolución, la gente a mi alrededor empezó a cambiar también. Aquellos que habían creído las mentiras de los medios de comunicación, comenzaron a cuestionarlas y otros que habían sido ambivalentes comenzaron a aceptar materiales informativos de aclaración de la verdad sobre la persecución a Falun Dafa por parte de Jiang Zemin y sus partidarios. Algunos incluso empezaron a practicar Falun Dafa.
25 de noviembre: Ha pasado un mes entero desde que mi nueva vida comenzó. Deseo escribir los cambios que he experimentado durante este mes. Quiero usar mi vida para validar Falun Dafa y decirle a todos los que han sido engañados que soy un ejemplo viviente de lo asombroso y maravilloso que es Falun Dafa.
19 de diciembre de 2001
Nota del editor:
Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa
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Categoría: Beneficios para la salud