(Minghui.org) He vivido en diferentes áreas de los EE. UU. durante más de nueve años. Desde hace cuatro años vivo en la habitación que rento en un apartamento en el que viven los propietarios, una pareja de ancianos chinos. Cuando me mudé, una chica también alquilaba otra habitación. Las cuatro personas que vivíamos en el apartamento compartíamos el baño y la cocina.
Al principio era muy cuidadosa con todo. Temía que cualquier error que cometiera pudiera causarles una impresión negativa sobre Falun Dafa. Pero cuanto más temía, más accidentes ocasionaba. Olvidaba apagar la luz o cerrar el grifo totalmente. Cada vez que eso sucedía, mis caseros se molestaban y me lo recordaban severamente. Me di cuenta de que al tratar de ser cuidadosa, en la superficie parecía preocuparme por la reputación de Dafa, pero lo hacía porque en el fondo temía las críticas de otras personas.
Cada vez que entraba en la sala de estar sentía que los ojos de los propietarios me seguían. Me decían que no hiciera esto y que no hiciera aquello. Esto era un gran reto para mí, pero sabía que eso estaba sucediendo porque tenía el apego de no querer ser criticada y necesitaba deshacerme de él. El proceso de deshacerme de ese apego fue largo y doloroso. Mientras trabajaba para deshacerme de ese apego, me di cuenta que las miradas que me observaban dejaron de seguirme.
Una vez no cerré el grifo con suficientemente fuerza y el agua goteó durante casi ocho horas. El casero estaba muy enojado y dijo que tenía que darle US$50 adicionales para su factura de agua de ese mes. Me sentí culpable, saqué el dinero y se lo entregué. Aunque se negó a recibirlo me dijo: "Si tomo tu dinero, no podré criticarte más".
Luego descubrí que el pago del servicio de agua para el apartamento nunca excedía $ 50 dólares al mes. Me molestó haber sido acusada injustamente. Pero luego pensé que, siendo practicante, no debía culpar a la gente. En lugar de eso, debía agradecerles por darme la oportunidad de mejorar mi carácter. Además, como era mi error merecía ser criticada. También pude entender su exageración.
Cuando ya no olvidé apagar la luz o el agua, surgieron nuevos desafíos. Cada vez que la otra huésped o sus visitantes hacían algo mal, los propietarios llamaban a mi puerta y me acusaban a la primera oportunidad. Al principio, también me sentía molesta, pero sabía que necesitaba mejorar. Cuando pude enfrentar esas acusaciones con calma, dejaron de acusarme de las malas acciones de otros.
Después de estas experiencias, me sentí muy agradecida con mis caseros por las oportunidades que crearon para que mejorara. Procuro tratarlos como trato a mis padres y les compro regalos en vacaciones. Dejo todo limpio cuando uso la cocina y el baño. Cuando algo se rompe en nuestro espacio compartido, pago su reemplazo. Cuando la otra inquilina se queja de los propietarios, simplemente sonrío y no me conmuevo.
La dueña finalmente renunció al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas, y su esposo nunca se unió a alguna organización del PCCh. La anciana vio el espectáculo de Shen Yun en la víspera del año nuevo chino y le dice a los vecinos que Falun Dafa es bueno.
La escuché decirle a sus familiares que tener un practicante de Falun Dafa como inquilino es bueno. Cuando la otra chica se mudó, me pidió que la ayudara para encontrar a un practicante que viniera a vivir aquí. Cuando su otro apartamento quedó vacante, volvió a decir que solo quería alquilarlo a practicantes de Falun Dafa. Más tarde, siete practicantes se mudaron a ese apartamento, y otra más se mudó al apartamento que comparto con los propietarios.
A principios de este año los propietarios visitaron China por tres meses. Me pidieron que cobrara los alquileres y otras tarifas por ellos mientras estaban de viaje. Cuando su hija que vive en otro estado se comunicó conmigo por algunos problemas relacionados con los apartamentos, me dijo por teléfono: "Mi madre dice que para ellos eres como de la familia, por lo que también eres mi familia". Después me envió un dibujo con cuatro niños y la frase: "Somos una familia", ya que ella tiene otros dos hermanos. Al verlo quedé realmente conmovida.
Durante mi juventud era una persona sensible, egoísta y de mente estrecha. Me preocupaba lo que otros pensaran de mí. Falun Dafa me ha ayudado a ser de mente abierta y a estar dispuesta a pensar en las necesidades de otras personas antes que en las mías.
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